A la máquina de café de dos en dos y con vigilancia: así ha sido la noche de encierro de los médicos de Madrid

Nueve de los diez representantes del comité de huelga de los profesionales de Atención Primaria siguen en la Consejería de Sanidad de Madrid a la espera de que el Gobierno de Ayuso acceda a hablar con ellos

Los sanitarios que se han encerrado en la sede de la Dirección General de Recursos Humanos del Servicio Madrileño de Salud

La noche ha sido dura para los nueve miembros del comité de huelga de la Atención Primaria que aún siguen encerrados en la Consejería de Sanidad de Madrid, a la espera de que algún interlocutor acceda a hablar con ellos. Han dormido apenas tres horas intermitentes en el suelo, compartiendo cuatro mantas que consiguieron colar sus compañeros a través del balcón y con la sensación de e...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La noche ha sido dura para los nueve miembros del comité de huelga de la Atención Primaria que aún siguen encerrados en la Consejería de Sanidad de Madrid, a la espera de que algún interlocutor acceda a hablar con ellos. Han dormido apenas tres horas intermitentes en el suelo, compartiendo cuatro mantas que consiguieron colar sus compañeros a través del balcón y con la sensación de estar metidos en una película donde les ha tocado ser los rehenes. No les dejan ir a la máquina de café sin que les vigile el personal de seguridad del edificio, solo pueden hacerlo de dos en dos y, por supuesto, les han negado el acceso a una sala contigua donde hay tres pequeños sofás “de los años setenta”. La han cerrado con llave, por si acaso se les ocurre entrar. También les cierran el balcón en cuanto se percatan de que hay comunicación con la gente que voluntariamente ha ido a apoyarles a la calle. “El trato está siendo denigrante”, lamenta Ángela Hernández, secretaria general de Amyts, que a primera hora de la mañana acababa de colgar el teléfono con sus tres hijos de 7, 10 y 13 años, que no entienden qué hace encerrada.

“Lo siento, no podré ir hoy [por este viernes] a las exhibiciones de ingenio y ajedrez”, ha dicho Hernández a sus tres hijos. Las vidas de los representantes sindicales se han congelado. Solo consisten en esperar, en recibir ánimos de algunos compañeros que van a gritar a la puerta del edificio y en lamentar “la poca calidad humana que tiene este Gobierno”, que se ha mofado de ellos en redes sociales. A pesar de todo, Hernández alberga algo de esperanza y espera que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso muestre “algo de sensatez” y se siente a negociar un plan para la Atención Primaria que sea viable. La esperanza es lo último que se pierde, bromea al teléfono, aunque cada vez están más indignados con esta Administración que, en su opinión, no tiene ninguna intención de solucionar nada. El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero, ya ha avisado que no va a ir ningún interlocutor diferente: “Irán los que entiende el Gobierno de la Comunidad de Madrid porque son parte del Gobierno y son la directora general de recursos humanos, el director general de proceso integral de salud, la gerente de atención primaria... que son los que llevan el día a día de las condiciones laborales de los trabajadores y son los que avanzan en este tipo de decisiones”.

De los 10 miembros del comité de huelga que se encerraron el jueves quedan nueve. La pediatra Dora Bejarano se fue a casa alrededor de la una de la mañana porque tenía que trabajar este viernes. Formaba parte de los servicios mínimos asignados a su centro de salud y Recursos Humanos no quiso hacer una excepción con ella. Así que abandonó el edificio “con todo el dolor del mundo y bastante nerviosa” para evitar que, además de todo lo que estaba pasando, le abrieran un expediente disciplinario. Los demás se quedaron allí, incluidos tres doctores de 57, 62 y 63 años, por los que Hernández sufre especialmente.

“Tengo cargo de conciencia por ellos. Estar en el suelo no es nada agradable. Pero estamos fuertes. Hoy seguiremos esperando a que venga alguien a hablar con nosotros”, lanzaba al aire, como un órdago que espera que alguien recoja. Lo cierto es que el encierro estaba entre sus planes, aunque Hernández asegura que no llegaron a la reunión del jueves con la intención de llevarlo a cabo.

―¿Qué novedad traéis?―, les dijeron nada más entrar.

―No, no, ¿qué novedad traéis vosotros?―, respondieron los miembros de Amyts.

