Isabel de Bélgica arranca el servicio militar y pone sobre la mesa el futuro de las herederas europeas
En unas fotos publicadas por palacio, la joven de 18 años aparece vestida de camuflaje, disparando armas y en distintos entrenamientos, en una formación que durará cuatro semanas
El 31 de agosto era un día marcado en rojo para la familia real belga. La heredera del soberano, Isabel, que cumplió 18 años en octubre de 2019, empezaba su formación militar. Aquella antigua mili que parecía haber quedado atrás volvía a hacerse presente en la joven, que se instalaba en el campamento militar de Elsenborn, cerca de la frontera entre Bélgica y Alemania, para pasar cuatro semanas aprendiendo técnicas como la lectura de mapas...
El 31 de agosto era un día marcado en rojo para la familia real belga. La heredera del soberano, Isabel, que cumplió 18 años en octubre de 2019, empezaba su formación militar. Aquella antigua mili que parecía haber quedado atrás volvía a hacerse presente en la joven, que se instalaba en el campamento militar de Elsenborn, cerca de la frontera entre Bélgica y Alemania, para pasar cuatro semanas aprendiendo técnicas como la lectura de mapas y el camuflaje, pero también algo menos inocente, como el manejo de armas.
Cuando lleva la mitad del tiempo estipulado, el palacio belga ha decidido publicar fotos de Isabel en esas instalaciones custodiadas por 150 soldados. En ellas se ve a la joven como una soldado más: vistiendo ropa militar y grandes botas, llevando casco, protectores auriculares y gafas de protección y portando la, en tiempos de coronavirus, obligada mascarilla.
Además, como se anunció en su momento, también se ve a Isabel con armas. Forman parte de su entrenamiento, y de hecho se puede apreciar cómo los instructores le enseñan a dispararlas ante unos objetivos que no son más que paneles de cartón. Isabel, que está llamada a convertirse en la primera reina de los belgas desde que se fundó el país, en 1830, aparece seria, concentrada y atenta a las instrucciones de sus superiores. En las imágenes, además, se la ve rodeada de otros jóvenes, comiendo en la cantina (con la debida distancia de seguridad) o en formación militar. En total son 100 los compañeros de su promoción, aunque solo 21 son mujeres.
Tras estas cuatro semanas de aprendizaje intensivo en un campo de entrenamiento, Isabel dará otro paso en su formación militar. Entonces se trasladará al internado de la Real Academia Militar de Bruselas, donde ya recibirá clases centradas en la teoría durante un año entero. Aquí, junto a un entrenamiento físico, también ha recibido ciertas lecciones teóricas.
En Bélgica la formación militar de Isabel ha causado cierta controversia. Mientras que algunos expertos afirman que este paso la pondrá en el punto de mira y la convertirá en un modelo a seguir, otros afirman que debería centrar su formación en cuestiones más prácticas. “Debería especializarse en Economía y Derecho. Tener una buena base para convertirse en reina en un país tan complejo como este. ¿Es útil para un rey saber usar un arma?”, afirmaba a EL PAÍS Thierry Debels, autor de varios libros sobre la familia real.
La formación de Isabel de Bélgica, la mayor de las jóvenes herederas europeas —con la excepción de Victoria de Suecia, de 43 años—, abre la puerta a plantearse qué pasará en un futuro con Amalia de Holanda (que cumplirá los 17 en diciembre), Ingrid de Noruega (llegará a la misma edad en enero) y por supuesto con la princesa Leonor, la más joven de ellas (celebrará los 15 años en octubre). Se desconoce qué pasos darán en su formación, puesto que sus padres, una generación anterior, realizaron formación militar, en muchos casos obligatoria en esos momentos. Sin embargo, ya avanzado el siglo XXI ese tipo de instrucción no es tan frecuente ni, a veces, tan bien aceptada.
En el caso de Isabel, ha decidido seguir —al parecer voluntariamente— los pasos de su padre, pero de forma reducida. El hoy rey de los belgas pasó tres años recibiendo formación militar. Unos años fundamentales para él en los que vivió una de las mejores etapas de su vida y en los que incluso se graduó como piloto de cazas y paracaidista.
Tras su paso por Elsenborn y después de finalizar este año en la Real Academia Militar de Bruselas, se apunta a que Isabel se tome un año sabático para algún proyecto personal como viajar o realizar algún tipo de voluntariado... Después continuaría sus estudios universitarios, probablemente en Estados Unidos, donde también estudió su padre y donde evitaría la polémica sobre la elección de una ciudad y si se trata de una facultad flamenca o valona.