PP y Cs buscan la tecla contra Vox
El partido de Abascal recorta terreno copiando la estrategia de polarización de Rivera contra el independentismo
Conocen bien en Ciudadanos la estrategia de Vox en la campaña de las elecciones catalanas, porque ellos lo hicieron antes. La extrema derecha está calcando algunas de sus intervenciones de mayor impacto contra el independentismo. El candidato de Vox, Ignacio Garriga, ha imitado la performance de Albert Rivera en TV3, cargando en directo contra el ente público en plena entrevista. “Voy a cerrar esta casa al ser un medio de manipulación”, espetó Garriga el miércoles a la periodista de Els Matins. Rivera lo hizo en 2018. Este sábado, Vox ...
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Conocen bien en Ciudadanos la estrategia de Vox en la campaña de las elecciones catalanas, porque ellos lo hicieron antes. La extrema derecha está calcando algunas de sus intervenciones de mayor impacto contra el independentismo. El candidato de Vox, Ignacio Garriga, ha imitado la performance de Albert Rivera en TV3, cargando en directo contra el ente público en plena entrevista. “Voy a cerrar esta casa al ser un medio de manipulación”, espetó Garriga el miércoles a la periodista de Els Matins. Rivera lo hizo en 2018. Este sábado, Vox acaparó los titulares por los incidentes violentos contra su acto en Vic, donde arrasa el independentismo y donde Inés Arrimadas sufría hace dos años abucheos e insultos. La historia se repite, pero ahora los protagonistas son otros: Vox marca la campaña en el lado derecho ante la preocupación de Ciudadanos y PP, que siguen buscando la fórmula para detener su avance.
El partido de Arrimadas sufre para no ser aplastado en una pinza entre el efecto Illa y la irrupción de Vox. No es fácil luchar contra dos grietas tan distintas, sumadas a que una parte de su electorado piensa en abstenerse, según los datos que maneja la formación. La oferta de Gobierno conjunto al PSC que ha lanzado Carlos Carrizosa busca taponar la fuga con los socialistas. Y, por el otro lado, el partido ha recuperado los mensajes duros contra el separatismo frente a una línea inicial de campaña mucho más suave, para tratar de frenar su escape de votos hacia Vox. “Vota abrazo”, decían los carteles electorales que Cs tuvo que retirar por un problema con los derechos de las imágenes y que apostaban por un discurso centrado en la concordia y la convivencia. Poco después, el partido lanzó un vídeo en el que compara a los independentistas con los asaltantes al Capitolio de EE UU.
Arrimadas y Carrizosa cambiaron este domingo sus planes previstos y acudieron a Girona, otro fortín del independentismo, donde coincidía con un mitin de ERC que contaba con la participación del coordinador de EH Bildu, Arnaldo Otegi. Aunque todos sus actos se están celebrando sin público, para ser difundidos por streaming en la Red ante las restricciones sanitarias, la imagen del acto de Cs en una lluviosa Girona no pudo ser más desangelada. Ni siquiera acudieron a abuchearles.
El PP no lo tiene mejor. Los populares están en medio de la tormenta perfecta desatada por la amenaza de su extesorero Luis Bárcenas de tirar de la manta en el juicio por la caja b del PP que arranca hoy. Desde que el jueves se conoció la confesión de Bárcenas en su escrito a la Fiscalía Anticorrupción, el PP no consigue evitar que todas las noticias sobre el partido estén relacionadas con la corrupción. Este domingo, el acto central de campaña quedó eclipsado por las acusaciones del extesorero. “El PP no es Bárcenas”, proclamó el candidato popular a la presidencia de la Generalitat, Alejandro Fernández, delante del líder del partido, Pablo Casado, y de todos los presidentes autonómicos populares, presentes por videoconferencia en un mitin en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
La dirección del PP tuvo que salir al paso este domingo de las revelaciones de Bárcenas, y negar haber negociado con él tras su condena para pedirle que enterrara “el hacha de guerra”, como aseguró el extesorero en una entrevista en El Mundo. “La actual dirección nacional del Partido Popular nunca ha hablado con delincuentes”, aseguraron fuentes del partido. En el PP preocupa mucho que la arremetida de Bárcenas dé alas a los de Abascal para lograr el sorpasso el día 14.
La campaña del PP ha estado dirigida también a tratar de frenar el avance de los ultras. Fernández se ha centrado en hablar de impuestos y de okupación, soslayando el tema nacional, donde no puede competir en dureza con la extrema derecha. También ha lanzado guiños a ese electorado acompañándose de los perfiles más duros del partido y hasta de un fundador de Vox, el expresidente del PP catalán Alejo Vidal-Quadras, que abandonó el PP en 2014 en desacuerdo con la política catalana de Mariano Rajoy.
Pero, según avanzaban los días, las encuestas han ido reflejando que Vox recorta terreno. A una semana de las elecciones, su progresión va en ascenso frente a un PP que ha entrado en barrena y un Cs en caída libre. “La Cataluña antinacionalista siempre va a votar al que más plante cara. Es una sociedad rota, y la mitad son humillados y ofendidos”, analiza un exdirigente de Ciudadanos. Vox trata de atraer al votante más emocional contra el independentismo con la misma estrategia de polarización que tan buenos resultados dio a Cs en 2017. Además, está solo en su discurso contra la inmigración, y cabalga el momento antipolítico con la ventaja de ser un partido nuevo, sin mochila. PP y Cs no tienen mucho tiempo: queda una semana para que encuentren la tecla con la que frenar a los ultras.