Los ataques a la policía se disparan un 54% desde la pandemia

Las cifras, disparadas desde la pandemia, no han vuelto a los números anteriores al confinamiento

Las redes sociales están plagadas de policías anónimos. Algunas cuentas se dedican a difundir imágenes violentas de delincuencia, entre ellas, intervenciones policiales complicadas, en las que los agentes son recibidos a gritos, insultos y golpes. Ahora la estadística pone un número a ese tipo de situaciones, que fuentes policiales aseguran que son constantes en el día a día de los patrulleros. En Cataluña, los delitos de atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad han crecido un 54% hasta el mes de julio comparado con el mismo periodo de 2019 (2.672 denuncias), según los datos oficia...

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Las redes sociales están plagadas de policías anónimos. Algunas cuentas se dedican a difundir imágenes violentas de delincuencia, entre ellas, intervenciones policiales complicadas, en las que los agentes son recibidos a gritos, insultos y golpes. Ahora la estadística pone un número a ese tipo de situaciones, que fuentes policiales aseguran que son constantes en el día a día de los patrulleros. En Cataluña, los delitos de atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad han crecido un 54% hasta el mes de julio comparado con el mismo periodo de 2019 (2.672 denuncias), según los datos oficiales consultados por EL PAÍS. La pandemia supuso una explosión de agresiones y desobediencia a los mossos y policías locales (62% más), dedicados a mantener el confinamiento, y las cifras ya no han vuelto a la etapa previa.

Uno de los últimos incidentes graves ocurrió en Sitges, el pasado mes de julio. Una pelea multitudinaria nocturna acabó con varios heridos, entre ellos tres policías. Los Mossos d’Esquadra detuvieron días después a 13 personas implicadas en la algarabía. “¿Las consecuencias de eso? La pérdida de autoridad, porque no tiene consecuencias legales, a no ser que te hagas lesiones serias de verdad”, se queja el portavoz del sindicato Sap-Fepol, Toni Castejón, uno de los mayoritarios en la policía catalana.

Lo que más se denuncia son delitos de atentado a la autoridad, de mayor gravedad. Los datos apuntan a un aumento del 45% desde el año 2019, con 1.850 casos. Las desobediencias, faltas más leves, son menos en números absolutos (822), pero suponen un incremento porcentual del 78% respecto a la prepandemia. En los primeros siete meses del año, la policía catalana ha logrado reducir en total un 7% todos los delitos que se cometen con los agentes de la autoridad, tanto atentados como resistencias y desobediencias, lo que supone una ligera contención desde la escalada desde 2020 (2.800 denuncias).

“El principio de autoridad se ha perdido desde hace mucho tiempo. No existe”, lamenta el portavoz de USPAC, Albert Palacio. Una sensación de deterioro de la seguridad que transmiten fuentes policiales con vinculación directa al patrullaje en la calle. Otras fuentes policiales añaden más elementos que pueden ayudar a explicar los datos, como un mayor requerimiento de las llamadas ciudadanas, que cifran en un 30% en la ciudad de Barcelona. También más controles policiales, debido a planes específicos, como el que puso en marcha el Departamento de Interior contra las agresiones sexuales, o el bautizado como plan Daga, destinado a prevenir y detectar el uso de navajas, después de que crecieron un 44% los incidentes violentos con un arma blanca implicada en Cataluña. “Todo eso se traduce en más desobediencia y más atentados”, analizan esas mismas fuentes policiales.

Los sindicatos exigen más mano dura en la aplicación del código penal. “La culpa es de los políticos que nos dirigen, de los mandos del Departamento de Interior y de la judicatura”, reprocha Palacio. “Hoy en día, agredir, sobrepasarte o pegar a un mosso sale gratis y la gente lo sabe y lo percibe de esa forma”, añade. “El incremento de violencia de la pandemia se quedó. Y ha ido a peor. Hay zonas a las que ya cuesta entrar como policías, como el barrio de la Florida, en L’Hospitalet, o Mataró, donde hemos visto a policías locales salir en globo…”, se suma Castejón, de Sap-Fepol.

Una situación que coincide con la que denuncian otros sindicatos en el resto de España. La semana pasada, el sindicato SUP de la Policía Nacional denunció que la detención de 9.801 personas por delitos de atentado a la autoridad contra la policía en el año 2021 suponía “una de las mayores cifras de la democracia”. Y piden un aumento de las penas para quien ataque a un policía. La tendencia al alza desde la pandemia también se refleja en las estadísticas de otras policías europeas, como ocurre en Reino Unido.

Aunque las cifras dan un ligero respiro este 2023, los datos de 2022 siguieron marcando números rojos (10%) comparados con el año anterior, a pesar de venir de números históricos. Tanto USPAC como Sap-Fepol, los dos sindicatos mayoritarios en los Mossos d’Esquadra, auguran un futuro complicado. “Esto va a ir a peor. Y al final, quien sale perjudicado es la ciudadanía”, indica Palacio. “El ocio nocturno, en algunos puntos, se ha complicado tanto que ya no vale con enviar seguridad ciudadana, hace falta antidisturbios”, explica Castejón, que pide “consecuencias legales más importantes”. “O iremos a peor”, augura.

Más de siete denuncias al día

Desde la pandemia, se registran de media más de siete denuncias al día por los delitos de atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad en Cataluña. En los meses de enero a julio de los últimos cinco años, los datos señalan un salto exponencial en la pandemia del que ya no ha habido vuelta atrás: las denuncias pasaron de 1.729 en 2019 a 2.800 en 2020, 2.619 en 2021, 2.881 en 2022 y 2.672 en 2023. La ciudad de Barcelona, donde pasan más del 30% de todos los delitos que se cometen en Cataluña, marca siempre la estadística. La capital, seguida de la región metropolitana norte y la metropolitana sur son los lugares donde más denuncias se han presentado. Fuentes policiales insisten en que se enmarca en una tendencia al alza en toda Europa. 

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