Gabilondo se multiplica en la precampaña electoral

El candidato del PSOE complementa las visitas a las grandes urbes de izquierdas con actos en los barrios de la capital para movilizar a los abstencionistas

La nueva lona que el PSOE instaló ayer en la plaza del Callao.KIKE PARA

Luis Miguel Castro, 49 años, toda una vida al volante, sale a la carrera del taxi. Tanto, que lo deja en marcha. Ni cierra la puerta del Citroën. En la vida hay prioridades y la suya en ese momento, mientras desenfunda el móvil, es grabar, aunque sea mal que bien y a 20 metros de distancia, al candidato del PSOE.

—¡Que Gabilondo ha venido a Rivas!

Recuperado el aliento, Castro casi se justifica. “Yo a la derecha no la voy a votar. Lo haré a este hombre. Pues sí, es un poco soso, pero le veo el más sensato”, se despide mientras se anima para sobrevivir otro día. “La pandemia nos h...

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Luis Miguel Castro, 49 años, toda una vida al volante, sale a la carrera del taxi. Tanto, que lo deja en marcha. Ni cierra la puerta del Citroën. En la vida hay prioridades y la suya en ese momento, mientras desenfunda el móvil, es grabar, aunque sea mal que bien y a 20 metros de distancia, al candidato del PSOE.

—¡Que Gabilondo ha venido a Rivas!

Recuperado el aliento, Castro casi se justifica. “Yo a la derecha no la voy a votar. Lo haré a este hombre. Pues sí, es un poco soso, pero le veo el más sensato”, se despide mientras se anima para sobrevivir otro día. “La pandemia nos ha destrozado a la hostelería y al taxi. Somos almas gemelas, unidas. Nos va bien o fatal a la vez. Como ahora. Por eso mismo, necesitamos gobernantes serios”.

Sin estridencias, Ángel Gabilondo, siempre moderado —demasiado para algunos cuadros del PSOE—, se aplica a la hoja de ruta diseñada por La Moncloa y Ferraz. Descartados los fuegos de artificio que rigen la política actual, en los que Isabel Díaz Ayuso se maneja tan bien, el vencedor de las elecciones autonómicas de 2019 se prodiga desde finales de marzo visitando por las mañanas las grandes ciudades donde gobierna la izquierda. Y desde esta semana reparte por las tardes propaganda y atiende a los vecinos en los barrios de la capital. “Esto es un maratón, en el que hay que sembrar día a día. Ayuso ha salido al sprint, la campaña se le puede hacer muy larga al PP”, aventura en la sala de máquinas de la candidatura del PSOE.

Rivas-Vaciamadrid, el gran feudo de IU —aunque la vicealcaldesa es Mónica Carazo, la coordinadora de la campaña socialista—, fue este miércoles la última parada de una larga marcha que ha llevado a Gabilondo por Getafe, Fuenlabrada, Parla, Móstoles, Alcorcón, Arganda del Rey y Coslada. Todos son bastiones del PSOE y suman más de un millón de habitantes. Los socialistas, Más Madrid y Unidas Podemos necesitan que el electorado progresista del cinturón rojo del sur y el corredor del Henares se vuelquen en las urnas para compensar el tirón conservador en la capital.

“El 4 de mayo es imprescindible votar y hacerlo cada uno desde sus convicciones para que podamos tener una constatación explícita de lo que Madrid es. Llamo a todos los progresistas y demócratas a que votemos masivamente para parar el gobierno de Colón”, reiteró Gabilondo en la colonia Covibar —la raíz de la izquierda en Rivas— en alusión a un Ejecutivo de PP y Vox presidido por Ayuso. El PSOE volvió a desplegar este miércoles en la plaza del Callao una gran lona en la que anima a la participación. “Tu libertad es ir a votar” y “Si no puedes ir, vota por correo” son las dos ideas fuerza que lucen los dos enormes carteles, visibles desde la sede del Gobierno regional en Sol.

En vídeo, Ángel Gabilondo insiste en que es "imprescindible" ir a votar.

Antes de su despliegue en el corazón de Madrid —la Junta Electoral provincial ordenó la semana pasada la retirada de la anterior—, Ismael Fernández le agradecía a Gabilondo su presencia en su negocio en un soportal de Rivas. “Hay que pisar la calle, no estar en la poltrona. Muy bien, muy bien”, le decía. De vuelta a la rutina, contaba su pesadilla cotidiana: “Es mediodía y llevo una venta, un vestido de 24,95 euros”.

La clave del 4-M será qué bloque se moviliza más. Y la derecha siempre parte con ventaja en Madrid. Por eso Gabilondo se ha duplicado por las tardes. Sin el tropel matutino de cámaras de televisión. Exponiendo, en un ambiente menos invasivo, su proyecto a la antigua usanza. El lunes lo hizo en Chamberí, el martes en Latina y el miércoles en Arganzuela. La elección no se improvisa: lugares de paso de trabajadores de clases medias. Como el intercambiador de Aluche, donde unas 200 personas, repartidas a lo largo de una hora y siempre respetando la distancia social y el resto de medidas de seguridad, le prestaron atención. “La gente es más receptiva que en las campañas de 2015 y 2019”, afirma su círculo. El 4-M las urnas aclararán si sus impresiones eran acertadas. O no.

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