Los rebeldes Huthis toman Adén
Egipto envía navíos de guerra a la costa de Yemen mientras la filial local de Al Qaeda asalta una cárcel y libera a decenas de sus activistas
Una semana después del lanzamiento de una campaña de bombardeos aéreos liderados por Arabia Saudí contra posiciones de los rebeldes Huthis en Yemen, este país se ha convertido en un verdadero avispero. Los ataques no han frenado el avance de las milicias Huthis, que ayer se hicieron con el control del centro de Adén, la segunda ciudad del país, lo que puede propiciar una intervención terrestre de Arabia Saudí y sus aliados. Durante las últimas semanas, Yemen se ha sumado a lista de Estados árabes que se han desintegrado a causa de los conflictos internos, y que forman Libia, Iraq y Siria.
Según informó la prensa local, las tropas Huthis se apoderaron ayer por la tarde del palacio presidencial de Adén, en el que residía hasta la semana pasada el presidente Abdurabbo Mansur Hadi, depuesto en un golpe de Estado en febrero pero aún considerado el líder legítimo del país por la comunidad internacional. El avance Huthi se produjo tras intensos combates con las tropas leales a Hadi, que se saldaron con al menos 48 muertos y decenas de heridos, de acuerdo con la agencia AFP. Adén, situada en el sur del país, es el bastión del presidente Hadi, por lo que su caída representa una importante victoria para los Huthis, que profesan una rama del chiísmo y representan cerca de un tercio de la población.
La dimisión del presidente Alí Abdulá Saleh en 2012, forzada por una revuelta popular inspirada en la Primavera Árabe, desencadenó una descarnada lucha por el poder entre los diversos actores políticos del país en la que se inmiscuyeron las potencias regionales. Los Huthis, que cuentan con el apoyo de Saleh, son aliados de Irán, el gran adversario de Arabia Saudí por la hegemonía regional en el Golfo Pérsico. De ahí que el éxito de la insurgencia Huthi haya provocado una reacción inmediata de Riad.
El otro actor de peso de la escena política yemení, la filial local de Al Qaeda, aprovechó el caos que reina en el país para asaltar ayer una prisión en la ciudad de Mukala, situada a unos 500 kilómetros al este de Adén, y liberar a decenas de sus activistas. El grupo, conocido por las siglas AQAP, ha sido el principal blanco de los ataques con drones -aviones no pilotados- lanzados por el presidente Obama durante los últimos años y podría convertirse en el principal beneficiado de la actual crisis.
Según los expertos, la toma de Adén podría precipitar una invasión terrestre de Arabia Saudí, cuyo ejército sufrió ayer su primera víctima en un enfrentamiento en su zona fronteriza con Yemen. “De producirse, la operación terrestre tendrá una naturaleza limitada, y buscará solo ocupar algunas zonas estratégicas. El objetivo no es ocupar el país, si no forzar a los huthis a hacer concesiones en la mesa de negociaciones”, sostiene Moataz Salama, una analista del Centro de Estudios Estratégicos Al Ahram, en El Cairo.
El ejército egipcio ha enviado diversos navíos militares a la costa de Yemen y podría participar también en una operación terrestre. Tanto Egipto como Arabia Saudí ya intervinieron en la guerra civil yemení en los años 60, y que algunos historiadores egipcios has descrito como “el Vietnam el presidente Násser”. Conscientes del rechazo que suscita cualquier intervención militar extranjera, los huthíes han apelado a los sentimientos patrióticos de la población para ensanchar su base de apoya más allá de la comunidad chiíta. Su estrategia se ha visto facilitada por el bombardeo de un campo de refugiados que provocó decenas de víctimas civiles.
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