La España Vaciada busca su hueco electoral

Las plataformas contra la despoblación concurren en cuatro comunidades y 13 provincias. El objetivo es lograr un puñado de escaños clave que les permitan influir en los nuevos gobiernos

Foto de familia tras la presentación de candidaturas del 28-M de la federación España Vaciada, el pasado 29 de abril en Madrid.Carlos Lujan

Toda la España Vaciada mira a Teruel en esta campaña. Las candidaturas que tienen como principal y casi única motivación política el impulso de los territorios en riesgo de despoblación han encontrado un referente en Teruel Existe, un movimiento social que, después de dos décadas de movilización en la calle, decidió presentarse a las elecciones generales en 2019 y logró un escaño que ha resultado clave: ...

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Toda la España Vaciada mira a Teruel en esta campaña. Las candidaturas que tienen como principal y casi única motivación política el impulso de los territorios en riesgo de despoblación han encontrado un referente en Teruel Existe, un movimiento social que, después de dos décadas de movilización en la calle, decidió presentarse a las elecciones generales en 2019 y logró un escaño que ha resultado clave: el diputado Tomás Guitarte ha presionado al Gobierno durante toda la legislatura, exprimiendo el valor de su apoyo en numerosas votaciones, y obteniendo a cambio réditos políticos para su provincia. Con ese precedente, los partidos de la federación España Vaciada concurren ahora, en los comicios del 28 de mayo, en cuatro comunidades, 13 provincias y 233 municipios. El objetivo es entrar en los parlamentos autonómicos y ayuntamientos y convertirse en socio indispensable de los grandes partidos, influyendo así en los gobiernos. La convocatoria electoral anticipada de 2022 en Castilla y León pilló desarmadas a estas plataformas. Solo Soria ¡Ya! —que concurría por primera vez a unos comicios 21 años después de su fundación como movimiento ciudadano— logró representación: arrasó con tres de los cinco procuradores en liza en esa provincia.

Guitarte ha multiplicado su presencia estas últimas semanas, en precampaña y campaña, allí donde concurren las distintas siglas que llevan la bandera de la lucha contra la despoblación. “Vamos a ser la voz de todos los olvidados”, ha pregonado en los mítines. La federación de España Vaciada se presenta en 233 municipios —de los 8.131 que hay en todo el país—, 50 entidades menores y cuatro comunidades autónomas: Asturias, Aragón, La Rioja y Castilla-La Mancha. Las provincias en las que concurrirá, con siglas distintas en función del territorio, son Teruel, Huesca, Zaragoza, La Rioja, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Valladolid, Asturias, Toledo, Cuenca y Almería. El diputado aragonés dejó clara la pretensión del partido cuando presentó formalmente las candidaturas del 28-M: “España Vaciada asumirá una nueva responsabilidad, la de adentrarse en las instituciones para lograr la igualdad de oportunidades”.

Las candidaturas de los diversos territorios tienen perfiles dispares, pero un programa similar: reclamar mejores prestaciones, servicios o infraestructuras. Así lo cree Sandra Gonzalo, de 33 años, residente en Cordiñanes de Valdeón, una localidad del norte de León donde las carreteras o la cobertura dificultan la vida a los escasos 40 residentes del pueblo y frenan a los potenciales nuevos vecinos. “Estamos cansados de la dejadez de las administraciones, está todo muy parado, no se hace nada, aunque podrían”, critica la leonesa.

Ella lidera la candidatura España Vaciada Posada de Valdeón, municipio al que pertenecen Cordiñanes y otras seis aldeas y que suma 433 habitantes. La lista está integrada por un grupo de jóvenes, de los cuales solo tres —los propietarios de una panadería y la propia Sandra Gonzalo, empleada de un bar— viven en Cordiñanes todo el año. Pero cuentan, dicen, con el apoyo de toda su generación para impulsar cambios en un lugar en el que ahora “solo el turismo y la ganadería” permiten trabajar. “No hay facilidades ni oportunidades, todos son pegas”, expone la cabeza de lista, agradecida de poder hacer campaña persona a persona, día a día, explicando sus proyectos: “La gente mayor nos animó, quieren nuevas ideas”, asegura. Y cita algunos de los principales problemas: la falta de Internet, que impide teletrabajar a quienes aspiran a dejar las ciudades e instalarse en el pueblo; o el estado de las carreteras, bloqueadas con cierta frecuencia por las nevadas.

Ángel Ceña (Soria ¡Ya!) y Tomás Guitarte (Teruel Existe), en febrero de 2022, en el cierre de campaña de la plataforma soriana a las elecciones autonómicas de Castilla y León.Concha Ortega Oroz (Europa Press)

La brecha de edad se palpa al hablar con el asturiano César Murias, de 80 años. Él fue pionero en su Prelo natal (60 habitantes) porque pudo estudiar ingeniería de minas en Oviedo mientras se multiplicaba ayudando en el campo. Ahora ocupa el número 25 de la lista SOS Asturias-España Vaciada al Parlamento autonómico, y atribuye su decisión de participar en política a un “componente romántico”: “Representar a quienes salimos jóvenes del mundo rural pero no perdimos contacto con los orígenes”.

El veterano candidato cree que la sociedad ve “con simpatía” los movimientos de la España Vaciada, que persiguen el “retorno y reequilibrio de la población y de las formas de vivir”. “Interesa a los rurales y a los urbanitas, no es una rebelión, sino una necesidad sociológica de reinstalar a la población”, analiza Murias, con mucha gente “malviviendo en la periferia de las ciudades”. La edad no le impide implicarse, asegura, tras muchos años en movimientos sociales o candidaturas independientes que fueron fundamentales para irlo “concienciando” antes de “subir a un carro que está en marcha”. “Aspiramos a todos los territorios. La España Vaciada no es un ‘qué hay de lo mío”, sostiene.

José Julio Alfaro, de 72 años, participa en la candidatura de la España Vaciada para Nieva (La Rioja, 45 habitantes) bajo la premisa de “facilitar la vida” allí donde la sanidad se ve lastrada por la falta de medios e inversiones, o donde incluso hay problemas para repostar. Alfaro cambió Logroño por su pueblo cuando se jubiló y allí, tras haber siempre participado en sindicatos o asociaciones de vecinos, se implicó para formar una plataforma “e intentar mejorar las cosas”. “Quise aportar con gente de mismas preocupaciones”, resume. Las tres niñas residentes en el municipio alimentan las ganas de la plataforma para lograr peso institucional y maniobrar desde dentro para mejorar las condiciones rurales: “no solo para quienes estamos todo el año, sino también para quien viene en verano”.

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