Las limpiadoras de Lugo vencen a la patronal: 130 días de huelga para cobrar el salario mínimo

Las trabajadoras de la limpieza peor pagadas de España logran una subida de sueldo “histórica”

Concentración de protesta de las limpiadoras de Lugo el pasado octubre, pocos días después de arrancar la huelga.ÓSCAR CORRAL

La larga lucha de las limpiadoras peor pagadas de España por cobrar el salario mínimo llega a su fin con una victoria. Las 1.800 trabajadoras del sector en la provincia de Lugo, que ingresaban hasta ahora 13.594 euros al año, han logrado una subida “histórica” de sus sueldos después de resistir 130 días en huelga. El acuerdo incluye una cláusula que les garantiza que no volverán a cobrar por debajo del Salario Mínimo Interprofesion...

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La larga lucha de las limpiadoras peor pagadas de España por cobrar el salario mínimo llega a su fin con una victoria. Las 1.800 trabajadoras del sector en la provincia de Lugo, que ingresaban hasta ahora 13.594 euros al año, han logrado una subida “histórica” de sus sueldos después de resistir 130 días en huelga. El acuerdo incluye una cláusula que les garantiza que no volverán a cobrar por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). “Me han dado una lección que no voy a olvidar en la vida, son un ejemplo para toda la clase trabajadora”, destaca Asunción Castiñeira, delegada sindical de la CIG, central mayoritaria. “Este conflicto se ha alargado lo nunca visto y ellas han tenido capacidad de resistencia no solo económica, también personal y psicológica”.

El preacuerdo para renovar el convenio colectivo provincial lo firmó la CIG con la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (Aspel) en una reunión celebrada el pasado miércoles y fue ratificado este jueves por las trabajadoras en dos asambleas, una de mañana y otra de tarde. Según la información facilitada por la central, las nóminas de las limpiadoras de Lugo subirán en total un 18,3% durante la vigencia del convenio, un periodo que va de 2022 a 2026 y que, por tanto, supone que parte de la mejora se aplique con carácter retroactivo. Para 2022 las huelguistas han arrancado un incremento del 3% frente a la congelación que les planteaban los empresarios y que suponía para ellas cobrar menos del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Para 2023, el alza será de un 3,1%; del 4% para 2024 y 2025; y del 4,2% para 2026.

La CIG asegura que estas subidas son las más altas conseguidas hasta el momento en el convenio colectivo de limpieza de Lugo y, a nivel estatal, “las más altas de las pactadas en los últimos tiempos en el sector”, según les reconoció la patronal en las reuniones. También superan los incrementos suscritos por la patronal CEOE, UGT y CCOO en el acuerdo estatal de negociación colectiva. Estas alzas se aplicarán asimismo al plus de trabajo en domingos y festivos con los correspondientes atrasos. El acuerdo recoge una cláusula que garantiza que todas las trabajadoras “cobrarán, como mínimo, el SMI vigente en cada momento”. Aspel ha declinado el ofrecimiento de este periódico para valorar el fin del conflicto.

Castiñeira se declara emocionada. En las asambleas que ratificaron el preacuerdo, varias de sus compañeras le confesaron haber dormido la pasada noche “a pierna suelta por primera vez en muchos meses”, cuenta. “Lucha hoy para no llorar mañana”, repetía otra. Las empresas “han visto que había fuerza, que ellas creían en lo que estaban haciendo y que sabían que era el único camino”, sostiene la sindicalista sobre una negociación que arrancó con una postura “intransigente” de la patronal y que, después de que hayan cedido ambas partes, ha culminado en mejoras importantes que harán que las limpiadoras de Lugo dejen de ser las peor pagadas de España.

Las empleadas del sector en esta provincia gallega, encargadas de mantener limpios edificios privados y públicos como colegios, centros de salud, juzgados, oficinas de la Administración o pabellones deportivos, cobraban hasta ahora un salario anual de 13.594 euros, 1.500 euros por debajo de los 15.120 del SMI de 2023. Su convenio provincial expiró en 2021, justo en los últimos coletazos de la pandemia en la que fueron esenciales. La patronal, sin embargo, evitó sentarse con ellas hasta que se pusieron en huelga indefinida el pasado octubre. Ante estos atrancos, sus representantes sindicales han peleado para introducir en el nuevo convenio una cláusula de penalización que disuada a las empresas de repetir estas “maniobras” para demorar “indebidamente” las negociaciones. Si la comisión negociadora no se constituye en el primer trimestre de 2027, “se aplicará de manera automática un aumento de la tabla salarial del 2%”, destacan.

La negociación ha sido dura. La patronal, controlada por multinacionales como ACS, Acciona, FCC, Eulen, Ilunion, OHLA (antes OHL) o Sacyr, empezó ignorando sus propuestas y cuando por fin accedió a negociar, planteó una subida por debajo del SMI y desveló su intención de recortar la antigüedad “modificando el sistema de cálculo para pasarlo a una cuantía fija”. Este planteamiento de los empresarios hizo saltar las alarmas entre las trabajadoras, ya que la mayoría de ellas acumulan muchos años de experiencia y ese ingreso es una parte importante de sus precarias remuneraciones. Finalmente, han conseguido que los trienios sigan siendo un porcentaje del salario base, por lo que también subirán. El pacto con los empresarios incluye además que las huelguistas perciban los atrasos íntegros y sus vacaciones no se vean afectadas por la protesta. “Este acuerdo demuestra que la lucha, aunque sea dura, sirve para algo”, concluye Castiñeira.

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