“Costó tiempo en hacerse porque rompía muchas reglas”: la historia del reloj que acercó el lujo a la cultura pop
Audemars Piguet celebra las tres décadas del Royal Oak Offshore, de inspiración cinematográfica y pura precisión relojera
Arnold Schwarzenegger y Jay Z lo pusieron de moda hace dos décadas. Aquel cronógrafo que aparecía en temas de rap y en películas como Terminator 3 (2003) pronto se convirtió en el reloj que todo hombre pudiente con estilo debía de lucir. El Royal Oak Offshore vino a simbolizar estatus, poder y pedigrí callejero. Y también masculinidad, no hay que olvidarlo. Porque el Offshore era un reloj deportivo de 42m...
Arnold Schwarzenegger y Jay Z lo pusieron de moda hace dos décadas. Aquel cronógrafo que aparecía en temas de rap y en películas como Terminator 3 (2003) pronto se convirtió en el reloj que todo hombre pudiente con estilo debía de lucir. El Royal Oak Offshore vino a simbolizar estatus, poder y pedigrí callejero. Y también masculinidad, no hay que olvidarlo. Porque el Offshore era un reloj deportivo de 42mm de diámetro, algo que nadie de la relojería suiza más exclusiva se había atrevido a hacer hasta la fecha.
Para entender cómo Audemars Piguet, una de las manufacturas más importantes de la horología moderna, fundada en 1875, se atrevió a construir una caja de estas dimensiones, es necesario viajar a su taller, en el valle suizo del Joux. Fue en su estudio de diseño, en sus diferentes despachos y hasta en el aparcamiento, donde Emmanuel Gueit terminó de convencer a la cúpula de la centenaria relojera. Este diseñador de la casa tenía un sueño: realizar un reloj sobredimensionado, que además fuera una evolución del legendario Royal Oak, el modelo más totémico de la marca, creado en 1972 con un característico bisel de ocho lados.
“Es un reloj que respira el espíritu de su época”, confiesa Sébastian Vivas, director de Patrimonio y Museo de Audemars Piguet. “Costó tiempo en hacerse porque rompía muchas reglas. Sin embargo, con el paso de los años se convirtió en una especie de objeto de culto en el campo del lujo. Fue capaz de conectar mundos que no tenían conexión previamente: hip hop, deporte, lujo y, ahora, cultura pop de la mano de Marvel”.
Un robusto reloj que apareció en el verano de 1993 y que ahora celebra tres décadas de vida con la presentación de varios modelos exclusivos. Entre los más elegantes y llamativos se encuentra una versión del icónico cronógrafo que Arnold Schwarzenegger lució en El fin de los días (1999), filme que marcó el inicio de una fructífera relación con Audemars Piguet. Esta nueva edición está hecha completamente de cerámica negra, con elementos de titanio, y los inconfundibles tornillos que fijan el bisel a la caja. Unos materiales que además lo hacen sumamente ligero.
Los colores elegidos, negro y amarillo, son un guiño al modelo que presentó el exculturista a finales de los noventa. Una esfera negra adornada con un elegante motivo Mega Tapisserie de nueva generación e iluminada con toques de amarillo en la escala del taquímetro; a los que hay que añadir los índices de la hora y las manecillas, hechos en oro blanco ennegrecido con material luminiscente amarillo.
“Tiene el mismo ADN que el Royal Oak de los setenta”, dice Vivas, que lo gira y muestra para poder apreciar mucho mejor sus detalles. “Es un campo de juegos para experimentar con colores y materiales. Está muy vivo, solo tiene 30 años. Imagínate, yo tengo 50″, bromea. Vivas también se encarga de la compra de antiguos modelos, muchos de ellos insustituibles: “Algunas veces, es la única manera de saber qué ha pasado en determinado momento”. Quizás algún día podremos ver de cerca aquel que mostraba Jay Z junto a Frank Ocean y Tyler The Creator en Biking, uno de los temas más eufóricos del cantante californiano.
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