Túnez apunta a la pista libia y dice que se entrenaron allí los yihadistas
El Gobierno asegura que los dos terroristas abatidos viajaron a este país en diciembre
La pista libia gana terreno en la investigación sobre los atentados cometidos el miércoles en el museo del Bardo, en Túnez. Según recoge France Presse, el secretario de Estado de seguridad tunecino, Rafik Chelly, afirmó este jueves por la noche al canal privado Al Hiwar Ettounsi que los dos terroristas abatidos el miércoles durante el ataque, Yassine Abidi y Hatem Jachnaoui, salieron del país hacia Libia de forma clandestina el pasado mes de diciembre. Allí, los dos individuos, que Chelly calificó de "salafistas takfiris extremistas", una rama integrista a la que pertenecen la mayoría de combatientes yihadistas, pudieron recibir entrenamiento en el uso de armas antes de regresar a Túnez y perpetrar el ataque que acabó con la vida de 21 personas, entre ellas dos turistas españoles.
El caos libio es sin duda uno de los graneros y trampolines que los radicales tunecinos han utilizado desde la caída de Muamar el Gadafi, en octubre de 2011, para alistarse en las filas de la guerra santa en Siria e Irak. La porosidad de las fronteras en esta franja del norte de África y los canales abiertos hacia Mesopotamia han permitido que los combatientes yihadistas -y las armas- se movieran con cierta facilidad. No era complicado toparse en el frente sirio, ya un año después de lanzada la ofensiva contra Gadafi, con armamento y milicianos llegados desde Libia.
Las carreteras y el centro de la capital tunecina dan buena cuenta del flujo de ciudadano libios, hoy más contenido, llegados desde la revuelta de 2011 -sirva tan solo fijarse en las matrículas de los vehículos. Abidi y Jachnaoui hicieron, según las autoridades tunecinas, el camino contrario, a finales del pasado año. Precisamente en diciembre de 2014 y ante la guerra abierta entre milicias libias de Zintán y Trípoli, Túnez selló el cruce hacia Ras Gadir, uno de los principales pasos fronterizos entre los dos países. Durante la reunión mantenida ayer con la cúpula militar, el presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, informó precisamente de que entre las nuevas medidas en la lucha contra el terrorismo yihadista estaba el refuerzo de las fronteras con Libia y Argelia.
Pese a que las autoridades empiezan a trazar el periplo seguido por los dos terroristas abatidos en el Bardo, las fuerzas de seguridad buscan a posibles cómplices. Entre la decena de detenidos ayer se encuentra Saber Jachnoui, hermana de uno de los autores del ataque. La mujer fue arrestada en su domicilio de Ain Ezzahar, en Kasserine, región del oeste del país colindante con Argelia, que ha concentrado en los últimos meses un aumento de la actividad yihadista. Según algunos medios tunecinos, fue la hermana de Jachnoui la que informó de que su hermano, durante su estancia fuera del país, había pasado por Irak.
A falta de que se den a conocer más detalles sobre el entrenamiento de Abidi y Jachnaoui, el territorio libio se ha convertido en un auténtico avispero, partido por la guerra abierta entre milicias vinculadas a los dos Gobiernos que luchan por el poder entre Tobruk y Trípoli, y el nuevo frente levantado por grupos vinculados al Estado Islámico y otros aún ligados a Al Qaeda, como Ansar el Sharía, con ramificación también en suelo tunecino.
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