Jaume Collboni salva el primer trámite del presupuesto de Barcelona con el apoyo de ERC y los comunes

Los republicanos acuerdan medidas por 60 millones de euros. El partido de Colau permitirá la tramitación pero dice que tumbará las cuentas si no hay pacto de izquierdas

El teniente de alcalde de Economía del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls, y el concejal de ERC, Jordi Castellana, este lunes.David Zorrakino (Europa Press)

Ocho meses después de las elecciones municipales del pasado mes de mayo, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, logrará este martes salvar el primer trámite del presupuesto del Ayuntamiento para 2024. Presentado en octubre del año pasado, tuvo que retirarlo por falta de apoyo. Y la semana pasada, lanzó un órdago: lo resucitaba y llamaba a los partido...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ocho meses después de las elecciones municipales del pasado mes de mayo, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, logrará este martes salvar el primer trámite del presupuesto del Ayuntamiento para 2024. Presentado en octubre del año pasado, tuvo que retirarlo por falta de apoyo. Y la semana pasada, lanzó un órdago: lo resucitaba y llamaba a los partidos de la oposición a la “responsabilidad” para apoyarlo. Son 3.807 millones de euros, el mayor de la historia. Ahora superará la aprobación inicial gracias a ERC y los comunes. Una votación que encamina el futuro Gobierno municipal a una coalición de izquierdas, aunque todos los protagonistas repiten el mantra del alcalde: “Paso a paso”. Sobre el acuerdo, el alcalde ha escrito en las redes sociales: “Un presupuesto centrado en mejorar la vida de los ciudadanos y ciudadanas de Barcelona. Un acuerdo para poner siempre a las personas al frente”.

Los apoyos de unos y otros se producen en condiciones distintas. Con ERC ha alcanzado este lunes un acuerdo --con foto de la firma del acuerdo, una condición que suelen imponer los republicanos-- por el que arrancan 60 millones de euros (100, si se cuentan puntos que implican empresas municipales) para medidas sociales, inversiones para barrios o una oficina de la lengua catalana. En el caso de los comunes, el apoyo es un ultimátum. Permitirán la tramitación, pero con una condición: “Si en 30 días no hay pacto de gobierno de izquierdas [con PSC y ERC], votaremos que no a los presupuestos” cuando lleguen al pleno, ha advertido la portavoz del grupo municipal, Janet Sanz.

El acuerdo ha sido rubricado entre el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, y el concejal republicano Jordi Castellana. “Hemos conseguido mover al PSC de una posición conservadora y débil, hasta una ambición de futuro, con medidas sobre la modernidad, capitalidad, identidad y una ciudad que garantice que los barceloneses podamos vivir bien”, ha presumido el republicano. Sobre si es la antesala de un pacto para gobernar con el PSC, ha respondido: “Por ahora el único acuerdo que hay es este”. En los tres folios de pacto hay cuestiones como un plan de barrios para las áreas de montaña de la ciudad, un presupuesto específico para el barrio del Besòs, o ampliar el programa educativo Prometeus que busca que jóvenes con rentas bajas lleguen a la universidad. También contempla la “apertura de una oficina de la Lengua Catalana, para atender a la ciudadanía en materia lingüística”, la construcción de mil pisos asequibles al año, retorno social para los barrios próximos a los escenarios de la Copa del América de Vela, y recuperar las ayudas para hijos de familias vulnerables entre 0 y 16 años.

El PSC, el partido de Jaume Collboni, gobierna en la minoría más débil de la historia reciente del consistorio barcelonés. Tiene solo 10 concejales de un total de 41. El alcalde (y también los comunes) defienden un acuerdo progresista: sumarían una holgada mayoría gobernando en tripartito con los comunes (nueve concejales) y ERC (cinco). Con los dos posibles socios ha habido conversaciones, pero están mucho más maduras con ERC.

Vetos cruzados

En cualquier caso, hay varios escollos a salvar para fraguar un pacto. En el caso de los republicanos, liderados en el consistorio por la concejal Elisenda Alamany, parte de las bases se han mostrado contrarias a gobernar con Colau. En el caso de los comunes, desde la noche electoral de mayo han defendido un tripartito de izquierdas, una amplia mayoría que suma 24 concejales. Y aseguran que la presencia de su líder, Ada Colau, en una eventual coalición de Gobierno no sería un problema para Collboni. Las conversaciones también llegaron a estar avanzadas con Junts (ganador de las elecciones con 11 ediles) pero se frenaron hace unas semanas, cuando Collboni aceleró las conversaciones con la izquierda. Sobre la votación del presupuesto, por ahora mantienen silencio.

Por la mañana, Janet Sanz ha defendido el ultimátum de los comunes: “Una cuestión va con la otra, no se puede pedir un cheque en blanco”, ha remachado sobre la vinculación entre la cuentas y un eventual pacto de gobierno. Y ha alertado sobre la posibilidad de que el presupuesto se acabara aprobando por cuestión de confianza: “Por la puerta de atrás”, ha cuestionado Sanz. Los propios comunes recurrieron en 2017 y 2018 a esta fórmula para aprobar las cuentas: consiste en que el alcalde o alcaldesa presenta las cuentas ante el Pleno, y si en un mes no se ha constituido un gobierno alternativo, quedan aprobadas automáticamente.

Sanz ha sido crítica con el actual alcalde, que fue socio de los comunes en los dos mandatos de Colau como alcaldesa. Ha recordado que fue él quien manifestó que habría acuerdo de presupuestos y de gobierno “antes de la primavera”. “La semana pasada vino con prisas, parece una tomadura de pelo. Lo que necesita Barcelona no es un alcalde que marea, es un Gobierno fuerte que tiene claras las posibilidades de Gobernar, en estos meses no vemos proyectos nuevos, informes, planes”, ha considerado recordando que el propio Collboni se ha mostrado partidario de un “acuerdo progresista” entre socialistas, comunes y ERC.

Ante las reticencias de parte de la militancia de ERC a gobernar en un tripartido con Colau, Sanz ha asegurado que los comunes no tienen ningún problema en gobernar con los republicanos. Y también ha asegurado que la presencia de Ada Colau en un futuro gobierno (pese a haber sido alcaldesa, lo que sería inédito), no es un problema para Collboni: “El alcalde nunca ha dicho que sea un impedimento”. Llegado el caso de lograr un acuerdo, la militancia debería avalarlo.

Tras los malos resultados tanto de Sumar como del PSC en las elecciones gallegas de este domingo, Sanz ha defendido que “es más necesario que nunca que haya gobiernos de izquierdas, el PSC sabe que se necesitan gobiernos fuertes y estables”.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal

Sobre la firma

Más información

Archivado En