Los argelinos desafían al jefe del Ejército tras la marcha de Buteflika
Decenas de miles de manifestantes exigen en su octavo viernes de protestas que se vaya el régimen avalado por el general Gaid Salah
El hombre fuerte de Argelia, el jefe del Ejército, el general Ahmed Gaid Salah, de 79 años, tiene una grave disyuntiva sobre la mesa: o reprime con sangre las mayores manifestaciones que se están registrando en el país desde su independencia (1962) o asume que le ha llegado también el momento de marcharse. En el octavo viernes de protestas, tras la primera jornada del 22 de febrero, cientos de miles de argelinos volvieron a salir a las calles de las principales ciudades para pedir la marcha del régimen. Y eso, a pesar de que esta vez la represión policial en la capital fue mayor que nunca.
Había mucha expectación en Argelia. Este era el primer viernes después de que el presidente provisional, Abdelkáder Bensalá, de 77 años, que sustituyó el 9 de abril al dimitido Abdelaziz Buteflika, de 82, anunciase que habrá nuevas elecciones presidenciales el próximo 4 de julio. Por primera vez, los agentes antidisturbios hicieron uso de los cañones de agua en la plaza Maurice Audin, el centro neurálgico de las manifestaciones en la capital.
Ya el pasado martes, durante la manifestación de miles de estudiantes en Argel, el régimen empleó, además de gases lacrimógenos y cañones de agua, unos camiones fabricados en Argelia que emiten ruidos ensordecedores. Said Salhi, vicepresidente de la Liga Argelina por la Defensa de los Derechos del Hombre (LADDH), denunció: “En otras partes del mundo, como en Estados Unidos, estos vehículos están prohibidos por su impacto en la salud de los ciudadanos, porque causan pérdidas de audición y otros graves daños que conducen incluso hasta la muerte”.
Finalmente, este viernes, en Argel, hubo más violencia que el resto de jornadas. Soufiane Djilali, presidente del partido opositor Jil Jadid (Nueva Generación) tuiteó: “Mi total condena a las brutalidades de la policía en la plaza Audin y en el túnel de las facultades”. El humorista Kamel Abdat escribió en las redes: “Hemos salido como cada viernes, pacíficos y dignos. Pero el poder ha continuado igual a sí mismo, indigno y sordo a nuestras llamadas de fraternidad y democracia. Permanezcamos vigilantes y unidos”.
El medio digital TSA, el más leído del país, tuiteó a las 18:08: “Los policías antidisturbios han cargado violentamente contra los manifestantes en el centro de Argel, corriendo el riesgo de provocar estampidas y poniendo en peligro la vida de niños y de personas de edad que participaban en la manifestación”.
La Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) emitió un comunicado en el que afirmaba haber detenidos a "extranjeros" que pretendían "atizar las tensiones e impulsar a los jóvenes hacia formas de expresión radicales". También afirmó haber detenido a un grupo de terroristas que pretendían atentar contra los manifestantes. En las redes sociales numerosos internautas interpretaron ese comunicado como un insulto a la inteligencia de los ciudadanos.
A pesar de la represión en la capital, las imágenes aéreas de las principales ciudades, como la propia Argel, Orán, Tizi Ouzou y Constantine, mostraban las calles abarrotadas. Muchas de las pancartas y cánticos apuntaban contra el jefe del Ejército. “Gaid Salah, tú formas parte del compló”. “Hemos ganado el primer tiempo del encuentro, pero Gaid Salah ha vendido el partido”. “Ni Bensalá ni Salah”.
