Markle contra Markle: Samantha acusa a Meghan en los tribunales de someterla a “odio a escala mundial”

A punto de cumplirse dos años de la emisión de la controvertida y esperada entrevista de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle con Oprah Winfrey, los comentarios de la duquesa de Sussex sobre su familia vuelven a ser noticia. 17 millones de estadounidenses siguieron la conversación entre la presentadora y el matrimonio esperando saber más sobre su marcha de la familia real británica, y ellos no defraudaron a la audiencia, con acusaciones de racismo y problemas de salud mental incluidas. Unas declaraciones que, como era de esperar, no sentaron bien en el seno de la monarquía británica ni tampoco en la familia de Markle. La hermana de la exactriz la denunció en marzo de 2022 por las supuestas difamaciones que pronunció en la entrevista. Este miércoles 15 de febrero se ha celebrado la primera vista oral en la que se ha podido escuchar la versión de ambas partes a través de sus abogados.

Samantha Markle, de 58 años y hermana por parte de padre de la duquesa de Sussex, de 41 años, lleva todo este tiempo afirmando que lo que Meghan dijo en aquella entrevista es una “gran mentira” que se ha inventado para vender una historia edulcorada de lo que ha sido realmente su vida. En los documentos legales que, en su momento, consiguieron medios estadounidenses como Page Six, Samantha acusa a Meghan de pronunciar “afirmaciones falsas y maliciosas” durante la emisión, pero también en la biografía no oficial del mediático matrimonio Finding Freedom, publicada en el verano de 2020. Uno de los problemas de la denuncia presentada por Samantha es que de los 10 puntos que reclama en la denuncia, siete corresponden al libro, que ni siquiera fue escrito ni publicado por la duquesa.

Durante esa primera audiencia, que se llevó a cabo de manera telemática, Samantha Markle sí se conectó, pero su hermana menor solo estuvo representada por sus abogados. Peter Tickting, letrado de la demandante, afirmó durante la vista que Meghan le causó un “gran daño” a su representada y que, tras la entrevista con Winfrey, se vio sometida a “humillación, vergüenza y odio a escala mundial”. “La descubrieron. Estaba mintiendo. Su padre pagó por su educación. ¿Por qué humillar más a su hermana? ¿Por qué humillar a su padre? ¿Por qué está diciendo que su familia no ha hecho cosas buenas por ella en la vida? Lo está negando para cubrir que inventó esta narrativa de que pasó de la pobreza a la riqueza, lo que es una tontería, probablemente sin siquiera darse cuenta del daño que haría a su hermana”, expuso Tictking. Y añadió: “Probablemente, sin darse cuenta nunca de que eso pondría a una persona inocente en el disparadero donde, de repente, tiene cientos de amenazas contra su vida, y un acosador con el que tuvo que lidiar”.

Por su parte, el abogado de la duquesa no quiso entrar en el juego de Samantha y defendió que no todo se tiene que litigar: “La demandante tiene problemas con las impresiones que tiene Meghan de su propia infancia, pero este no es un tema para tratar en una corte. Las declaraciones analizadas no son difamatorias en materia legal. El derecho a dar opiniones e incluso a criticar está garantizado por la Primera Enmienda. Las opiniones no son ni pueden ser difamatorias... no hay forma de determinar si [su opinión sobre la infancia] es verdadera o falsa”, sostuvo Michael Kump, abogado de la esposa de Enrique de Inglaterra. Kump también expuso que las declaraciones de la televisada entrevista no deberían tratarse en un juicio, pues forman parte de sentimientos personales subjetivos, así que solicitó que el caso sea desestimado: “No fue una declaración de un hecho objetivo como la genética, el ADN o la biología. Simplemente, expresó sus propios sentimientos y creencias personales sobre cómo creció y cómo recuerda su infancia”.

A principios de este mes de febrero, los duques de Sussex recibieron un primer golpe relacionado con esta denuncia: la juez de la corte federal de Florida que lleva el caso desestimaba su petición de detener las declaraciones y ambos tendrán que acudir, por separado, si son citados por parte de los abogados. “Meghan no demuestra que haya circunstancias inusuales que justifiquen la suspensión solicitada, o que haya perjuicios o una carga indebida si el tribunal no impone una suspensión”, dictaminó Charlene Edwards Honeywell. Así que si los abogados de Samantha consideran necesario que la duquesa declare, esta no se podrá negar.

La denuncia afirma que, en la conversación con Oprah Winfrey, Meghan sostuvo que “no tenía relación alguna con su hermana, que eran prácticamente desconocidas”. Samantha señala que su hermana llegó a definirse como “hija única” y que trató de vender ante el mundo la historia de que alcanzó la fama de la nada. “Meghan afirmó de forma falsa que se crio a sí misma desde, básicamente, la pobreza, y que se vio forzada a trabajar desde los 13 años en trabajos mal pagados para ‘llegar a fin de mes”, expone en la demanda. Por ello, Samantha le ha exigido 75.000 dólares —unos 70.000 euros—. Aunque en un principio el abogado de los duques calificó la denuncia de “absurda y sin fundamentos”, esta, por el momento, sigue adelante.

Pero la pelea entre hermanas viene de mucho antes. Samantha —17 años mayor que la exestrella de Suits— siempre la ha tenido en el punto de mira, expresando su animadversión en entrevistas, cartas e incluso libros, donde la tacha de “fría y calculadora”. Cuando Enrique y Meghan todavía eran miembros de pleno derecho de la familia real británica, Scotland Yard la incluyó en su lista de “personas que vigilar” por el riesgo que suponía a los Windsor. De hecho, ni siquiera estuvo invitada a la boda de los duques.

No parece que este litigio vaya a terminar en unas semanas, cuando la juez tome una decisión sobre si la denuncia finalmente llega a juicio o se archiva. El abogado de Samantha ya ha advertido de que si se desestima el caso podrían volver a demandar a la duquesa por incluir esas declaraciones de la entrevista con Oprah Winfrey en la serie documental estrenada en Netflix el pasado diciembre.