Taburete
La foto de la ejecutiva del PP de 2009 y la de Demi Moore demuestran que el paso del tiempo no solo condena, te desnuda sin paliativos
Me desperté asombrado ante la fotografía coral de la plana mayor del PP en 2009 tras destaparse el caso Gürtel que ilustraba la noticia de la confesión de Luis Bárcenas en este periódico. Esos miembros de la ejecutiva del PP de entonces me parecieron vedettes caídas del cartel, líderes que quedaron borrados del panorama político. Presidente del partido, presidents, futuras ministras y un Ruiz-Gallardón con cara acontec...
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Me desperté asombrado ante la fotografía coral de la plana mayor del PP en 2009 tras destaparse el caso Gürtel que ilustraba la noticia de la confesión de Luis Bárcenas en este periódico. Esos miembros de la ejecutiva del PP de entonces me parecieron vedettes caídas del cartel, líderes que quedaron borrados del panorama político. Presidente del partido, presidents, futuras ministras y un Ruiz-Gallardón con cara acontecida. Hasta Rita Barberá, que ya no está entre nosotros. ¡Madre mía! Qué amarga es la política nacional, exclamé, masticando un higo seco de la variedad cuello de dama.
Relacioné esa foto con la nueva cara de Demi Moore, que muchos critican. Pensé: Demi, sé fuerte, que fue lo que Rajoy le dijo a Bárcenas después de esa foto coral. Porque ambas fotografías coinciden en algo: el paso del tiempo no solo condena, te desnuda sin paliativos.
En su confesión, Bárcenas, extesorero de ese PP del pasado, admite que su vida tiene tres patas, tres protagonistas. Su esposa, Rosalía Iglesias (condenada a 12 años de cárcel), otra Mariano Rajoy y la tercera, él mismo. Tres patas tan fuertes como imprescindibles. Os pregunto: ¿Qué cosas tienen tres patas? Un taburete. ¡Qué gracia: es el nombre del exitoso grupo pop del hijo de los Bárcenas! La confesión del extesorero tiene un trasfondo popero y romántico. Quiere decirle a su esposa que por su amor, que es también su perdón, arrasará con todo. Siempre un poco sobreactuado, el extesorero quiere cumplir, enmendar esa promesa destrozada de que ella no llegaría a la cárcel.
España todavía es una nación repleta de taburetes sentimentales. Allí esta Cantora, con sus tres patas: Isabel Pantoja, Kiko Rivera y, la tercera, Agustín Pantoja, que va torneándose como un nuevo Rasputín. Otro taburete asienta la familia Campos, con María Teresa y sus dos hijas, Carmen y Terelu, enfrentadas en una catódica cruzada por el poder que recuerda a El rey Lear. No olvidemos el gran taburete real con sus tres patas: el rey emérito, su hijo el rey Felipe y la joven princesa Leonor, dando asiento sólido a la Corona. Que como el PP, todo lo aguanta.
No vivimos un Juego de tronos sino uno de taburetes, como en un tenderete, con su punto popular y picaresco, como nos gusta vernos. Así fue la caja fuerte del PP, que suena a reality de Telecinco. Quizás porque las palabras se divierten ellas mismas con nuestros juegos allí sigue, imborrable, esa gran frase del episodio de Gürtel: “Luis, sé fuerte”, sugerida por M. Rajoy a Bárcenas a través de un incipiente WhastApp. Sé fuerte, sí, palabras de ánimo y de duelo, premonitorias: las decimos cada día de la pandemia.
La trama Gürtel fue lo más visto en 2009. Más o menos desde entonces Demi Moore no protagoniza una película. La casa de modas Fendi la recuperó para su desfile virtual, junto a Kate Moss y Naomi Campbell, pero la que ha salido en todas partes es Demi por esa manía de criticar las cirugías plásticas recién hechas. ¡Habría que darle más papeles antes que crucificarla en las redes! Y, por favor entendedlo de una vez, cualquier cirugía necesita tiempo para asentarse. Igual que la Justicia, por cierto, o las inversiones a largo plazo. Así, como hemos recorrido años para que Gürtel tenga su sentencia, la nueva cara de Demi también necesita ese taburete llamado tiempo.
Recordé a Rita Barberá y su penoso final, sola, en una habitación de un hotel cercano al Congreso, acompañada de una cena frugal y una botella de whisky. No pudo ser fuerte. Cuando leí las declaraciones del actual líder del PP, “es el pasado”, también me hizo gracia que la palabra rimara con su apellido, Casado. Pero en realidad concluí que muchos taburetes terminan cojos, quemados en hogueras de San Juan. Hechos humo.