Esquerra se blinda para el debate de política general y emplaza a los partidos a un frente anticrisis
Jordi Turull trata de zanjar la división interna en Junts y se posiciona por no romper el Govern
Esquerra Republicana se apresura en mover pieza para rebajar la tensión en la que vive inmersa la política catalana, ante el trascendente debate de Política General que se avecina en el Parlament. El partido que manda en la Generalitat emplaza a los grupos parlamentarios a h...
Esquerra Republicana se apresura en mover pieza para rebajar la tensión en la que vive inmersa la política catalana, ante el trascendente debate de Política General que se avecina en el Parlament. El partido que manda en la Generalitat emplaza a los grupos parlamentarios a hacer política “al servicio de la gente” y a huir de peleas de vuelo corto. Es la cita parlamentaria “más importante y determinante del año”, recuerdan los republicanos en una carta que han dirigido a todos los partidos con representación en la Cámara catalana, excepto Vox. El escrito parece llevar una dedicatoria tácita a Junts per Catalunya, la formación que mantiene un movedizo pacto de gobierno con Esquerra. Ambos socios se intercambian acusaciones y reproches constantmente y el pique perenne ha puesto al Govern al borde de la ruptura. Jordi Turull, secretario general de Junts, trata de apaciguar al sector de su partido que aboga abiertamente por abandonar el Ejecutivo y este domingo hizo una llamada al orden. “Ahora no estamos en el debate de si rompemos o no el Govern”, declaró en una entrevista a ElPuntAvui.
En una insólita apelación a la concordia parlamentaria, Esquerra pide que el debate de política general agendado para la última semana de septiembre sea “un espacio de encuentro útil” donde se den propuestas “generosas, propositivas, responsables y aplicables”. El partido avisa que se acerca un otoño “difícil” y pide “alianzas y complicidades” para tejer “mayorías amplias”.
La carta de los republicanos llega después de que la Diada del 11 de setiembre pusiera en evidencia la división que anida dentro del independentismo. La Assemblea Nacional Catalana (ANC), entidad convocante de la manifestación del 11-S, hizo un duro manifiesto atacando a las formaciones políticas: “Se terminó esperar nada de los partidos, solo el pueblo y la sociedad civil organizada podrán alcanzar la independencia”.
Mientras que los cargos de Junts aparentaron no sentirse interpelados por la ANC, Esquerra reaccionó boicoteando la manifestación de la Diada. Dos días después, en una reunión del president Pere Aragonès con entidades independentistas, la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, redobló la presión y exigió al Govern proclamar la independencia durante el segundo semestre de 2023.
Esquerra dice rehuir propuestas que arrastran más ruido que contenido, y sobre esa base redactó la carta que ha dirigido a los grupos parlamentarios.
Por lo pronto, Jordi Turull replica que es necesario “mejorar las cosas” para cumplir con el acuerdo de gobierno que firmaron Junts y ERC, y acepta que el debate de política general es una “oportunidad” para reordenar la unidad de acción independentista.
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