Liberado tras 27 años de cárcel en China por una condena de asesinato sin pruebas

Zhang Yuhuan, que trabajaba como carpintero en una zona rural, reclama ahora 850.000 euros en concepto de indemnización por una sentencia errónea

Zhang Yuhuan, en la puerta de su casa en el pueblo de Zhangjiacun, el miércoles tras ser liberado.VCG via Getty Images

Zhang Yuhuan ha vuelto a ser un hombre libre tras 9.778 días entre rejas. Este ciudadano chino ha sido absuelto tras pasar 27 años en la cárcel por un crimen del que se le acusó sin base. Así lo sentenció el martes un tribunal de la provincia de Jiangxi, cuyo fallo hecho público este jueves manifiesta que no hay pruebas suficientes para sostener una acusación de culpabilidad contra el reo. Las autoridades ya se han disculpado y han asegurado que Zhang tiene derecho a exigir una compensación tras ser víctima de una de las condenas equivocadas más larga en la historia del país.

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Zhang Yuhuan ha vuelto a ser un hombre libre tras 9.778 días entre rejas. Este ciudadano chino ha sido absuelto tras pasar 27 años en la cárcel por un crimen del que se le acusó sin base. Así lo sentenció el martes un tribunal de la provincia de Jiangxi, cuyo fallo hecho público este jueves manifiesta que no hay pruebas suficientes para sostener una acusación de culpabilidad contra el reo. Las autoridades ya se han disculpado y han asegurado que Zhang tiene derecho a exigir una compensación tras ser víctima de una de las condenas equivocadas más larga en la historia del país.

Zhang residía en el condado de Jinxian, un área rural cercana a Nanchang, la capital de la provincia, cuando en enero de 1993 fue detenido tras ser acusado del asesinato de dos niños de la zona. En enero de 1995 fue condenado a muerte por el Tribunal Popular Intermedio de Nanchang, pena conmutada a cadena perpetua dos años más tarde. El caso permaneció cerrado hasta que en 2017 sus representantes legales solicitaron ante el Tribunal Popular Superior de Jiangxi un nuevo juicio, el cual fue aceptado en marzo de este año y comenzó el mes pasado.

“Me llevaron como un joven y me han devuelto como un hombre, pero aun así tengo que dar las gracias al Gobierno por recuperar mi inocencia”, declaraba el protagonista a la prensa local al conocer la noticia. En el momento de su arresto Zhang, que trabajaba como carpintero, tenía 26 años, mujer y dos hijos pequeños. Tras seis años sobreviviendo como madre soltera, ella acabó contrayendo matrimonio con otro hombre. Los niños ahora son mayores de lo que él era cuando le detuvieron y ambos están casados. Zhang, que este año ha cumplido 53, es incluso abuelo de varios nietos, el mayor de los cuales tiene 12 años.

“He visto a mis hermanos, hermanas y parientes; pero a muchos de ellos no los reconozco” ha manifestado Zhang en palabras recogidas por la publicación local Litchi News. Su madre, ahora anciana, ha sido la persona a la que más le ha costado identificar, aseguraba. Su familia no cejó en su empeño de mantener el caso abierto durante las casi tres décadas que ha pasado en la cárcel. Su hermano mayor, por ejemplo, llegó a dirigir más de 1.000 cartas de protesta a las autoridades locales.

Zhang afirmó haber sido torturado por los agentes de policía encargados del caso hasta lograr una confesión en la que se basó la sentencia original en su contra. Este procedimiento es una reclamación recurrente por parte de los acusados en China, cuyo sistema judicial tiene una de las tasas de condena más altas del mundo, cercana al 99,9%. En su intervención en la televisión estatal CCTV, Zhang ha expresado su deseo de que se investigue a todos individuos involucrados en la obtención de su confesión forzada.

“Después del veredicto, un representante del Tribunal Popular Superior de Jiangxi pidió perdón a Zhang Yuhuan de parte de la corte y le informó de su derecho a perseguir una compensación estatal”, detallaba un sumario oficial del caso publicado hoy en la web oficial del organismo. Según su abogado defensor, Shang Manqing, Zhang solicitará una indemnización por valor de 7 millones de yuanes (850.000 euros), unos 715 yuanes (86 euros) por cada día que pasó entre rejas.

Condenado a muerte

Un ciudadano canadiense de origen chino ha sido condenado a muerte este jueves en China tras haber sido declarado culpable de tráfico de drogas. Xu Weihong fue detenido en octubre de 2016 en su residencia en Cantón, donde las autoridades encontraron 120 kilos de ketamina, además del material e ingredientes necesarios para la producción de la sustancia.

Se trata del tercer canadiense que recibe esta pena en los últimos 19 meses. En mayo de 2019, su compatriota Fan Wei también recibió la misma condena, al igual que Robert Lloyd Schellenberg en enero del mismo año. Antes aquellos casos, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, acusó a China de aplicar la pena de muerte “de manera arbitraria”.

Ambos países mantienen relaciones tensas después de que en diciembre de 2018 Canadá detuviera a Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei e hija del fundador de la empresa, a raíz de una petición de extradición de Estados Unidos por la supuesta vulneración de las sanciones contra Irán. China reaccionó días después con el arresto de dos ciudadanos canadienses, Michael Kovrig y Michael Spavor. En junio de este año anunció que serían juzgados por espionaje, después de un año y medio recluidos sin contacto con sus abogados ni su familia.


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