PutoMikel: “En la antigua Grecia no había homosexualidad como tal, ni mucho menos consentimiento”
Mikel Herrán tiene un doctorado en Arqueología, un canal de Youtube y un carrera ‘drag’ a punto de despegar. Desde las redes sociales a libros como ‘Sodomitas, Vagas y Maleantes’, se dedica a desenterrar episodios olvidados de nuestra historia
Vivir ajeno al paso del tiempo es imposible para un arqueólogo. Mikel Herrán se enfrenta a su trigésimo tercer cumpleaños y, consciente del simbolismo de la cifra, ha decidido celebrarlo por todo lo alto. Ya está preparando una corona de espinas y purpurina para festejar su particular versión drag de la última cena de Jesús. “Puesto a imaginar, que me entierren con un corsé en el ajuar y que utilicen el mausoleo para lo que quieran, como si es para hacer cruising”, cuenta entre risas. Aunque aún es joven, su lápida estaría abarrotada de títulos: doctor en Arqueología, youtuber, escritor y, ante todo, una “mujer desesperada feudal”, que es el espíritu de su personaje drag. En su último libro Sodomitas, vagas y maleantes (Planeta, 2024) recupera la historia olvidada de la “España desviada”, pero en esta entrevista se va a intentar desenterrar la suya propia.
Mikel Herrán, PutoMikel o Aurora Loreal, depende de cuando le pilles, ha vivido siempre a dos tiempos. Se crio en la Zaragoza de los años noventa, pero entre las revistas de National Geographic y las visitas escolares a ruinas romanas fue forjando su devoción por el pasado. Tal vez tuviera también algo que ver el Indiana Jones de Harrison Ford. En Madrid formó parte de la primera promoción de Arqueología de la Complutense y tuvo que irse ni más ni menos que a Catar para empezar a coquetear con el mundo drag desde las redes. Mientras hacía un máster en 2017 comenzó a grabar vídeos para YouTube en una pequeña habitación universitaria. “Aunque, eso sí, la llené de pósteres de Rocío Jurado impresos en A4 en el trabajo”, bromea. Había nacido PutoMikel, el youtuber.
Su primera perfomance en toda regla llegó unos meses después durante su doctorado en Leicester. Con los vecinos de su “ático del pánico” como único público, se presentaba vestido de noble hidalgo para contrastar los bulos históricos en torno a la Reconquista que la extrema derecha empezaba a difundir. Ahí encontró la esencia de su mensaje: “Un acercamiento crítico a la realidad desde una óptica histórica”, acompañado, como no, de la fantasía. Poco a poco fue mejorando el maquillaje y el vestuario para abordar de manera ligera temáticas tan serias como el legado colonial o la Inquisición. “Si el drag nos ha enseñado algo es que se puede frivolizar y luchar al mismo tiempo”.
Desarrolló en paralelo su carrera académica con la de youtuber, como una Hannah Montana de la arqueología. Pero una vez doctorado se negó a tener que estar enlazando programas posdoctorales en distintas ciudades y volvió a Madrid para centrarse en su carrera como comunicador. Desde entonces ha salido de su pequeña ventana digital y ha conquistado la radio, la tele y las librerías. A pesar de los cambios, su esencia sigue intacta. Sodomitas, Vagas y Maleantes, es el ejemplo más claro.
Con su particular ligereza, traza la historia de la comunidad LGTB en España desde Atapuerca a Chueca. Eso sí, el humor no resta rigor a los matices en la consideración del sexo y el género de cada civilización. “En la antigua Grecia no había homosexualidad como tal, ni mucho menos consentimiento. Cuanto más abiertos estemos a entender las diferencias con el pasado, más fácil nos será crear futuros diversos”. De ahí que el libro este lleno de guiños a la actualidad para señalar problemas, como el enfrentamiento entre el “buen” y el “mal” homosexual, que aún se arrastran. Entender el origen de estos conflictos estructurales es, según Herrán, la única manera de poder cambiarlos.
Con el libro cerró una idea que arrastraba desde hacía años, pero antes de correr a embarcarse en el siguiente, prefiere centrarse en generar nuevos proyectos en su canal de YouTube. “Al final, es mi base y aunque se acabe todo lo demás, eso seguirá”. El único paso que le queda por dar es montar un espectáculo drag con público. “Tengo miedo de echarme a los leones porque no es el mundo del que vengo”. Aún así, ya lleva años creando un personaje con sus amigos, “una señorona medieval a punto de sacar el cuchillo y matar al marido, pero que de puertas para fuera aparenta ser una buena dama”. Su nombre es Aurora Loreal, un homenaje al primer drag king de al-Ándalus, y estamos seguros de que no tardará mucho en poder sumarlo a su epitafio.