Ayuso usa un informe de la UE que no evalúa los sistemas de salud para celebrar que Madrid tiene la mejor sanidad de Europa
A las puertas de la campaña electoral, y tras meses de huelga en la Atención Primaria, el PP presume del balance entre las críticas de la oposición
En el cuartel general del PP de Madrid tocaban zafarrancho de combate este martes por la tarde. Tras meses de desgaste por la huelga de médicos de Atención Primaria, finalmente solucionada, el partido de Isabel Díaz Ayuso se coordinaba para anunciar a través de todos sus portavoces que un estudio de la Unión Europea “sitúa a la sani...
En el cuartel general del PP de Madrid tocaban zafarrancho de combate este martes por la tarde. Tras meses de desgaste por la huelga de médicos de Atención Primaria, finalmente solucionada, el partido de Isabel Díaz Ayuso se coordinaba para anunciar a través de todos sus portavoces que un estudio de la Unión Europea “sitúa a la sanidad de Madrid como la mejor de todas”. Así lo escribía, palabra por palabra, la presidenta regional en Twitter. Solo había un problema. El documento, elaborado por la Comisión Europea, no estudia los sistemas sanitarios, ni analiza, por lo tanto, qué atención médica reciben los ciudadanos de cada región. Todo lo contrario. Como especifica el propio informe, evalúa la salud de los trabajadores como una variable que influye en su productividad laboral, en la competitividad de la región en la que residen y, por lo tanto, en la actividad económica.
Madrid queda retratada como la región más competitiva de España, y una de las más punteras de Europa. También muestra un salto hacia adelante de la Comunidad con respecto al último balance, de 2019, tanto en general (mejora del puesto 63 al 32 en el ranking general de 234), como en infraestructuras (octava mejor región) e innovación (20 puntos mejor que hace cuatro años). Pero nada se dice de su sistema de salud en el informe. Ni bueno, ni malo. Y además, aunque Ayuso intenta apropiarse del supuesto éxito, todos los indicadores referentes a la salud se basan en datos previos a su llegada al poder (2019).
Nada de eso detiene a los portavoces del PP. Los madrileños suspenden la atención sanitaria que reciben, según el CIS, y señalan que el principal problema de la región es la sanidad, según una encuesta encargada por la Comunidad. Por eso, a las puertas de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, la posibilidad de juguetear con los conceptos y nivelar la balanza es demasiado jugosa para el partido conservador.
“Estamos muy contentos”, celebra Díaz Ayuso ante la prensa. “Demuestra que todo el trabajo que estamos poniendo en marcha desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid funciona, que cuando la sociedad trabaja unida, libre y buscando la prosperidad, todo funciona”, añade. “Esto ha pasado en la competitividad general de la Comunidad de Madrid, y muy concretamente gracias a la sanidad de Madrid, que ahora se ha situado como la mejor de la Unión Europea (...) gracias al trabajo del personal sanitario y a la apuesta decidida de la Comunidad de Madrid por una sanidad pública universal y de la mejor calidad”.
Al toque de corneta de la líder conservadora responden todos los pesos pesados del Gobierno y del partido, que uno tras otro se lanzan a celebrar el supuesto éxito, convertido en argumento electoral y de confrontación con los rivales políticos: “La UE sitúa a Madrid como la región europea con mejor Sanidad”, amplifica su número dos en el PP de Madrid, Alfonso Serrano. “A alguno le va a dar vueltas la cabeza”. “Pese a las mentiras y la manipulación de la izquierda, la sanidad de Madrid es la mejor de la Unión Europea”, llega a escribir la popular Nadia Álvarez. “La sanidad de la Comunidad de Madrid se erige como la más competitiva de la Unión Europea”, añade, más comedido, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero.
¿Qué es lo que dice el informe? Que Madrid, efectivamente, lidera el índice de competitividad continental en salud. Pero eso, según la definición de esa variable, no tiene nada que ver con el sistema sanitario. Así se explica en el documento: “El eje de salud describe el capital humano en términos de estado de salud y bienestar, con un énfasis particular en los trabajadores. Una buena salud de la población lleva a una mayor participación en el mercado laboral, a una vida laboral más larga, a mayor productividad, y a menos costes sociales y en cuidados de la salud”.
Por lo tanto, este indicador no mide la calidad de la sanidad, sino que valora determinados aspectos relacionados con la salud.
Para medir este apartado no se emplean variables como el número de médicos por habitante, el número de hospitales, la espera media para ser atendido o la cartera de servicios del sistema sanitario. Por el contrario, el foco se pone en las muertes en carretera, la calidad de vida, la mortalidad infantil, la tasa de muertes por cáncer y enfermedades del corazón, o la de suicidio... en menores de 65 años. La edad elegida no es casual: como el estudio mide la salud en relación con la economía y el trabajo, se centra en quienes pueden trabajar, y deja fuera al resto, que sí están en el sistema sanitario.
Si bien la mortalidad infantil, por cáncer o enfermedades del corazón sí está directamente relacionada con la calidad de un sistema sanitario, el estudio no solo restringe sus datos por edad, sino que además no los desagrega en función de dónde son tratados los pacientes (sistema público o privado).
Críticas de la oposición
Todos esos datos, y la celebración del PP con ellos, despertaron las críticas de la oposición, que cree haber encontrado en la defensa de los servicios públicos una bandera electoral clave para competir en las elecciones con Ayuso, clara favorita para ganar los comicios del 28-M en todas las encuestas.
“[El índice] no habla de sanidad. Habla de salud”, se quejó Javier Padilla, médico y portavoz de campaña de Mónica García, la candidata de Más Madrid. “Los indicadores que elige tienen muy poca vinculación con el sistema sanitario, y más con otros determinantes sociales de salud”.
“No es un índice sanitario, sino de competitividad”, coincide Carlos Moreno, secretario de sanidad del PSOE de Juan Lobato. “No nos habla de la situación de la sanidad [de Madrid], sino de determinantes sociales de la situación de la sociedad”, añade.
“No es cierto que la UE haya dicho que Madrid tiene la mejor sanidad”, coincidió Alejandra Jacinto, la candidata de Podemos a la presidencia regional. “Lo que ha dicho es que tiene un alto índice de atracción a la instalación de empresas. Lo que sorprende en materia sanitaria cuando la sanidad es pública, universal y gratuita. Igual es que alguien está privatizando de más”, añadió. “Que nos mientan señala el miedo que tienen”.
La realidad, además, sirvió de contraste este miércoles para la celebración del Gobierno. Al desplazarse Ayuso a un acto en el hospital público Gregorio Marañón, un grupo de sanitarios le reclamó a gritos la activación de la jornada laboral de 35 horas para los médicos de hospital, que había prometido estudiar su consejero de Sanidad después de que a finales de 2011, debido a los recortes de la crisis de entonces, los facultativos pasaran a trabajar 37,5 horas semanales con la promesa, eso sí, de volver a la jornada de las 35 una vez acabara la crisis.
Sin embargo, el titular de Economía y Hacienda, Javier Fernández Lasquetty, entiende que no es posible atender esa reclamación por tener un coste “muy alto”. Solo Madrid, Castilla y León, Galicia, Murcia y Cataluña mantienen esa medida impuesta con la crisis.
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