‘Quo vadis’, Madrid
Volverá a ser la ciudad de asfalto en la que el coche manda mientras goza de mayores espacios y privilegios
Cuando la pandemia termine, las capitales de nuestro entorno habrán cambiado. Con mayor o menor dificultad superarán el trance habiendo descubierto el valor de salir a la calle, de pasear, de un tráfico más templado. Todas recordarán el pasado, pero habiendo pintado de futuro ...
Cuando la pandemia termine, las capitales de nuestro entorno habrán cambiado. Con mayor o menor dificultad superarán el trance habiendo descubierto el valor de salir a la calle, de pasear, de un tráfico más templado. Todas recordarán el pasado, pero habiendo pintado de futuro más espacios para el peatón o la bicicleta, con un transporte público mejor y unas avenidas pensadas para la ciudadanía y no para el coche.
Madrid no. Madrid volverá a ser la ciudad de asfalto en la que el coche manda mientras goza de mayores espacios y privilegios. Desconocemos si el sueño de la libertad en las terrazas desaparecerá, pero de hacerlo será para que los vehículos recuperen las orillas urbanas que son las aceras. Cañas o coches. Es la libertad.
Desconocemos si el sueño de la libertad en las terrazas desaparecerá, pero de hacerlo será para que los vehículos recuperen las orillas urbanas que son las aceras
Que el urbanismo lo hagan juristas en lugar de políticas y políticos no nos deja en buen lugar a unos ni a otros. La sentencia que anula Madrid Central, pieza clave en ese “plan A” que el anterior gobierno municipal gestó con apoyo de nuestro grupo y que redujo las emisiones y poniendo en valor un centro de la ciudad menos gris, nos deja hoy un supuesto “plan B” que ni es plan ni es B, por experiencia que en el PP tengan con esta letra.
Madrid 360 sólo es un logo, un dibujo y una broma de mal gusto publicitada por quienes se cargaron el Plan de Calidad del Aire y no han sido capaces de ofrecer una solución alternativa en sus dos años de gobierno. Palabras que se lleva un viento hoy más contaminado y que solo puede esperar del hombre del tiempo las soluciones que sus actuales gestores jamás le darán. Y esta irresponsabilidad medioambiental se torna también en insolidaridad, al eludir interesadamente nuestra gran parte de culpa al penalizar a los municipios vecinos y al conjunto de la región. Porque la contaminación nunca ha entendido de confinamientos perimetrales.
Y mientras, en Cibeles, comunican. Nadie en el gobierno de Almeida piensa en el aire que respiramos y que tristemente nos convierte en la ciudad europea con más muertes por contaminación. Tampoco la pandemia parece haberles ayudado a desarrollar esa sensibilidad y responsabilidad ante la pérdida de tantas vidas humanas, ausente durante la gestión de las residencias. Y la contaminación trae miles de muertes evitables.
Madrid no tiene un proyecto de ciudad para el futuro porque se niega a aprender de la primavera de las capitales europeas
Pero Madrid no tiene un proyecto de ciudad para el futuro porque se niega a aprender de la primavera de las capitales europeas; porque quienes hoy la gestionan rechazan abrir espacios peatonales, extender Bicimad a los barrios fuera de la m-40 o anteponer la salud a la arcaica competición entre el coche y el ladrillo. Almeida es tan simpático como complaciente con el único verde que acepta: el de la fuerza política que sustenta su frágil gobierno con un socio, los otros, en descomposición. Y con estos tres jinetes marcando el camino, Madrid no sabe adónde la llevan.
Ignacio Benito, concejal socialista de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Madrid.
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