La tormenta inunda parte de las urgencias, los almacenes y la farmacia del hospital Ramón y Cajal de Madrid
Una portavoz del centro hospitalario asegura que la inundación “no tuvo repercusiones asistenciales ni personales” ni tampoco causó daños materiales
A las siete de la tarde del lunes, en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid “volvió a pasar lo que pasa siempre cuando caen cuatro gotas” en la capital, lamenta Luis Mancera, que lleva 30 años trabajando allí de administrativo en atención al paciente y los 10 últimos como delegado sindical de CC OO. Y lo que pasa siempre, “lo normal”, es que se inunde: “...
A las siete de la tarde del lunes, en el Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid “volvió a pasar lo que pasa siempre cuando caen cuatro gotas” en la capital, lamenta Luis Mancera, que lleva 30 años trabajando allí de administrativo en atención al paciente y los 10 últimos como delegado sindical de CC OO. Y lo que pasa siempre, “lo normal”, es que se inunde: “Se puso a llover y en apenas 15 minutos el agua anegó dos sótanos y parte de las urgencias”. Sin embargo, una portavoz del centro asegura que “este hecho no tuvo repercusiones asistenciales ni personales” ni causó daños materiales. Una portavoz de Emergencias Madrid detalla que los bomberos municipales estuvieron dos horas y media achicando agua. En la intervención participaron cinco vehículos ―dos bombas urbanas ligeras, un vehiculo de desagüe, una furgoneta y el vehículo del jefe de guardia―.
Mancera explica que el agua empezó a entrar “en tromba por una rampa de descarga y los sumideros que hay en farmacia, en la planta -5″ y un cuarto de hora después ya “había una cuarta de agua”. La lluvia también empantanó la lencería ―donde se guardan la ropa de cama, los pijamas de los pacientes y los uniformes de los empleados―, que está en la planta -3, a la zona de oficinas de la cocina, también en la-3, y al aparcamiento, donde había “un palmo de agua”.
Además, en uno de los controles de enfermería de urgencias “se hundió el falso techo y caía una catarata de agua”, por lo que “un centenar de pacientes” que estaban en boxes en esa zona, a la que llaman “de amarillos”, tuvo que ser trasladado a otras dependencias, donde “estarían hacinados”. Los pacientes “pudieron cenar gracias al personal de cocina que, viendo que el agua llegaba a las dependencias administrativas, donde el techo se hundió, aceleraron el servicio” y sacaron los platos corriendo. “Si llega a llover 10 minutos más, el agua llega a la cocina”, comenta.
Un portavoz del centro admite que “las fuertes lluvias registradas por la tarde en Madrid provocaron una acumulación de agua en el sótano -5, donde se ubica una zona de almacenes y otra del servicio de farmacia, por lo que los bomberos tuvieron que intervenir”, pero añade que “este hecho no tuvo repercusiones asistenciales ni personales”. La portavoz señala que, este martes, la situación es de normalidad.
Sin embargo, Mancera subraya que “sí que afectó a nivel asistencial, hubo que evacuar a pacientes”, al tiempo que recuerda que farmacia no es un mero despacho de medicamentos, sino que “hay campanas donde se fabrican las medicaciones para las quimioterapias” y que duda que no haya echado a perder parte del material de los almacenes. Según el delegado sindical, “se ha normalizado todo menos la farmacia, donde hay partes que siguen inundadas y se sigue retirando material”.
Para CC OO, lo ocurrido “es muy grave” y pone de relieve que los “hospitales madrileños necesitan una buena inversión en mantenimiento, que no ha hecho jamás”. El hospital tiene 35 años y, en los 30 que lleva allí Mancera, “nunca ha habido un plan serio y de mantenimiento, que es cero”. Como ejemplo de la situación, asegura que “no se puede beber agua de los grifos, el agua sale verde de cómo están las cañerías”. “El servicio técnico está privatizado y bajo mínimos”, lamenta. Según el sindicato, también se produjo una inundación en el hospital La Paz, en concreto en la planta octava, “donde se cayó un falso techo”, pero no afectó a la zona de hospitalización.
La tarde del lunes cayeron lluvias fuertes, pero no torrenciales, de entre 10 y 30 litros de agua por metro cuadrado dependiendo de las zonas, donde más en los distritos de San Blas, Barajas, Hortaleza y Fuencarral, donde se ubica el hospital. Resultaron afectadas cuatro autovías, principalmente la A-2, así como en la M-30, y se registraron cortes en tres líneas de metro. Los bomberos de la capital realizaron entre las 18.30 y las 20.30 más de 30 intervenciones, de las que priorizaron el rescate de personas. Tras remitir las lluvias, sobre las ocho y media de la tarde, había una lista de espera de 100 incidencias pendientes.
Este martes, toda la Comunidad de Madrid ha pasado la mañana bajo aviso amarillo, el menor. Sobre las seis de la tarde, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha actualizado el aviso: mantiene el amarillo en toda la región por el riesgo de que caigan 15 litros por metro en una hora, mientras que eleva a naranja el nivel, el segundo de una escala de tres, en la capital, en el área metropolitana y el Corredor del Henares por la alta probabilidad de que caigan tormentas con granizo hasta las 22.00.
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