El ajedrez se quita el estigma de actividad para antideportistas
El juego es cada vez más popular entre los adolescentes y las escuelas lo fomentan dado su gran aporte al desarrollo intelectual
Lucas, de 11 años, se subió al carro del ajedrez a principios de este curso académico a través de una actividad extraescolar en su colegio. “Va al cole ilusionadísimo los martes, que es cuando tiene la extraescolar”, explica su madre. Una ilusión a la que, reconoce, también contribuye el hecho de compartir la clase de ajedrez con varios de sus mejores amigos. Uno de ellos abrió camino el curso anterior. Este año le han seguido Lucas y cuatro amigos más, contagiados por la fiebre crecien...
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Lucas, de 11 años, se subió al carro del ajedrez a principios de este curso académico a través de una actividad extraescolar en su colegio. “Va al cole ilusionadísimo los martes, que es cuando tiene la extraescolar”, explica su madre. Una ilusión a la que, reconoce, también contribuye el hecho de compartir la clase de ajedrez con varios de sus mejores amigos. Uno de ellos abrió camino el curso anterior. Este año le han seguido Lucas y cuatro amigos más, contagiados por la fiebre creciente del ajedrez, un deporte que se viralizó en paralelo a la pandemia de la covid-19 y cuyo pico de contagios —acrecentado por series de éxito como Gambito de dama— parece no adivinarse aún.
La web internacional chess.com, inaugurada en 2005, pasó de 1,5 millones de usuarios activos a 4,5 millones entre febrero de 2020 y febrero de 2021, coincidiendo con el punto álgido de la pandemia. Desde entonces no ha dejado de crecer. Hoy supera ya los 11 millones de usuarios activos —gran parte del crecimiento proviene de jugadores de entre 13 y 17 años— y su plataforma alberga más de 10 millones de partidas de ajedrez diarias. Algo parecido, aunque a un nivel más local, experimentaron en el portal andaluz tuprofedeajedrez.com. Desarrollado en plena pandemia, pasaron de 0 a 50.000 niñas y niños registrados en apenas 10 meses. Hoy cuentan con 20.000 usuarios que juegan de manera continuada en su plataforma, a los que hay que sumar los cientos y cientos de alumnos que reciben sus clases en centros escolares e institutos de toda la comunidad.
Nuevas posibilidades
“El ajedrez cada vez va a más y ofrece más posibilidades. Yo, por ejemplo, soy speaker y retransmito partidas rápidas, así que ahora el ajedrez también se puede ver desde esa vertiente de espectáculo. Pero es algo general, allá por donde paso veo a gente jugando al ajedrez, ya sea en el móvil, en la tablet o en el ordenador. Me he encontrado a chavales que hasta en el gimnasio, entre serie y serie, hacen movimientos. ¡Eso ni yo, que me dedico a esto!”, afirma Cristian Claros, monitor superior de la Federación Española de Ajedrez y director de tuprofedeajedrez.com.
En este fenómeno, el experto tiene claro que ha jugado un papel fundamental el hecho de que el ajedrez se haya quitado de encima el estigma que pendía sobre él de deporte complejo al que solo jugaban “empollones y nerds”, una imagen que también contribuyó a forjar los estereotipos representados de forma habitual en películas y series. “A mí, incluso, algunas veces me han preguntado, ‘pero, ah, ¿tú juegas al ajedrez?’, como si mi perfil no les cuadrase con la idea que socialmente tenemos del jugador de ajedrez. Creo que ese estigma se ha eliminado, algo a lo que también ayudó el hecho de que en pandemia el ajedrez fuese de los pocos deportes que se podían seguir practicando con normalidad. La gente vio entonces que era un deporte para todos”, reflexiona.
Su opinión la comparte César Fernández, uno de los desarrolladores de Smartick Chess, la nueva herramienta para niños de la plataforma online de aprendizaje de matemáticas y lectura Smartick. “El embrión de Smartick Chess lleva ya varios años dentro de la app de matemáticas. Digamos que hemos ido en paralelo a este boom y que en la start-up siempre hemos tenido claro que el ajedrez iba a ser algo importante”, cuenta a EL PAÍS. En la nueva plataforma —que ya cuenta con más de 3.000 usuarios en apenas dos meses de vida—, a partir de una prueba de nivel inicial, los niños y niñas acceden a un plan de estudios con tutoriales y actividades. Una vez superado, pueden ingresar en una sala de juego en la que los alumnos juegan partidas entre ellos para ir adquiriendo nivel. La idea de los desarrolladores es poder poner en marcha antes del verano una segunda fase más avanzada de formación, en la que los alumnos podrán aprender estrategias y tácticas, “cosas más complejas para niños y niñas que buscan algo más”.
Concentración en el aula
Este auge del ajedrez, sostienen los expertos, también se puede aprovechar en el aula, donde este deporte ofrece un sinfín de posibilidades. “Yo soy maestro y he utilizado mucho el ajedrez en el aula, desde para aprender a concentrarse y canalizar la energía en la clase, hasta para aprender a socializar con mesas rápidas de juego o ajedrez cooperativo… El ajedrez es un deporte que tiene muchas posibilidades para usarse en el aula, pero depende mucho de que la persona que esté en el aula sepa o no jugar al ajedrez”, afirma César Fernández.
Desde tuprofedeajedrez.com ofrecen formaciones en horario lectivo para colegios e institutos a través de su programa Ajemates, que une ajedrez y matemáticas, una de las asignaturas que más partido puede sacar de este deporte (el pensamiento lógico y matemático tiene importancia en el juego, también la geometría a través del movimiento de las piezas). “Nosotros amoldamos nuestras clases al currículo de cada curso. Esta semana, por ejemplo, en un centro los alumnos estaban viendo unidades de medida y hemos hecho actividades de ajedrez para reforzar ese aspecto”, explica Cristian Claros, que destaca que los alumnos “están concentradísimos” y que siempre se quedan “con ganas de más” (la formación es de una hora a la semana).Para el monitor, el ajedrez es un deporte “educativo al 100%” por los valores que transmite y por ser una actividad “inclusiva”, sin embargo, lamenta que aún se le saque poco partido en el aula, algo para lo que considera vital la formación de los docentes.
Un sinfín de aprendizajes
Además de su potencial para reforzar el aprendizaje en algunas asignaturas, Cristian Claros destaca que jugar al ajedrez potencia muchas habilidades en los niños y niñas, entre ellas la agilidad mental, la concentración o la memoria. “Pero, sobre todo, lo que yo destacaría especialmente en tiempos como los actuales, en los que estamos saturados de estímulos, es que el ajedrez ayuda a trabajar mucho la paciencia”, sostiene el experto, que destaca también el hecho de que jugando al ajedrez se pierda el miedo a tomar decisiones y a equivocarse.
Esto último lo subraya César Fernández, que recuerda que la gente que se engancha al ajedrez acostumbra a desarrollar habilidades como la autoevaluación y la autorreflexión para identificar —y corregir en el futuro—aquellos errores que en un momento dado les han hecho perder una partida.