Maduro siembra el desconcierto en Venezuela con sus medidas y contramedidas monetarias
Incluso dentro de los estándares de la Venezuela chavista, la semana que acaba de cerrar tuvo un itinerario sorprendentemente surrealista
El domingo 11, el presidente venezolano Nicolás Maduro denunció una maniobra contrarrevolucionaria para sacar del país papel moneda y crear caos. Su respuesta, a través del decreto 2.589, fue terminar de sacar de circulación los billetes de 100 bolívares –los de mayor valor hasta entonces, que representan casi la mitad de todo el circulante en el país- y crear más caos.
El sábado 17, el mismo Maduro anunció la suspensión temporal de la medida. El viejo billete desdeñado de 100 bolívares -equivalente a uno o dos céntimos de dólar, según el cambio que se consiga en el mercado paralelo- volvía a ser legal, porque los nuevos billetes de mayor denominación, supuestos a sustituirlo, no llegan todavía del extranjero.
Entre uno y otro extremo del ciclo: protestas violentas en diez estados, al menos una muerte, una decena de dirigentes opositores detenidos, cerca de dos centenares de comercios destruidos, y la persistente interrogante de si las autoridades del Gobierno saben realmente lo que están haciendo.
Maduro, en una escueta alocución de television el sábado por la noche, dijo que se prolongaba hasta el 2 de enero la vigencia legal de los billetes de 100, de los que, según su propia version, mafias colombianas orquestadas desde Estados Unidos han extraído casi 3.000 millones de ejemplares a países como la propia Colombia, Ucrania y Alemania.
El sucesor de Hugo Chávez también prolongó hasta el 2 de enero el cierre preventivo de las fronteras con Colombia, al oeste, y Brasil, al sur, con la que busca aplicar un torniquete a la fuga de billetes.
Este domingo, sin embargo, persistía la incertidumbre en Venezuela acerca de por qué el presidente revolucionario, asediado ya por una inflación incontrolable, la caída constante de la producción interna y el desabastecimiento de bienes de consumo básico, sometió al país a un estrés semejante. Incluso en las publicaciones progubernamentales se expresaba el desconcierto.
Estamos siendo víctimas de un sabotaje internacional para que los nuevos billetes, que están listos, no puedan ser trasladados a Venezuela
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela
“Señor presidente, ¿cuándo es que usted asumirá su responsabilidad?”, titulaba este domingo un columnista de Aporrea.org, un sitio de Internet de la izquierda chavista.
Maduro volvió acusar a un complot internacional como responsable del cronograma de incorporación del nuevo cono monetario, los billetes de mayor denominación que deben entrar en circulación.
Según trascendió por informaciones de agencias de noticias, los nuevos billetes están en Suecia, esperando para ser despachados a Venezuela. De acuerdo a diversas versiones, Caracas no ha pagado a tiempo las nuevas impresiones.
"Estamos siendo víctimas de un sabotaje internacional para que los nuevos billetes, que están listos, no puedan ser trasladados a Venezuela", dijo Maduro el sábado, ante una concentración de sus partidarios en una céntrica calle de Caracas, minutos antes de anunciar la prórroga de su medida.
El jefe de Estado afirmó que en la víspera había estado personalmente "pendiente de todos los detalles" de modo de agilizar la llegada de los billetes.
Apenas a unas cuadras del sitio donde Maduro daba el mitin, miles de personas hacían fila para alcanzar una de las 150 taquillas habilitadas en la sede del BCV para depositar sus fajos de billetes de 100 bolívares puestos ya oficialmente fuera de circulación. La fila alcanzaba casi dos kilometros de extension.
Esas filas, y los rescoldos aún encendidos de los desórdenes, disuadieron a Maduro de aplicar a rajatabla la retirada de los billetes.
El sábado, la situación continuaba siendo tensa en los estados de Táchira, Zulia y Bolívar. Para apaciguar los ánimos el Gobernador chavista del estado de Bolívar, general Francisco Rangel Gómez, había decidido –antes de la nueva instrucción de Maduro- permitir el uso de los billetes de 100 bolívares como medio de pago en esa entidad regional.
El sábado también se conoció que una manifestación de mujeres en la población de Ureña, estado de Táchira (suroeste de Venezuela), rompió el cordón de efectivos de la Guardia Nacional que resguardaba el paso fronterizo desde esa localidad al vecino departamento de Norte de Santander, en Colombia.
El lunes pasado, el Gobierno había decretado el cierre por 72 horas de la frontera con Colombia. Desde entonces, ha venido prolongando la clausura en el tiempo y a otras regiones, como la frontera sur con Brasil. Caracas sostiene que buena parte de su papel moneda es extraído a los países aledaños de manera subrepticia.
Sobrepasadas por la poblada, las autoridades militares en Ureña acordaron con los civiles mantener un "corredor humanitario" hacia Colombia hasta las ocho de la noche,
Más tarde, desde Caracas, el presidente Maduro reiteró que el cierre de las fronteras, extendido hasta el 2 de enero, contemplará medidas para mitigar "situaciones humanitarias".
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