Rosa Peral, condenada por el crimen de la Guardia Urbana: “Han intentado hundirme”
La presa lamenta en una entrevista en Catalunya Ràdio, por la que ha sido sancionada, la imagen que se da de ella en la serie de Netflix y en los medios de comunicación
Rosa Peral es la mujer del momento. Condenada a 25 años de prisión por el asesinato de quien fuese su pareja, la serie de ficción El cuerpo en llamas, la más vista de la plataforma Netflix en España, sobre el conocido como el crimen de la Guardia Urbana, la ha colocado de nuevo en la primera línea mediática y en el debate público. Peral, internada en la prisión de Mas d’Enric, en El Catllar (Tarragona), no ha querido quedarse al margen. “Han intentado hundirme”, se ha quejado en una ...
Rosa Peral es la mujer del momento. Condenada a 25 años de prisión por el asesinato de quien fuese su pareja, la serie de ficción El cuerpo en llamas, la más vista de la plataforma Netflix en España, sobre el conocido como el crimen de la Guardia Urbana, la ha colocado de nuevo en la primera línea mediática y en el debate público. Peral, internada en la prisión de Mas d’Enric, en El Catllar (Tarragona), no ha querido quedarse al margen. “Han intentado hundirme”, se ha quejado en una polémica entrevista a El matí de Catalunya Ràdio sobre los medios de comunicación, la serie y la imagen que se ha trasladado de ella.
En dos conversaciones telefónicas desde la prisión, de ocho minutos cada una de ella, Peral ha desplegado su argumentario. “No fui al juicio siendo anónima”, ha insistido, aferrada a la piedra angular del documental Las cintas de Rosa Peral —estrenado a la vez que la serie de ficción—, donde también a través de videollamadas no autorizadas denuncia que ella se sentó en la sala de vistas con una condena mediática previa. El Departamento de Justicia ha sancionado a Peral por ambas entrevistas, limitando sus llamadas y videollamadas a solo su familia directa. En condiciones normales, los presos tienen autorizadas las comunicaciones telefónicas con 10 personas que ellos eligen. Justicia considera que Peral ha vulnerado ese régimen de comunicaciones, que ha usado para conceder entrevistas.
“Eso de llegar al juicio siendo inocente hasta que se demuestre lo contrario, ha sido al revés. He llegado que parecía culpable y tenía que demostrar que no lo era”, ha repetido Peral al periodista Ricard Ustrell, que dirige el matinal de la radio pública catalana. Peral fue condenada por asesinar a su pareja Pedro Rodríguez junto a su amante, Albert López, los tres agentes de la Guardia Urbana de Barcelona. Las pruebas en su contra se acumularon durante los dos meses que se celebró el juicio en la Audiencia de Barcelona. La sentencia consideró probado que, de mutuo acuerdo, Peral y López asesinaron a Rodríguez en la casa de ella en Cubelles. Después carbonizaron el cuerpo dentro de su vehículo, que dejaron junto al pantano de Foix. Peral intentó hacer creer que Rodríguez seguía vivo, suplantando su identidad a través de su teléfono móvil, y trató de incriminar a su exmarido en el crimen.
“Todo ha sido a placer de ellos”, ha insistido Peral sobre el trato que le han dispensado los medios, a los que ha acusado de insultarla. “Que soy la más tóxica de Barcelona o que soy manipuladora”, ha reprochado. Sobre la serie de Netflix, que intentó evitar que se estrenase con una demanda que no prosperó, se queja de que no se tenga en cuenta la consecuencia para sus hijas. “Una de ellas es una adolescente y nadie se ha parado a pensar en el daño que puede sufrir ella, los niños que le rodean, cómo lo estará viviendo...”. También ha repetido que no ha “ganado absolutamente nada”, ni con la serie ni con el documental. “Solo que la gente me hundiese con la serie”, ha remachado.
La condición para conceder la entrevista, tal y como ha explicado, es que se emitiese entera, sin editar. “Han pasado seis años y medio, y me siguen machacando como si hubiese pasado ayer”, ha condenado Peral, que ha lamentado que no tiene “la libertad” para defenderse de todas las críticas y la imagen pública que se proyecta de ella. “Ya cansa, ya basta [...] No veo que otras personas hagan la condena de esta manera [...] Teniendo que lidiar con la prensa”, ha repetido en una entrevista que ha dejado algunas declaraciones llamativas. “Nunca he confiado en la policía”, se ha excusado la ex guardia urbana de Barcelona, sobre el hecho de no haber denunciado desde el primero momento a López, a quien ella acusa de matar a Rodríguez por celos. Peral defendió en el juicio, con todas las pruebas en contra, que solo encubrió a López por miedo. La sentencia firme concluye que lo hicieron de forma conjunta.
El Departamento de Justicia, que tiene las competencias de prisiones transferidas, ha defendido la opción de sancionar a Peral por las entrevistas telefónicas, una medida poco habitual. Los presos “tienen el derecho indiscutible a la libertad de expresión”, ha defendido Justicia, que asegura que cuando un medio pide concertar una entrevista, “se autoriza por sistema”. Pero ha señalado que “por razones de trato de la persona interna, de seguridad del centro y de protección de las víctimas, las entrevistas se autorizan siempre por escrito”. “No se permite grabar una entrevista con imagen y voz, si no concurren circunstancias excepcionales”, ha explicado a través de un comunicado. Lo atribuyen a “motivos de buena convivencia y buen funcionamiento” del centro, de protección de las víctimas y del “impacto” que pueda tener en el proceso de reinserción del interno.
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