La búsqueda infinita de un superviviente de Srebrenica

Ramiz Nukic, que perdió a su padre y a sus dos hermanos en la matanza, ayuda desde hace 15 años a identificar a las víctimas gracias a los huesos que localiza en la zona del genocidio

El superviviente Ramiz Nukic reza en el cementerio de Potocari donde están enterrados los restos de sus familiares asesinados en la matanza.Vídeo: REUTERS

Hace 15 años, el superviviente del genocidio de Srebrenica Ramiz Nukic se hizo una promesa: no parar hasta encontrar a la última víctima de la matanza. Desde entonces, ha ayudado a identificar a 300 personas asesinadas por las tropas serbias en julio de 1995 a través de los huesos que busca en la zona de la masacre.

Nukic, bosnio de 59 años, fue el único superviviente del genocidio que volvió a su aldea, Kamenice, cerca de Srebrenica en 2002. Cuando limpiaba su casa, encontró entre los escombros de su patio los primeros restos humanos de los fallecidos en la masacre, y tres años después...

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Hace 15 años, el superviviente del genocidio de Srebrenica Ramiz Nukic se hizo una promesa: no parar hasta encontrar a la última víctima de la matanza. Desde entonces, ha ayudado a identificar a 300 personas asesinadas por las tropas serbias en julio de 1995 a través de los huesos que busca en la zona de la masacre.

Nukic, bosnio de 59 años, fue el único superviviente del genocidio que volvió a su aldea, Kamenice, cerca de Srebrenica en 2002. Cuando limpiaba su casa, encontró entre los escombros de su patio los primeros restos humanos de los fallecidos en la masacre, y tres años después comenzó a buscar más y a enviarlos al Instituto para los Desaparecidos, donde realizan las pruebas de ADN.

Su padre, su tío, y sus dos hermanos habían desaparecido en la matanza, que acabó con 8.000 varones musulmanes bosnios en una, técnicamente, “zona segura” de la ONU. El entonces responsable militar serbobosnio, Ratko Mladic, y su jefe político, Radovan Karadzic, cumplen hoy por ello cadena perpetua en La Haya.

“Cuando encuentro restos humano me olvido de los gritos. Pero entonces, empiezo a pensar en cómo tuvo que ser su muerte, cuánto sufrieron. Moriré y no tendré respuesta a esa pregunta“, explica en este vídeo Nukic.

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