Vox votará sí a la investidura de Ayuso sin pedir entrar en el Gobierno

Monasterio asegura que el partido ultra será “decisivo” en Madrid en los próximos dos años

Rocío Monasterio, Santiago Abascal y Javier Ortega saludan a los seguidores de Vox congregados ante su sede tras conocerse los resultados electorales en Madrid. En vídeo, Monasterio asegura que facilitarán la investidura de Ayuso.Foto: EP | EPV

Vox facilitará la investidura de Díaz Ayuso en primera votación, sin exigir a cambio entrar en el Gobierno. “Votaremos a favor de la investidura de la señora Ayuso sin ninguna duda”, afirmó el líder del partido, Santiago Abascal, quien subrayó que sus 13 diputados votarán sí a la candidata del PP, por lo que no necesitará una segunda votación. Pese a ello, la cabeza de lista de Vox en la...

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Vox facilitará la investidura de Díaz Ayuso en primera votación, sin exigir a cambio entrar en el Gobierno. “Votaremos a favor de la investidura de la señora Ayuso sin ninguna duda”, afirmó el líder del partido, Santiago Abascal, quien subrayó que sus 13 diputados votarán sí a la candidata del PP, por lo que no necesitará una segunda votación. Pese a ello, la cabeza de lista de Vox en la Comunidad, Rocío Monasterio, aseguró que su partido “será decisivo” en Madrid en los próximos dos años.

El hecho de que el partido ultra descarte entrar en el Gobierno de Madrid no significa que renuncie a condicionar sus políticas. Monasterio señaló que Ayuso tendrá que elegir “entre Vox y una abstención del PSOE”; y Abascal también dejó la pelota en manos de la presidenta madrileña al subrayar que esta deberá decidir “si quiere gobernar apoyándose en los partidos de izquierda o en Vox”.

La composición de la nueva Asamblea regional, en la que el PP tiene más diputados que PSOE, Más País y Podemos juntos, hace que la única alternativa a Ayuso sea una alianza imposible entre la derecha extrema y toda la izquierda. Pero para sacar adelante sus proyectos, empezando por los presupuestos regionales que están prorrogados desde 2019, la presidenta regional deberá buscar el apoyo o, al menos la abstención, de alguna de las restantes fuerzas políticas y ahí es donde Monasterio asegura que Vox “será decisivo”.

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Tanto Abascal como Monasterio felicitaron a Ayuso por su “extraordinario resultado” y dieron por cumplido el objetivo que Vox se había fijado expresamente para estas elecciones, “frenar el asalto social-comunista a la Comunidad de Madrid”; es decir, evitar que la izquierda sumara escaños suficientes para desbancar a la presidenta regional. “El Frente Popular ha sufrido una derrota sin paliativos”, proclamó el primero.

También se dieron por satisfechos con los resultados de Vox en un contexto, aseguró Abascal, de “censura, violencia y demonización por parte de los medios de comunicación”. En realidad, el mayor obstáculo para su partido, que no mencionaron, era el efecto Ayuso; el hecho de que buena parte del electorado de Vox prefiriera a la candidata del PP por delante de la suya, según las encuestas.

Simpatizantes de Vox celebran los resultados electorales.Manu Fernandez (AP)

Si era así, el partido ultra ha conseguido resistir. En las pasadas elecciones madrileñas, con una participación del 64,27%, obtuvo el 8,8% de los votos y fue la quinta fuerza. En las últimas generales, con un 70,59% de participación, recibió el 18,49% de los sufragios y ascendió al tercer puesto, solo por detrás de PSOE y PP.

Este martes, con una participación del 76,25%, superior incluso a la del 10-N, Vox se ha quedado a mitad de camino entre ambos resultados, con el 9,15% de los votos y 13 diputados, uno más de los 12 que tuvo en 2019 (aunque ahora había cuatro más en juego), convirtiéndose en la cuarta fuerza de la Cámara. No es lo que Abascal esperaba, según reconoció anoche, pero lo deja intacto tras el huracán Ayuso, que arrasó a Ciudadanos, dejándolo fuera de la Asamblea, y desarboló al PSOE.

Más allá de sus resultados, el mantra de Vox en esta campaña fue “echar a Pablo Iglesias” de las instituciones. Abascal volvió a acusarle este martes de “mandar a sus esbirros a reventar los mítines de Vox”, en alusión a la detención de un empleado de Podemos por los disturbios en su acto electoral de Vallecas. Durante toda la campaña, el partido ultra buscó el cara a cara con Podemos y presentó como hazaña el choque de Monasterio con Iglesias en el frustrado debate de la Cadena SER, consciente de que, como los hooligans de algunos equipos de fútbol, solo hay algo que motive más que la victoria propia: la humillación del contrario. Al final, Iglesias se marcha de la política, pero no porque Podemos no haya llegado al 5% de los votos (tendrá 10 escaños en la Asamblea), como esperaba Vox, sino porque su figura moviliza más a los detractores que a los partidarios, según reconoció él mismo.

Votantes de Vox en la sede del partido, esta noche.Manu Fernandez (AP)

Cientos de seguidores de Vox se congregaron ante la sede del partido coreando gritos como “¡No pasarán!” y “Madrid será la tumba del sanchismo”, hasta que Abascal los mandó a casa pasadas las 11 de la noche, para no incumplir un toque de queda que Vox exigirá a Ayuso que derogue, junto a todas las medidas de confinamiento, a partir del próximo domingo, cuando decaiga el estado de alarma. Será la primera prueba de la influencia de Vox en la reforzada presidenta regional.

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