Gaid Salah apoyó la candidatura de Abdelaziz Buteflika para un quinto mandato presidencial. Pero tras casi 40 días de protestas, el jefe del Estado Mayor terminó forzando a dimitir a Buteflika el 2 de abril. Lo hizo en nombre del pueblo, apelando a los artículos 7 y 8 de la Constitución, que dicen que todo poder emana del pueblo. Sin embargo, el 10 de abril, Gaid Salah avaló como presidente provisional a Abdelkáder Bensalá, refrendó como primer ministro a Nordín Bedoui, de 59 años, quien había sido hasta hace un mes ministro del Interior de Buteflika, y protegió a Tayeb Belaiz como presidente del Consejo Constitucional, que fue el hombre que aceptó la candidatura de Buteflika. El régimen de Buteflika sigue intacto, aunque sin Buteflika. Y la calle sigue determinada a derribarlo.
Las autoridades argelinas continúan sin conceder visados a decenas de medios extranjeros. Esta semana, además, expulsaron al director de la Agencia France Presse, Aymeric Vincenot, después de que no le renovasen su acreditación de 2019. En cuanto a la jornada de este viernes, el periodista Khaled Drareni tuiteó: “La policía ha impedido hacer su trabajo a varios periodistas argelinos y corresponsales de medios extranjeros”.
“General: es tiempo de irse”
Said Sadi, antiguo presidente del partido opositor Reagrupamiento por la Cultura y la Democracia (RCD), de 71 años, escribió este jueves una carta abierta al jefe del Ejército, Ahmed Gaid Salah, que ha tenido gran difusión en las redes sociales: "En estos momentos decisivos para la patria cada argelino se encuentra frente a sus responsabilidades. Sobre todo, usted. Es tiempo de irse. Porque usted tiene una edad avanzada, porque el sistema que usted ha sostenido ha fracasado y, sobre todo, porque [el régimen] ha sido condenado por la excepcional movilización ciudadana que ha hecho renacer a la nación desde el 22 de febrero".
El antiguo fundador del RCD critica duramente cómo ha evolucionado el discurso del general desde el inicio del movimiento. “Usted fue partidario de un quinto mandato [presidencial de Abdelaziz Buteflika]. Usted acusó a los manifestantes de ser manipulados con el fin de desestabilizar el país para, finalmente, admitir que el pueblo tenía razón, a pesar de que usted ha dado una interpretación opuesta a sus reivindicaciones”.
Este político sufrió un escrache el viernes 5 de abril durante la manifestación que se desarrollaba en la localidad de Bejaia. El ataque fue claramente minoritario y Said Sadi lo atribuyó a la mano negra de los servicios secretos argelinos. El novelista argelino Yasmina Khadra escribió en Facebook un mensaje de apoyo a Said Sadi: "Usted ha sido uno de los primeros demócratas en rebelarse contra la represión. Usted ha conocido la cárcel, la puesta en cuarentena, pero ni las amenazas ni los peligros mortales le han hecho hincar la rodilla. (…) Usted estuvo de pie en el corazón de la tormenta cuando todo un pueblo escondía la cabeza en la arena".
Ahora, en su carta al jefe del Ejército le advierte de que si continúa ignorando el sentido profundo de las protestas corre el riesgo de llevar al Ejército hacia la peor de las pruebas: enfrentarse a sus ciudadanos.
Sadi añade: “Todo llama a que usted se retire. Tanto el peso de los años como la época en que vivimos invitan a la sabiduría, al coraje y a la lucidez. Es tiempo de dejar espacio para las nuevas generaciones. La época de los dictadores militares se ha terminado. Sería una falta de juicio grave no comprender que hoy, en Argelia también, el grito de un ciudadano es más audible que el ruido de un cañón”.
“General Ahmed Gaid Salah: la cuestión no es saber si usted debe irse, sino cómo y cuándo va a hacerlo. (…) Usted tiene una ocasión única de cerrar su carrera con una decisión patriótica que podría trascender o, al menos, relativizar los puntos débiles [de su carrera]: hacer entrar al Ejército en los cuarteles y dejar a los argelinos que inventen el gran destino que el militarismo les ha prohibido desde el primer día de su independencia”, concluye el político opositor.
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