Una movilización masiva contra el presidente de Malí y choques con la policía dejan al menos siete muertos
El mandatario anuncia la disolución del Tribunal Constitucional, criticado por la oposición, para intentar rebajar la tensión
Tensión en las calles y presión contra la presidencia de Malí. Bamako, la capital del país, ha vivido un fin de semana de protestas, detenciones y disturbios en las calles. El pulso lanzado por el movimiento M5 -una alianza entre la sociedad civil y la oposición política- contra el presidente, Ibrahim Bubacar Keita (IBK), ha pasado a una nueva fase estos días y le ha obligado a dar un primer paso atrás: ha disuelto el Tribunal Constitucional. Las protestas han dejado al menos siete muertos...
Tensión en las calles y presión contra la presidencia de Malí. Bamako, la capital del país, ha vivido un fin de semana de protestas, detenciones y disturbios en las calles. El pulso lanzado por el movimiento M5 -una alianza entre la sociedad civil y la oposición política- contra el presidente, Ibrahim Bubacar Keita (IBK), ha pasado a una nueva fase estos días y le ha obligado a dar un primer paso atrás: ha disuelto el Tribunal Constitucional. Las protestas han dejado al menos siete muertos.
La temperatura subió drásticamente el viernes, cuando, después de la masiva concentración del M5 en la Plaza de la Independencia, los manifestantes se dirigieron hacia distintos edificios institucionales para pedir la dimisión del presidente y mostrar su descontento ante la inseguridad y la corrupción en un país de 19 millones de habitantes. En su tercera gran manifestación desde junio, decidieron cambiar el tono: se apeló a la desobediencia civil. Miles de ciudadanos reaccionaron al llamamiento y, después de la oración y de la concentración pacífica, ocuparon el Parlamento y la televisión nacional -la ORTM-, que interrumpió la señal durante horas.
Las fuerzas de seguridad reaccionaron con contundencia y los enfrentamientos entre la policía y los jóvenes dejaron al menos tres muertos y una veintena de heridos de bala en el hospital Gabriel Touré. La circulación quedó cortada por las barricadas, así como los dos puentes, mientras la tensión aumentaba la presión hacia el presidente. Las redes sociales quedaron limitadas, según denunciaron los ciudadanos y ha confirmado la organización NetBlocks, y han seguido funcionando intermitentemente durante el fin de semana.
El sábado los enfrentamientos se concentraron en Badalabogou, el barrio del influyente imán Mahmud Dicko. El popular líder religioso es parte del M5 y es la figura con más poder de movilización. Sus fieles seguidores, miembros de los llamados CMAS (Coordinadora de Movimientos, Asociaciones y simpatizantes del imán Mahmud Dicko) se organizaron desde la mañana como reacción a las actuaciones de la policía, que detuvo a varios miembros del M5 tras la manifestación del viernes. La segunda jornada de violencia dejó cuatro muertos más, entre ellos, dos menores.
Entre el viernes y el sábado, la policía arremetió contra sedes y voces potentes del movimiento, y entre los arrestados constan el brazo derecho de Dicko, Issa Kaou Djim; el presidente de la Plataforma contra la corrupción, Clément Dembele, y el considerado cerebro de las juventudes de la CMAS, Adama Diarra. Lejos de apaciguar los ánimos, estas actuaciones policiales activaron aún más a los jóvenes, que se coordinaron para cortar el paso a las fuerzas de seguridad y erigieron nuevas barricadas.
La enorme presión y el descontrol en las calles ha obligado finalmente al presidente a comparecer el sábado a medianoche en la televisión nacional, cuando anunció la disolución del Tribunal Constitucional. Esa es una de las demandas de los manifestantes, pero no la única y ya no la principal. “La disolución de facto del Tribunal nos permitirá, a partir de la semana que viene, pedir a las autoridades relevantes que nombren a nuevos miembros, para que el tribunal reformado pueda así ayudarnos rápidamente a buscar soluciones a las disputas”, declaró el presidente, que condenó la violencia.
La decisión del Constitucional de invalidar resultados en favor del partido del presidente en las últimas elecciones legislativas esta primavera fue uno de los detonantes del movimiento M5, coordinado por la oposición. Pero entre las críticas también se suma la incapacidad de hacer frente a los grupos terroristas que controlan buena parte del territorio, la inseguridad creciente en el país, la dura crisis económica y la corrupción.
El movimiento ha celebrado la masiva movilización ciudadana pero también ha pedido que se eviten los actos vandálicos y que no se ceda a la provocación policial. Dicko ha pedido a sus seguidores que mantengan la calma y ha aparecido este domingo en un vídeo recordando que el M5 es un movimiento pacífico y ha instado a la población a no atacar ni reaccionar. “Hablaré esta tarde y se emitirá en la televisión. Antes, no queméis el distrito. Calmaos, por favor, calmaos”, ha declarado.