Los 30 años de Miley Cyrus: de niña Disney a icono rock
La cantante, que saltó a la fama por su papel en la serie ‘Hannah Montana’, ha estado siempre en el centro de la noticia por su música, sus relaciones y las polémicas en las que se ha visto envuelta
Miley Cyrus (Tennessee, EE UU) ha estado rodeada de focos desde muy pequeña. La fama de su padre Billy Ray Cyrus (Kentucky, EE UU, 61 años) como estrella de la música country y actor, la llevó a estar presente en muchos sets de rodajes e incluso a protagonizar alguna escena de Doc (2001-2006), ser...
Miley Cyrus (Tennessee, EE UU) ha estado rodeada de focos desde muy pequeña. La fama de su padre Billy Ray Cyrus (Kentucky, EE UU, 61 años) como estrella de la música country y actor, la llevó a estar presente en muchos sets de rodajes e incluso a protagonizar alguna escena de Doc (2001-2006), serie en la que él interpretaba a un médico rural. En 2006, la joven pasó a acaparar las tardes de los más pequeños con la serie Hannah Montana. La fama le llegó muy rápido y, desde entonces, no ha dejado de estar en el centro de la noticia. Ahora convertida en una estrella global del pop, Miley Cyrus cumple este 23 de noviembre 30 años, tres décadas en las que la artista ha regalado buenos —y polémicos— momentos y ha marcado la infancia, adolescencia y madurez de miles de fans que han seguido su carrera desde los inicios.
Aunque todos la conocen como Miley Cyrus, no es su nombre de nacimiento. Sus padres, Leticia Jean Finley y Billy Ray, la llamaron Destiny Hope. Siempre sonriente desde que era un bebé, decidieron apodarla Smiley. Con los años, ese apodo se redujo a Miley y fue el nombre definitivo que eligió en su carrera artística.
Con tan solo ocho años decidió que quería dedicarse a la industria de la interpretación y del espectáculo. Empezó a presentarse a varias audiciones para diversos papeles, pero siempre le rechazaban por su corta edad. Finalmente, con 11 años, se presentó a un casting de Disney… y, el resto, es historia.
Pero no todo fue fácil. En la primera audición fue rechazada, pero tras mucho insistir, y gracias a las dotes que demostró como cantante, por fin consiguió el papel protagonista. La serie Hannah Montana, que contaba la vida de una joven promesa del pop que llevaba una doble vida, se convirtió en un éxito sin precedentes hasta ese momento en Disney. Cuatro temporadas y una película después, finalizó en 2011. Solo en 2008, la vida de Miley Stewart tuvo una audiencia global de más de 200 millones de espectadores. Cinco años de emisión en los que obtuvo numerosas nominaciones y galardones: Miley Cyrus cuatro veces nominada a los premios Emmy como mejor programa infantil, y consiguió ganar más de 20 reconocimientos. Hannah Montana: la película (2009) obtuvo una recaudación de más de 150 millones de euros en la taquilla mundial.
Disney supo aprovechar al máximo el tirón: discos, conciertos, productos de la protagonista… todo valía y los fans lo compraban todo. Era el icono del momento. Pero la mayoría de cosas tienen un final, y la artista decidió en 2010 que ya había llegado el momento de dejar de ser Miley Stewart y su alter ego Hannah Montana.
La vida de la artista —en lo que se refiere a lo musical— no se detuvo mientras grababa la serie. En 2007 comenzó a publicar sus primeras canciones alejadas de la ficción de Disney. Publicó su primer álbum en solitario, Meet Miley Cyrus; le siguió su segundo disco, Breakout, que fue todo un éxito —consiguió ser disco de platino (más de un millón de ventas) en Estados Unidos — en parte gracias a uno de sus temas más recordados: 7 Things, que dedica a su expareja Nick Jonas. Años después de su estreno, la crítica sigue defendiendo que es el mejor álbum de la artista hasta el momento.
2010 fue un año de cambios para la artista. Se había quitado la peluca de Hannah Montana y había decidido que iba a centrarse en un estilo más rock. A sus 17 años, decidió que era hora de reconvertir su carrera y pensar en un futuro diferente en la industria musical. Ese mismo año, publicó Can’t Be Tamed, un tema con el que reafirmó el giro de 180 grados que había dado su vida.