La situación dejaba claro que no tenían ningún objetivo de avanzar en las negociaciones. Sí que es verdad, dice Hernández, que cada vez que ha habido un encuentro entre la Administración y el comité de huelga se ha producido gracias a que los portavoces de Amyts lo han pedido formalmente y por escrito. El Gobierno de Ayuso ha optado por el inmovilismo. No se mueve ni una coma de lo que ya ha propuesto y que no ha convencido a los profesionales. Principalmente, porque necesitan el aval de la Consejería de Hacienda de que van a cumplir con lo que prometen, y no como pasó en 2020, que firmaron un pacto para desconvocar unos paros que luego el consejero Javier Fernández-Lasquetty echó para atrás y convirtió en papel mojado.

También quieren saber qué va a pasar con los pacientes que ya no formen parte de su agenda diaria. Hasta ahora atienden a 50, 60 o incluso 70 al día y la Administración se ha comprometido a rebajarlos a 34 para los médicos de familia y a 24 a los pediatras. “¿Quién y cómo se atenderán a los pacientes número 35 (y 25) en adelante? ¿Se hará de forma voluntaria? ¿Contratarán a más médicos? ¿Qué pasará con ellos?”, han insistido en las negociaciones. Nadie ha respondido a esas pregunta.

Versión de Escudero

El Gobierno de Ayuso argumenta que los representantes sindicales se levantaron de la mesa en la última reunión, la del 2 de diciembre, porque en realidad no querían negociar la salida de una huelga que comenzó el pasado 21 de noviembre. Creen que se trata de una huelga política y que quieren alargarla hasta las elecciones de mayo. Escudero ha asegurado que no les sorprendió que los miembros del comité de huelga comenzaran un encierro. “Ya venían con esa idea preconcebida, venían con mochilas preparados”, ha avanzado. “Cuando uno presenta esa declaración de huelga y una serie de puntos y la consejería ha avanzado en cada uno de los puntos [...] y cada vez que hay un acercamiento se descuelgan con nuevas peticiones. Ayer fue la subida lineal que ya habíamos hablado, que ya hay un plan de mejora de atención primaria que ya contempla parte de esa subida de media de 3.800 euros al año de médicos de familia y 3.300 en pediatras [lo contempla, es cierto, pero no se ha cumplido]. Pero la nueva petición es una subida lineal y, aparte, ya otro de los puntos que es inasumible para la consejería que es cargarse el turno de tarde de atención primaria”, ha espetado.

Ayuso, poco después, ha insistido en esa idea, en la de que los médicos buscan “que se acabe el turno de tarde en la Atención Primaria, un turno básico para todos los ciudadanos que trabajan en la Comunidad de Madrid, muy especialmente cuando hay que acudir a pediatría”.

Hernández, desde dentro de la consejería de Sanidad, ha vuelto a responder: “Resulta muy cansado desmentir todo el rato lo que dice el consejero, que además no ha estado en ninguna de las reuniones, y ahora Ayuso. Es falso. Nosotros no pedimos eso. Lo que llevamos tiempo pidiendo es que se refuerce el turno de tarde porque hay población descubierta, es decir, que no tiene médico asignado y eso significa que los que sí están trabajando acaban saturados con sus pacientes y con los que no tienen médico asignado. Eso es lo que decimos, que es muy diferente a lo que ellos dicen”.

Mientras, los profesionales sanitarios en huelga pierden unos 200 euros por día de paro. “Ahora ya no pueden decir que nos hemos levantado. Nos hemos quedado aquí esperando. Pero nadie viene”, continúa la secretaria general. “Nosotros tenemos voluntad de negociación”, ha respondido Escudero.

La situación no puede estar más alejada. Para Hernández, “está habiendo una crueldad innecesaria”. Escudero insiste en que “esto es un chantaje” y que “la interlocución se está produciendo con las personas idóneas de la Comunidad de Madrid”. Sin embargo, este jueves los representantes de Amyts encerrados se pusieron en contacto con la directora general de Recursos Humanos, Raquel Sampedro, al menos en cinco ocasiones, pero no quiso pasar a verlos. “Pedimos verla y nos dijo que pusiéramos en un papel qué queríamos. Escribimos que queríamos un interlocutor con el que hablar y alguna cosa más, como que permitieran que nos pasaran comida y medicamentos, y no solo filtraron el papel a la prensa, sino que vimos cómo un diputado lo colgaba en Twitter riéndose de nosotros. Es lamentable”.

Suscríbete aquí a nuestra newsletter diaria sobre Madrid.

Sobre la firma

Más información

Archivado En