Caen los dos ‘zares’ del grafiti en San Sebastián de los Reyes, acusados de pintar más de 250 paredes

El municipio madrileño ha gastado 200.000 euros en los últimos siete meses para limpiar las pintadas

El paseo de Guadalajara en San Sebastián de los Reyes, uno de los tramos más afectados por el grafiti, el 19 de febrero.Juan José Martínez

El sonido del aerosol rasga de improvisto el silencio ceremonioso de la noche. El bote escupe una R inicial, seguida de una O, la C y otra O, que quedan grabadas en el número 40 del paseo de Guadalajara en San Sebastián de los Reyes (Madrid). El grafitero, experto en la materia, ha repetido el procedimiento más de 150 veces, según la Policía Local. Pero hasta al mejor panadero se le quema el pan y, antes de que pueda reaccionar, un uniformado lo aborda sigilosamente por la espalda. Consciente de su inferiorid...

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El sonido del aerosol rasga de improvisto el silencio ceremonioso de la noche. El bote escupe una R inicial, seguida de una O, la C y otra O, que quedan grabadas en el número 40 del paseo de Guadalajara en San Sebastián de los Reyes (Madrid). El grafitero, experto en la materia, ha repetido el procedimiento más de 150 veces, según la Policía Local. Pero hasta al mejor panadero se le quema el pan y, antes de que pueda reaccionar, un uniformado lo aborda sigilosamente por la espalda. Consciente de su inferioridad atlética, el agente intenta despistarlo con una pregunta sobre una supuesta mujer que pedía ayuda en esa calle. El grafitero niega haber escuchado algo, pero el policía ya le ha ganado algunos metros y le informa de su detención. Este es el relato que hacen fuentes del consistorio sobre el arresto en el marco de la lucha contra los chavales que, spray en mano, buscan inmortalizar su firma en alguno de los espacios libres que aún quedan en este municipio.

Hace unas semanas, la Policía Municipal capturó a Roco. Días más tarde, cayó Kdys —que también firma que como Kdis o Kdes—, un menor de edad al que le atribuyen un centenar de pintadas. El Ayuntamiento ha procesado administrativa y penalmente a ambos, mientras continúa la persecución contra otro puñado de grafiteros que, aseguran, ya están identificados. El equipo al frente del municipio tras las elecciones del pasado mayo ha gastado 200.000 euros en la limpieza de grafitis en los primeros siete meses de gobierno.

Carlos Bolarín Díaz (44 años), concejal delegado de Seguridad (PP), detalla que la “estrategia integral” del Ayuntamiento para desenmascarar a los grafiteros comenzó con la reactivación del contrato de las cámaras de seguridad, vencido desde el mandato anterior. Aunque el registro no ha permitido constatar la identidad de los grafiteros, que van siempre “con sudadera y tapados”, sí ayuda a rastrear las rutas de los infractores. De esta forma, se ha logrado estrechar el cerco al identificar los barrios o residencias de algunos.

Una vecina camina por plaza de los Olivares en San Sebastián de los Reyes (Madrid), el 19 de febrero.Juan José Martínez

La mayor dificultad de la investigación supone descubrir en flagrancia a los grafiteros, única forma posible de vincularlos con las pinturas. Con los vídeos de las cámaras de seguridad, la Policía plantó algunos efectivos encubiertos “mañana, tarde y noche” cerca de los domicilios de los infractores. Bolarín detalla: “[La Policía] Me pide que limpiemos las paredes donde ellos se manejan para provocar un efecto llamada, quieren que limpiemos para ir de nuevo a hacer el grafiti”. Ya había anteriormente, cuando borraban una firma y “al día siguiente volvían a rayarla”, afirma el concejal, además con mensajes dedicados al consistorio como “alcaldesa te quiero”, “esto no se borra”. El Ayuntamiento limpió las paredes y los grafiteros mordieron el anzuelo: el 8 de febrero cayó Roco y el 13, Kdys, mientras estampaban sus firmas.

Si la cuantía del daño causado no excede los 400 euros, el artículo 263 del Código Penal establece una multa de uno a tres meses —cuya cuantía diaria será determinada por un juez en función de los ingresos del infractor—. Dada la cantidad de firmas atribuidas a estos grafiteros, el Ayuntamiento quiere demostrar que los daños superan ese valor, lo que escalaría las sanciones a entre uno y tres años de prisión o multas de entre 12 y 24 meses. Pero, para certificar la autoría del centenar de firmas, es imprescindible el trabajo de un perito grafológico, cuya dictamen debe ser avalado por el juez.