2013 fue uno de los años más polémicos para la artista estadounidense. Centrada por completo en su carrera musical y en seguir mostrando otras facetas de su vida, llegó el cambio más representativo de la nueva Miley: su corte de pelo, que dejaba claro que la antigua Miley había desaparecido para siempre. La intérprete dejó atrás su larga melena de princesa Disney para mostrar su versión más rebelde y poderosa que conocemos hoy en día con un peinado al estilo punk.
En junio de ese año, publicó una comentada y polémica canción, We Can’t Stop. Días después del estreno, muchos medios se hicieron eco de algunas de las frases que incluía el tema: “Dancing with Molly” o “get a line”. Molly es un término urbano para referirse al éxtasis y “get a line” es una raya de cocaína. Y no eran meras interpretaciones. Fue la propia intérprete quien confesó que la canción iba sobre las drogas. En agosto, publicó Wrecking Ball, un tema dirigido hacia el que había sido su pareja hasta ese mismo año —más tarde retomarían la relación—, el actor Liam Hemsworth. En el videoclip aparecía sobre una bola de demolición, desnuda, mientras lloraba al desamor. Una imagen que inmediatamente pasó a ser historia del pop. Fue tal el impacto que generó que se convirtió en el videoclip más visto del año.
La polémica no terminó aquí. A finales de agosto, la artista protagonizó junto a Robin Thicke una de las actuaciones que pasarán a la historia de los MTV VMA’s: el twerk que Cyrus le dedicó al cantante. Muchas personas, a través de las redes sociales, calificaron el momento como “inapropiado”. Quedó demostrado que la artista quería deshacerse de todo su pasado como niña buena y mostrar a su verdadero yo. Meses después, en otro evento organizado por MTV en Ámsterdam, se fumó un porro encima del escenario, volviendo a ser el centro de todas las críticas. Medios estadounidenses, como USA Today, calificaron el suceso como un “intento de llamar la atención”.
Desde su primera ruptura con Liam Hemsworth en 2013, se relacionó a la cantante con Jared Leto o Patrick Schwarzenegger. Pero en 2015 reveló que también le gustaba tener romances con personas de diferentes sexos y géneros. Así, confirmó su pansexualidad: ella se enamora del alma de las personas sin importar cuál sea el cuerpo que las aloje. Ese mismo año, mantuvo una relación con la modelo Stella Maxwell e incluso llegaron a filtrarse vídeos sexuales de las dos.
Durante estos años, Cyrus ha acaparado muchos titulares, la mayoría derivados de su noviazgo con el actor australiano Liam Hemsworth. Una relación con más sombras que luces y que duró 10 años, de manera interrumpida. Tras la primera ruptura en 2013, la artista explicó en su canción Wrecking Ball todo lo vivido durante los cuatro años que estuvieron juntos y cómo fue la separación. En 2016 retomaron una relación que parecía que estaba destrozada tras lo vivido en 2013. Todo parecía ir bien entre ellos e incluso llegaron a casarse en 2018. Pero el matrimonio duró solo ocho meses y sus caminos volvieron a separarse.
Olvidada ya su etapa en Disney, la cantante continuó centrada en desarrollar su estilo propio, a veces más rock, a veces más pop. En 2021, se convirtió en la primera artista salida de la franquicia en actuar en la previa de la Super Bowl, aunque no en el intermedio más codiciado por todos artistas. Y encima, por partida doble, al hacerlo de nuevo un año más tarde.
Durante años, Miley Cyrus y Billy Ray Cyrus fueron la estampa de una relación idílica entre padre e hija. Sin embargo, en los últimos meses esta unión se ha quebrado. Todo comenzó con el divorcio de sus padres tras más de 29 años de matrimonio y tres hijos en común en abril de este mismo año. Meses después de la noticia, se conoció que Billy Ray Cyrus comenzaba una relación con la artista Firerose, de 28 años. Hace apenas unos días la pareja oficializó su compromiso. Una relación que habría dinamitado por completo la buena sintonía entre padre e hija que, de hecho, ya no se siguen en redes sociales.
Miley Cyrus ha sido siempre dueña de su vida después de su etapa en Disney, sin importarle el qué dirán o las consecuencias que podían tener sus actos. Ahora, se ha asentado como uno de los iconos musicales de lo que llevamos de siglo. Y seguirá dando de que hablar, siempre lo hace. Por el momento, será la encargada de dar las campanadas de 2023 junto a su madrina y cantante Dolly Parton para la cadena de televisión estadounidense NBC. Y el próximo año llega con nueva música de Cyrus. ¿Con qué sorprenderá esta vez?