Hablan los hijos de Felipe de Edimburgo: “Siempre fue una fuente de apoyo y aliento”
Carlos, Ana y Eduardo de Inglaterra han compartido públicamente sus sentimientos tras el fallecimiento del esposo de Isabel II y algunas características de su carácter en la intimidad
Los Windsor son una familia real, la más alta institución de Reino Unido, a veces controvertidos, a veces engolados, a veces próximos hasta el delirio de sus súbditos, pero tras la muerte de Felipe de Edimburgo, ocurrida este viernes a los 99 años, también han querido mostrarse como una familia doliente compartiendo los sentimientos hacia su padre.
El príncipe Carlos, el hijo con el que se dice que el duque de Edimburgo ha tenido históricamente más desencuentros, le rindió en la noche ...
Los Windsor son una familia real, la más alta institución de Reino Unido, a veces controvertidos, a veces engolados, a veces próximos hasta el delirio de sus súbditos, pero tras la muerte de Felipe de Edimburgo, ocurrida este viernes a los 99 años, también han querido mostrarse como una familia doliente compartiendo los sentimientos hacia su padre.
El príncipe Carlos, el hijo con el que se dice que el duque de Edimburgo ha tenido históricamente más desencuentros, le rindió en la noche de este viernes un sentido homenaje diciendo que su padre quería ser recordado como una persona “por derecho propio”. Una frase, dicha para un documental de la BBC, que no oculta el eterno dilema al que se enfrentó Felipe de Edimburgo como consorte de la reina durante su larguísima relación matrimonial, en la que siempre tuvo que estar en un segundo plano y en una época en la que el papel masculino no estaba precisamente habituado a ese rol. El príncipe Felipe ha sido siempre muy elogiado por su papel de apoyo y guía de Isabel II durante su longevo matrimonio, pero su hijo hizo hincapié en su valía personal y agregó: “No soportaba a los tontos con gusto, así que si decías algo que resultara de alguna manera ambiguo, él siempre decía ‘toma una decisión’, por lo que quizás nos hizo elegir las palabras con cuidado. Fue muy bueno mostrándonos cómo hacer las cosas y enseñándonos cómo hacerlas”.
El príncipe Eduardo, el cuarto de los hijos de Isabel II y Felipe, también se refirió al papel de consorte que desempeñó su padre: “Siempre fue un papel difícil de asumir, pero lo hizo con un estilo y diplomacia extraordinarios. Nunca trató de eclipsar a la reina. Siempre ha sido la roca en su vida”. El conde de Wessex añadió: “Mis padres se han apoyado uno a otro durante todos estos años y en todos esos eventos y giras en el extranjero. Tener a alguien en quien confiar y con quien poder sonreír sobre cosas que quizás no puedes hacer en público, poder compartir eso, es inmensamente importante”.
El menor de los cuatro hijos de Isabel II y Felipe de Edimburgo no obvió el tema de la imagen pública, a veces problemática, que ha perseguido a su padre: “La imagen pública que mostraban algunos medios de comunicación siempre fue injusta. Solía darles todo lo bueno que recibía y siempre de una forma muy entretenida. Siempre fue capaz de gestionar entrevistas y decir cosas que el resto de nosotros siempre soñamos poder decir. Siempre estuvo absolutamente brillante”.
Y ya refiriéndose a su plano más personal, el conde agregó: “Tenía un maravilloso sentido del humor pero, por supuesto, siempre se puede malinterpretar o volverlo en su contra. Pero cualquiera de los que han tenido el privilegio de escucharlo hablar han dicho que lo que dejaba mostrar era su humor y el brillo de sus ojos”. Y concluyó afirmando: “Por lo que ha hecho en su vida pública, por todas las organizaciones que ha apoyado y en las que ha influido y obviamente como mi padre y esposo de mi madre, por todo el trabajo que ha hecho en ese papel y en la familia, lo recordaremos sobre todas las cosas”.
La princesa Ana, la única mujer de los hijos del matrimonio, tenía una relación muy cómplice con su padre y sus palabras después de su muerte también lo confirman: “Era una persona con la que podías intercambiar ideas y, si tenías problemas, sabías que podías acudir a él. Se permitía un gran margen de maniobra para superar sus propios límites“. Y su frase más desgarradora da cuenta de sus sentimientos como hija: “Sin él, la vida sería completamente diferente”, dijo a ITV News , y agregó: “Desde la perspectiva de la sociedad, se mantuvo al día con los cambios tecnológicos que han tenido impacto”.
En una entrevista grabada para su transmisión después de la muerte del duque de Edimburgo, la princesa Ana habló de forma conmovedora de cuál consideraba que iba a ser el legado de su padre y citó su firme apoyo a la reina como monarca como el principal ejemplo de su devoción tanto por su familia como por la nación sobre la que Isabel II reina. La princesa Ana también se refirió a la dificultad de su papel como príncipe consorte: “Debió ir evolucionando de forma bastante dramática en las primeras etapas. No creo que las estructuras en términos de apoyo a la monarquía hayan sido diseñadas para tratar con un consorte. Nadie había pensado en lo que iba a hacer. Y tomó su tiempo encontrar personas que entendieran que tenía una experiencia y habilidades extraordinarias que se podían utilizar. Pero también encontró funciones y temas en las que podía generar un impacto“.
La princesa agregó que la decisión de su padre de renunciar en 1951 a su carrera en la Royal Navy, la armada británica, fue una señal de su lealtad a su esposa y a su futuro papel como monarca. Ana de Inglaterra añadió: “Demuestra una comprensión real de la presión por la que estaba pasando la reina y que la mejor manera en que podía apoyarla era renunciar a su carrera”.
La princesa Ana también le dijo a ITV que el legado a largo plazo de su padre se plasmaría en el Premio Duque de Edimburgo que fundó en 1956 para brindar una salida a los más jóvenes. Y explicó: “Él creía que había cosas fuera [de la escuela] que eran necesarias para ayudar a desarrollarse como individuo. Que existían otras cosas fuera de lo académico que pueden ser la fortaleza de una persona”. La princesa se mostró muy conmovida al describir la infancia de Felipe de Edimburgo: “Tenía un estilo de vida nómada, que debió ser bastante difícil porque era mucho más joven que sus hermanas... La figura paterna era muy intermitente y luego se fue y su madre luchó en su propio escenario, eso también hizo que tuviera amigos en otros lugares que lo acogieron durante las vacaciones. Virtualmente, en esa etapa, era un refugiado porque literalmente no tenía adónde ir”.
Por el momento no se han hecho públicas declaraciones del príncipe Andrés, relegado de la vida oficial de la familia real por su relación con el empresario y pedófilo Jeffrey Epstein. Sí se ha sabido que su esposa, Isabel II, estuvo junto a él en el momento de su fallecimiento, que ocurrió en su apartamento privado del castillo de Windsor solo dos meses y un día antes de cumplir cien años. Aunque no se han facilitado muchos detalles, sí se ha hecho público que su deseo era acabar sus días en su propia cama y no en un hospital. Un deseo que Isabel II mantuvo cuando su estado de salud empeoró durante la noche del jueves y algunos asistentes le sugirieron la idea de trasladarlo a un centro hospitalario.