D. R. prefiere presentarse solo con sus iniciales “por motivos de seguridad”. Es el perito judicial de la Policía Local de San Sebastián de los Reyes, encargado de cotejar si las otras firmas de Roco y Kdys en las paredes del municipio pertenecen a las personas identificadas. “Cuando pillamos a un grafitero in fraganti ya tenemos una firma indubitada, es decir, que no genera dudas de su autoría. Con esa firma hacemos una trazabilidad grafológica para demostrar que es igual a las otras que nos hemos encontrado”, señala D. R. antes de detallar el proceso: “Para organizar la trazabilidad tenemos en cuenta la tipología de grafiti, la forma en la que se hace (si las letras se pintan de izquierda a derecha o de arriba a abajo) o si tiene más, o menos, presión”. Si las características se repiten, hay evidencia suficiente para atribuir las pintadas a un mismo autor, señala el especialista.

El perito ha reconstruido el estilo de ambos grafiteros. Roco utiliza la tipografía Bubble Letters, no deja espacio entre las letras, escribe de forma descendente e inclinando el spray hacia abajo, ya que “en la parte de arriba suele ser más fina y ensancharse en la parte de abajo”, detalla D. R. Sobre Kdys, ha concluido que prefiere la tipografía Chrome Letters, de “letras más angulosas y no tan voluminosas”, y existe “una alta probabilidad de que sea diestro”, detalles que, espera el Ayuntamiento, logren convencer al juez sobre la autoría de los grafitis. El perito afirma que “el margen de error es muy escaso”, si acaso del 10%, como mucho.

La firma de Roco, uno de los grafiteros identificados por la Policía Municipal de San Sebastián de los Reyes.Juan José Martínez

El estilo arquitectónico de San Sebastián de los Reyes, donde predominan las fachadas de ladrillo, encarece la limpieza de los grafitis. Despintar una firma sobre una pared de adoquines cuesta cerca de 23 euros, mientras que en una pared lisa el precio desciende a los seis euros. La Concejalía de Seguridad ha precisado a EL PAÍS que desde julio del 2023 han limpiado 919 metros cuadrados.

Los grafiteros, amantes de la adrenalina, incluso hurtan los aerosoles con los que pintan la ciudad, según fuentes municipales que, además, detallan sobre el perfil de los capturados que “no es el estereotipo de la familia deprimida, donde el chaval usa el grafiti como forma de expresión”. Más que eso, apuntan a “una conducta delincuencial, porque no tiene empatía por los vecinos afectados”.

El mural donde fue detenido Roco el 8 de febrero, mientras escribía su firma con aerosol.Juan José Martínez

El establecimiento contiguo a la pared donde la policía capturó a Roco es la peluquería Uomo, administrada por Sergio García, de 47 años. El hombre lamenta que los grafiteros deterioren su local con los grabados de aerosol: “Es un poco faena porque das una imagen que no corresponde con la que quieres dar a tus clientes”. Y apunta: “Tampoco es algo que digas qué arte, solo es vandalismo”.

A un par de calles de distancia, el podólogo Miguel García, de 34 años —cuya clínica ha sido blanco de los grafiteros— se permite diferenciar entre vandalismo y el arte urbano. “Una cosa es darle vida a un entorno, pero esto al final no sirve más que para ensuciar”, señala García. Sobre su fachada resalta una firma garabateada con spray que de momento no piensa borrar: “Si limpias, sabes que corres el riesgo de que lo vuelvan a pintar”.

Cuando cae la noche en San Sebastián de los Reyes, grafiteros y policías juegan al gato y al ratón. “Ya sabemos quienes son y queremos cogerlos con las manos en la masa”, advierte el consistorio. Mientras aumenta la presión policial, el gobierno local evalúa otras medidas como actualizar la Ordenanza Municipal para la Protección de la Convivencia Ciudadana con el fin de agravar las penas administrativas para esta infracción o utilizar una capa antigrafiti sobre la pintura para que sea más fácil limpiar el aerosol. No es una tarea fácil. Aunque los grafiteros son escurridizos y saben capitalizar la impunidad natural de la noche, ya han caído las primeras leyendas.

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Pieza de arte urbano, pintada a las afueras de San Sebastián de los Reyes.Juan José Martínez


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