Emma Watson, 30 años, amagos de retirada y una vida de activismo
La intérprete, que logró la fama de niña gracias a su participación en la saga de Harry Potter, ha mantenido una relación agridulce con la interpretación durante su etapa adulta
En los últimos años, Mujercitas, escrita por Louisa May Alcott, se ha convertido en una de las obras más revisitadas de la literatura no solo femenina, sino también feminista. Sus seis protagonistas —la tía March, la madre, las cuatro hermanas— tienen papeles activos, decididos y con una actividad física y mental poco común para una novela de 1868. De ahí que en pleno siglo XXI una versión en cine, revisitada por la directora Greta Gerwig y con algunas de las mejores actrices de sus gener...
En los últimos años, Mujercitas, escrita por Louisa May Alcott, se ha convertido en una de las obras más revisitadas de la literatura no solo femenina, sino también feminista. Sus seis protagonistas —la tía March, la madre, las cuatro hermanas— tienen papeles activos, decididos y con una actividad física y mental poco común para una novela de 1868. De ahí que en pleno siglo XXI una versión en cine, revisitada por la directora Greta Gerwig y con algunas de las mejores actrices de sus generaciones, fuera un caramelo. Nadie dudó desde el primer momento que la célebre feminista y activista Emma Watson (París, 1990) fuera a estar presente en la adaptación. Muchos apostaron por el papel de la libérrima escritora Jo para ella, pero al final se puso en la piel de la mayor de las hermanas, Meg. Le venía como anillo al dedo. Lo que pocos sospechaban entonces, hace dos años, es que ese sería, al menos por una temporada, su último papel en el mundo de la interpretación.
Hace unas horas saltaba el titular de que Emma Watson se retiraba. Más despacio se leía el verbo “temporalmente”. Aunque según quien lo publicaba, el diario The Daily Mail, era su agente el que había dicho que estaría “inactiva” durante una temporada, pocas horas después otra persona de su equipo de gestión le explicaba a Entertainment Weekly que no era así. El tabloide británico no daba mucha más explicación, pero afirmaba que su agente decía que su carrera estaba “en pausa” y que “ahora mismo no va a involucrarse en nuevos proyectos”; en cambio, Jason Weinberg, uno de los responsables de la agencia que la representa, le decía al medio especializado que “las redes sociales de Emma son las que están en pausa, pero no lo está su carrera”. Lo cierto es que el último proyecto de la actriz se estrenó en diciembre de 2019 y que por el momento no tiene programados nuevos compromisos.
Otras fuentes menos oficiales han afirmado que su intención es centrarse en su vida personal. “Emma ha decidido pasar a la clandestinidad, está asentándose con Leo. Ambos prefieren mantenerse ocultos. Probablemente quiere formar una familia”, decían al Daily Mail fuentes supuestamente conocedoras de la pareja. Ese “Leo” al que se refieren es la pareja de la actriz desde hace año y medio, el empresario californiano Leo Robinton, también de 30 años, que regenta una empresa dedicada a la venta legal de productos derivados del cannabis.
Quienes todo lo critican en las redes sociales no tardaron en resaltar que la feminista por excelencia se retira por un hombre, pero eso ni es del todo cierto, ni está siquiera confirmado. Watson siempre ha tenido una relación intermitente con el cine. Aunque no ha dejado de dedicarse a él —a excepción de un par de años, entre 2008 y 2010, cuando se centró en sus estudios universitarios—, ha preferido hacer pocas películas al año, entre una y dos, para poder dedicarse a otras tareas centradas en el activismo que requerían de su atención y donde su voz ha sido ampliamente escuchada.
Para empezar, Watson es licenciada en Literatura Inglesa en la prestigiosa universidad estadounidense de Brown, por lo que podría dedicarse a dar clase o, dada la fortuna cercana a los 100 millones de euros que acumula, simplemente a leer. Pero además, desde el pasado mes de junio quien siempre será Hermione en la saga de Harry Potter es también parte de la Junta Directiva del conglomerado Kering, uno de los principales grupos de moda del mundo y bajo el que se agrupan marcas como Balenciaga, Saint Laurent, Bottega Veneta o Gucci. Watson preside el comité de sostenibilidad del grupo.
La sostenibilidad es uno de los caballos de batalla de la intérprete desde hace varios años y, como en todas sus causas, se implica hasta el fondo y utiliza su imagen para agitar conciencias. Hace casi seis años, en 2015, se comprometió a usar únicamente prendas de producción ecológica y ética y cuya trazabilidad fuera sostenible, algo que cumple gracias a su estilista, Sarah Slutsky, y que hizo especialmente visible durante la gira de promoción de La bella y la bestia, en 2017. Entonces creó una cuenta de Instagram donde iba mostrando y explicando las prendas que usaba, todas ellas sostenibles.
El feminismo es la otra gran lucha activista de Watson, que ha encabezado marchas, ha hecho comunicados públicos y se ha posicionado —de un modo que no todos siempre han considerado correcto— en cuestiones a favor de la mujer. Su ya célebre discurso ante la Asamblea de la ONU en Nueva York en septiembre de 2014, donde es embajadora de buena voluntad de la ONU Mujeres, la convirtió en uno de los más reconocibles iconos feministas del planeta. En 2018 donó más de un millón de euros a Justice and Equality Fund (Fondo para la justicia y la igualdad) para apoyar a víctimas de acosos sexuales. Por gestos, que no falte: incluso se tatuó un símbolo feminista, el lema Time’s Up.
Quizá por conocerla desde muy niña y ser consciente de sus efectos, la fama por la fama nunca le ha interesado. Solo por lo que con ella puede lograr. Como dijo contundente cuando fue criticada por una sesión de fotos, en ese caso porque posó sin camiseta, “el feminismo trata sobre dar a las mujeres la capacidad de elegir”. “El feminismo no es un palo con el que golpear a las mujeres. Es sobre libertad, equidad”, afirmó ante la BBC. Y esa libertad es la que le ha permitido elegir ahora otro camino: el de poder, si es que finalmente lo decide, decir adiós. O al menos hasta pronto.