Joan Frank Charansonnet, que encarna a Julian Assange en una obra de teatro en Barcelona: “Si todo acaba bien, me tomaré un café con él”

“¿Que qué hago metido en estas movidas? Mira, yo tengo un problema y es que leí 1984, de George Orwell, a los 13 años y pensé que aquello era una distopía que no pasaría nunca. Volví a leer el libro 20 años después y pensé: ‘Uy, uy, uy...’. Y durante la pandemia reincidí. Y me dije: ‘La madre que los parió. Ya están aquí”. ‘Estas movidas’ de Joan Frank Charansonnet (La Vall de la Santa Creu, en el Alt Empordà, 52 años -14 días menos que Julian Assange-), cristalizan este mes (hasta el día 31) en el ...

“¿Que qué hago metido en estas movidas? Mira, yo tengo un problema y es que leí 1984, de George Orwell, a los 13 años y pensé que aquello era una distopía que no pasaría nunca. Volví a leer el libro 20 años después y pensé: ‘Uy, uy, uy...’. Y durante la pandemia reincidí. Y me dije: ‘La madre que los parió. Ya están aquí”. ‘Estas movidas’ de Joan Frank Charansonnet (La Vall de la Santa Creu, en el Alt Empordà, 52 años -14 días menos que Julian Assange-), cristalizan este mes (hasta el día 31) en el Teatre Gaudí Barcelona con Assange. El poder de la informació, un alegato en defensa del periodista australiano (”nómada”, más bien, subraya el personaje), fundador de Wikileaks, seis años encarcelado en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, en el Reino Unido, después de seis años asilado, por lo tanto, aislado, en la embajada de Ecuador en Londres. Todo, “sin ningún cargo en su contra”, insisten en la obra.

El “terrorista tecnológico” (en palabras de Joe Biden “cuando era vicepresidente del Nobel de la Paz”, se dice en la obra) aparece en la embajada de Ecuador con el casco de la moto colgado del brazo y pide asilo político. Aquí comienza el confinamiento del periodista, que es lo que narra la obra. Una mesa, una cama, un sillón...; el funcionario Juan Carlos que se convierte en consultor, cómplice, amigo; la abogada Stella Moris que se convierte en amiga, esposa y madre de sus dos hijos; las pesadillas, los bots personificados y la rabia y las ilusiones contenidas son los mimbres de una obra de teatro documental, con proyecciones de imágenes destapadas por Wikileaks, o de manifestaciones, o de amenazas... que puntualmente ayudan a las explicaciones de la cuestión. “Las dos primeras escenas son muy explicativas”, reconoce Charansonnet, “porque queremos dejar muy claros algunos episodios que no todo el mundo tiene presentes. Luego surgen la amistad, el amor y el drama”.

Charansonnet buscó algo escrito sobre Julian Assange y descubrió el libro de los activistas Víctor Manuel Díaz Conejo y Virginia Fernández Ruiz. “El texto era demasiado largo para lo que queríamos”, dice. “Habría durado cinco horas, había unos 30 personajes... De modo que, con el consentimiento de los autores, lo adapté a cerca de una hora y 20 y a los tres personajes que somos [le acompañan Elena Codó y Eduard Alejandre ]: Assange, la abogada y el funcionario que representa, además, a otros personajes”. Después de 11 años alejado de los escenarios, Charansonet tuvo muy claro que tocaba volver a las tablas: “Buscaba el contacto directo con el espectador y eso solo te lo da el teatro”, explica el actor, que en junio estrenará la su última película, El caso Angelus, la fascinación de Dalí, un filme que acaba de saber que se proyectará en 360 salas en Estados Unidos (“una gran alegría, después de tantos años picando piedra con cine auténticamente independiente”, dice ). “Y también tenía claro que la obra debía dirigirla una mujer, requería una sensibilidad femenina para transmitir ese espíritu polipoético”. El encargo lo asumió Mireia Ros, galardonada con un premio Gaudí por el documental Barcelona antes de que el tiempo lo borre (2011).

Nos consta que Assange está al corriente de lo que estamos haciendo. Es emocionante saberlo

La implicación de todo el equipo en el montaje es total. “Todos somos activistas. La situación de la libertad de prensa y la libertad de expresión en el mundo, la tortura que sigue sufriendo alguien contra quien no tienen ningún cargo y sufren tantos otros activistas o profesionales en todo el mundo nos hace pensar en todo lo que esconde el poder”, explica el actor, que se ha sumergido en la vida de su personaje para hacerlo suyo física y, también, emocionalmente: “Acabo muy cascado cada representación. Lloro de verdad. Lo hacemos todos con un honor y una responsabilidad artística y social absolutos”, dice.

El equipo de Charansonnet está en contacto con el entorno de Assange. “La madre de Stella Moris, la abogada y esposa de Assange, es la actriz y directora de teatro catalana Teresa Devant. La próxima semana vendrá a ver la obra y nos consta que Assange está al corriente de lo que estamos haciendo. Es emocionante saberlo. Si todo acaba bien, tomaremos un café Julian y yo juntos, estoy seguro”, dice el actor. Assange espera desde hace semanas la decisión del Reino Unido sobre si lo extradita a Estados Unidos. Allí le pueden esperar 175 años de cárcel. ¿Cuál cree que será la decisión? “Sinceramente, creo que hay muy pocas posibilidades de que se quede en el Reino Unido”, explica Charansonnet, muy afectado. “Su caso es un lo que llamamos un marrón. Y si lo extraditan, hay que ver qué pasa en las elecciones de Estados Unidos. Si gana Trump, puede que incluso se cuelgue la medalla de no condenarlo. Si gana Biden... creo que Assange acabará en un hospital, porque realmente está muy enfermo física y mentalmente, pero allí dudo mucho que dure mucho”.

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