Ana Rutilia Ical Choc, la abogada maya que obligó a Florentino Pérez a rendir cuentas
La activista guatemalteca usa la ley en defensa de la tierra y la cultura de las comunidades indígenas
En el corazón del mundo maya las comunidades aún recuerdan una niñez verde, salpicada de pájaros de colores y riachuelos cristalinos donde aprendían a nadar como si estuvieran dentro de una gran placenta. Aquel escenario está roto desde hace años. La historia se repite: un megaproyecto desgarra los bosques y los indígenas se esconden, como si fuera un tráiler de...
En el corazón del mundo maya las comunidades aún recuerdan una niñez verde, salpicada de pájaros de colores y riachuelos cristalinos donde aprendían a nadar como si estuvieran dentro de una gran placenta. Aquel escenario está roto desde hace años. La historia se repite: un megaproyecto desgarra los bosques y los indígenas se esconden, como si fuera un tráiler de la saga Avatar. La abogada maya Ana Rutilia Ical Choc lo ha visto una y otra vez, pero ha conseguido vencer el miedo.
Ical Choc, catedrática de la Universidad Rafael Landívar, ha crecido entre los fantasmas del genocidio en Guatemala, más de 200.000 muertes y desapariciones durante los años ochenta, la mayoría indígenas, según la Comisión de la Verdad de la ONU. A pesar de los acuerdos de paz y de que figuras como el expresidente Ríos Montt fueron procesadas, los atropellos contra los mayas no terminan. La abogada no sólo ha aprendido a convivir con la muerte, sino que ha puesto al Estado contra la pared.
“Querían que desapareciéramos. Todavía ven a los indios debajo de la bota y eso ya no es posible. Me he enfrentado a un sistema corrompido, impune, comprado por las oligarquías. No les tengo miedo. Ellos me tienen miedo”, subraya la líder. Además de llevar litigios de comunidades desterradas, consiguió que en 2019 la Corte Suprema le diera la razón en su lucha contra Renace, el complejo hidroeléctrico más grande de Centroamérica compuesto de cinco centrales, cuatro de ellas construidas por la entonces empresa española Cobra, presidida por Florentino Pérez.
La abogada había recurrido ante la falta de una “consulta previa, libre e informada” de las comunidades nativas de San Pedro Carchá, tal como señala el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo. Pese a ello, el proyecto no se detuvo. El río Cahabón, sagrado para los mayas, comenzó a secarse mientras los tractores molían el bosque y se levantaban vallas. El agua que alimentaba su mundo desapareció y para cruzar su territorio tenían que identificarse.
La licenciada, como la llaman en su comunidad, comenzó a sentir el expolio desde muy joven, cuando desaparecieron a su hermano. Mientras lo buscaba en destacamentos militares fue maestra en veredas de la Alta y Baja Verapaz, hogar de los mayas q’eqchi. Luego ayudó a fundar la Academia de Lenguas Mayas y la Defensoría de la Mujer Indígena. Desde la Academia destacan la lucha “de la hermana Ical” para que la Constitución incluya como lengua oficial de Guatemala, junto al español, las más de 20 lenguas vivas del maya. Ical critica a una sociedad orgullosa de los mayas antiguos de las pirámides y de los códices que inspiran a la NASA, pero se olvida de las condiciones de vida de los actuales.
Su licenciatura en Ciencias Jurídicas avanzaba junto a su convicción de aprender a defenderse. “Defiendo nuestra dignidad. La madre tierra, el bosque, el río son sagrados. El ser humano no puede vivir sin ellos”, dice, y su voz se quiebra al teléfono.
La abogada sabe defenderse, pero también conoce a líderes y exfiscales que siguen encarcelados, dice. Amenazada, Ical Choc ha sido tildada de alborotadora, acusada de robar a sus padres, de estafar al Estado. Los casos los ha ido ganando a punta de litigios y de dejarse la salud. Suele cambiar de móvil para evitar escuchas y se desconecta de las redes para esquivar el acoso.
“Es una mujer con mucho carácter y con un nivel de compromiso enorme. Ya es difícil ser defensora de derechos humanos en Centroamérica y más complicado si eres indígena. Ana Rutilia se ha atrevido a plantarle cara a uno de los grandes grupos económicos del país y a la división comunitaria que ello ha provocado”, detalla Almudena Moreno, de la ONG española Alianza por la Solidaridad.
Desde la compañía hidroeléctrica Renace, señalan que han creado una reserva natural, fomentan programas de educación y nutrición y emplean a miembros de la población. La comunidad critica que son trabajos temporales, que han destruido el ecosistema y que no se beneficiarán de la electricidad, que es para exportar.
La marginación es histórica. Desde la conquista, la independencia o la llegada masiva de alemanes en el siglo XIX, que implantaron el café y el cardamomo, los nativos han sido condenados en muchos casos a la servidumbre y la invisibilidad.
La ONG de Moreno, que visibiliza la situación de la región, acompañó a Ical a una audiencia de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos en Madrid donde también fue citado Florentino Pérez. Ana Rutilia no olvida ese momento. La OCDE le recordó al empresario que su condición de contratista no le eximía de cumplir los estándares internacionales y le recomendó colaborar con las autoridades para remediar los perjuicios. Cobra fue vendida al grupo francés Vinci a finales de 2021.
La abogada apeló la decisión de la Corte Suprema de su país de no suspender el complejo hidroeléctrico ante la Corte de Constitucionalidad. La Corte aún no ha dictado sentencia. Las hidroeléctricas siguen construyéndose. El pueblo q’eqchi espera el día de la consulta sobre el complejo. Los meses discurren sordos sin el ruido del agua. Ya es raro ver un quetzal, esa ave mágica de pecho rojo y plumas verdes que siempre ha protegido a los mayas.
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