Ha llegado su hora: a la venta el poblado Western Leone, en el Lejano Oeste de Almería, por un puñado de euros
El ‘set’ de rodaje que Sergio Leone creó para ‘Hasta que llegó su hora’ está a la venta por 2.800.000 euros. Actualmente, funciona como parque temático, pero sus propietarios viven ahí
Una bella joven llamada Jill McBain se baja del tren en la estación de Flagstone, un pueblo del viejo Oeste americano. Para su sorpresa, nadie la espera en el andén. Tras varias miradas ansiosas a su reloj de bolsillo, se hace evidente que su nuevo marido no irá a recogerla y Jill busca ayuda para llegar a Aguadulce, el lugar donde se establecerá como esposa y madre de los hijos del exviudo Brett McBain. Cuando ella aparece allí, en un carro tirado por un caballo, encuentra una escena que nada se asemeja a las festividades que estaban a punto de celebrar: Brett McBain y sus tres hijos han sido...
Una bella joven llamada Jill McBain se baja del tren en la estación de Flagstone, un pueblo del viejo Oeste americano. Para su sorpresa, nadie la espera en el andén. Tras varias miradas ansiosas a su reloj de bolsillo, se hace evidente que su nuevo marido no irá a recogerla y Jill busca ayuda para llegar a Aguadulce, el lugar donde se establecerá como esposa y madre de los hijos del exviudo Brett McBain. Cuando ella aparece allí, en un carro tirado por un caballo, encuentra una escena que nada se asemeja a las festividades que estaban a punto de celebrar: Brett McBain y sus tres hijos han sido asesinados. Lo que Jill encuentra a su llegada es un multitudinario funeral. Ahora es la nueva propietaria de esas tierras.
La potente escena pertenece al que se ha definido como el más épico de todos los spaghetti western: Hasta que llegó su hora (1968), dirigido por Sergio Leone tras el éxito cosechado por su trilogía del dólar (Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo), protagonizado por Clint Eastwood y con música de Ennio Morricone. Hasta que llegó su hora fue el penúltimo spaguetti western de Leone, también el más colosal. Jill está interpretada por Claudia Cardinale, compartiendo cartel con Charles Bronson y Henry Fonda, en el papel de villano.
Para el rodaje Leone tuvo carta blanca y, con un presupuesto que rondó los cinco millones de dólares de entonces (la mayoría destinado a pagar a los actores), el director volvió a apostar por el desierto de Almería, esta vez construyendo un trozo del lejano Oeste en la localidad de Tabernas: un poblado western con la famosa Casa Roja, un rancho original o el poblado mexicano. Ahora todo el set del conocido como Western Leone se encuentra en venta por 2.800.000 euros. “No creo que sea un precio exagerado”, cuenta a EL PAÍS José Ruda, gerente de la inmobiliaria encargada de la venta, Grupo Rukasa, “la memoria, la historia y el sentimiento arraigado a este lugar no tiene precio”.
En la actualidad, Western Leone funciona como parque temático con espectáculos los viernes, sábados y domingos y como plató para rodajes de series, cortometrajes, anuncios para la televisión o incluso videoclips. El británico Mika grabó aquí su vídeo musical Boum Boum Boum. En Tabernas existen otras dos atracciones turísticas ambientadas en el Lejano Oeste. La más conocida de todas es el Oasys MiniHollywood, diseñado originalmente para la película La muerte tenía un precio (1965) y que los extras que participaron en El bueno, el feo y el malo (1966) decidieron comprar para convertirlo en atracción turística. Actualmente, está gestionado por la cadena hotelera Senator Hotels & Resorts y tiene espectáculos diarios de cowboys y bailes de cancán. También tiene zona acuática y un parque zoológico. El otro es Fort Bravo / Texas Hollywood, uno de los escenarios originales de El bueno, el feo y el malo, que en 1977 fue comprado por el especialista de cine Rafael Molina con la intención de alquilarlo si volvían a rodar por la zona. A partir de los años ochenta del siglo pasado, Molina comenzó a cobrar 25 pesetas a los turistas que sentían curiosidad por utilizarlo. Más adelante se añadieron el espectáculo, tiroteos y peleas de bar al estilo salvaje oeste, así como un saloon que ofrece comida a sus visitantes.
Western Leone fue el último en llegar: “Sus dueños tienen ahora una edad avanzada y esto necesita un mantenimiento constante”, cuenta José Ruda, “compraron Western Leone después del rodaje de la película y llevan 40 años mostrando devoción al proyecto”. No es solo un decorado, sus actuales propietarios viven dentro del set: “Tienen mucho arraigo al lugar y les encanta, para ellos es como vivir dentro de una película”. Ahora están cansados, y quieren que alguien retome el proyecto para continuar dándole la vida que merece.
José Ruda admite que han vendido propiedades de todo tipo, incluidas viviendas de gran lujo, pero jamás habían vendido algo tan especial como un poblado western: “Estamos vendiendo un trocito de historia de Tabernas y de Almería y hay que tratarlo con mucha delicadeza, mucha dulzura y mucho cariño para que nada de esto se pierda”. El gerente de Grupo Rukasa confirma que ya hay personas interesadas en Western Leone, tanto españoles como extranjeros que llaman desde Alemania, Holanda o Inglaterra.
Quizás hablar de trocito de historia peca de humildad: la primera película rodada en Almería data de 1952 y fue la española La llamada de África. Pero fue en la década de los sesenta y setenta cuando la provincia andaluza vivió su época de esplendor gracias a los más de 300 westerns que se rodaron allí. Aunque a través de la pantalla creyésemos que aquellas películas podían estar rodadas en un lugar indeterminado en el sur de Estados Unidos, lo cierto es que la gran mayoría se localizaban en Tabernas, que puede enorgullecerse de poseer el único desierto de toda Europa. El último gran director en pasar por aquellas tierras fue Steven Spielberg para rodar Indiana Jones y la última cruzada (1988) y mostrar de nuevo el desierto de Tabernas, la playa de Mónsul, en Cabo de Gata, o el pueblo de Rodalquilar. Después de aquello, Almería vivió una temporada de sequía de grandes proyectos como los de antaño, hasta que Ridley Scott decidió rodar Exodus (2014) en la zona, volviendo a situar Almería como punto de interés cinematográfico internacional. Después llegaría el poderío de Juego de tronos, una serie que lograba aumentar el interés del turismo en cada escenario que escogía para sus rodajes. El ritmo de la venganza (2020), protagonizada por Blake Lively y Jude Law, o Wonder Woman 1984 (2020), con Gal Gadot, han sido algunas de las últimas grandes producciones con estos escenarios.
Ahora, Pedro Almodóvar acaba de anunciar que su próximo proyecto, el mediometraje Extraña forma de vida, será un western protagonizado por los actores Ethan Hawke y Pedro Pascal y se rodará en Tabernas: “Almodóvar va a venir por aquí... y es posible que algo se termine rodando en el Western Leone”, cuenta de manera misteriosa José Ruda. Cerrar el círculo que se inició con Sergio Leone de la mano de Pedro Almodóvar podría ser un bonito final para el poblado, algo poco habitual en un spaghetti western. Y, a poder ser, que suene Morricone.