Los okupas del huerto del barrio barcelonés de la ‘Prospe’ frenan el desahucio
El banco propietario del terreno firma una cesión de uso por un año con el Ayuntamiento de Barcelona
Jordi Bicicleto, así se hace llamar, es uno de los artífices de Date una Huerta, un huerto-jardín (anarquista y libertario) creado en un descampado okupado a una entidad bancaria en el barrio barcelonés de la Prosperidad. El pasado martes, Bicicleto y el resto de miembros de Date una Huerta recogía todas las herramientas y utensilios de la parcela porque la séptima orden de desalojo era inminente. Este jueves, los Mossos d’Esquadra iban a ec...
Jordi Bicicleto, así se hace llamar, es uno de los artífices de Date una Huerta, un huerto-jardín (anarquista y libertario) creado en un descampado okupado a una entidad bancaria en el barrio barcelonés de la Prosperidad. El pasado martes, Bicicleto y el resto de miembros de Date una Huerta recogía todas las herramientas y utensilios de la parcela porque la séptima orden de desalojo era inminente. Este jueves, los Mossos d’Esquadra iban a echarles del huerto donde se debate, se hace terapia a niños con autismo, exreclusos, extoxicómanos y vecinos de la Prosperidad. Nunca habían tenido el desahucio tan cerca pero, al final, a este colectivo anarquista le sigue sonriendo la suerte. “He hablado con el juzgado y tenemos buenas noticias. La propiedad ha parado la orden de desahucio y ha retirado la denuncia. Han llegado a un acuerdo y cede el espacio por un año al Ayuntamiento. Podremos seguir haciendo los que hacemos”, anunciaba por teléfono a EL PAÍS, este miércoles, Bicicleto.
Date una Huerta nació de la afición por la naturaleza de Bicicleto. “A mí me gustan las plantas, pero yo no quiero irme a vivir al campo. Quiero traer el campo a la ciudad. Por eso, en 2016 empecé a buscar un solar. Iba con la escalera por el barrio, mirando sobre las tapias. Fue entonces cuando topé con este solar”, recuerda este joven anarquista dentro de la parcela situada en el 79 de la calle Joaquim Valls. La ocuparon el 19 de noviembre de 2016. Donde ahora hay una huerta hubo durante 102 años la casa de la familia Arnau. “Hace 16 años la vendieron a una caja de ahorros por 800.000 euros. Cuando era del banco entraron ocupas, los echaron y tiraron la casa al suelo para que no entrara a vivir nadie más. Estaba esto lleno de maleza, escombros y, sobre todo, ratas que trepaban las tapias”, recuerda. Bicicleto y otros jóvenes entraron al solar el 19 de noviembre de 2016 y limpiaron la maleza, echaron a los roedores y crearon un “huerto, jardín, ágora”.
Los vecinos están “encantados” con la presencia de los okupas jardineros. “El mérito es mucho de las ratas que eliminamos”, ironiza Bicicleto. El problema vino a partir del 19 de noviembre de 2020, cuando la propiedad denunció por primera vez a los “ignorados ocupantes” (nunca nadie se identificó) del 79 de la calle Joquim Valls. Desde entonces, han sido siete las órdenes de desahucio que se han parado. Ahora, el Consistorio está negociando una cesión de uso temporal con la propiedad ya que el distrito de Nou Barris considera que la labor que se hace en Date una Huerta debe protegerse.
“El martes estábamos muy preocupados. Había un acuerdo por el cual la propiedad cedía el uso al Ayuntamiento, pero el banco nunca lo firmó. Hoy podemos decir que han parado el desalojo y, por primera vez, cederán el uso de la huerta al Ayuntamiento por un año. Es muy poco, pero se ha parado el desahucio”, recordaba Bicicleto. El anarquista asegura que si el Consistorio tiene la cesión no les expulsará y, además, instalará contadores de agua.
Rosa Bernabeu es vecina del huerto y estaba esta semana al pie del cañón para evitar que expulsaran a los okupas. " Este terreno ha pasado de banco en banco y, antes de que estos chicos entraran, era un solar perdido y abandonado con centenares de ratas que me entraban en casa. Que vinieran estos chicos fue mi salvación”, destaca Bernabeu.
Cada martes y cada jueves visitan Date una Huerta niños autistas que realizan terapias con este poco de zona verde. Este jueves, primer día de diciembre, los okupas habían parado todas las actividades y la pretensión de Bicicleto y los suyos era evitar el desalojo. “Hoy hemos cambiado de planes. Estáis todos invitados, haremos una fiesta porque hemos vuelto a ganar y Date una Huerta se queda en el barrio”, decía emocionado.
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