Protestas en Wisconsin después de que un policía disparara a un hombre negro por la espalda

Un nuevo ataque por parte de la policía a un hombre negro ha encendido las protestas contra el racismo en Estados Unidos. Son 20 segundos, registrados en vídeo por un transeúnte: un par de policías intentan detener a Jacob Blake, de 29 años, pero él les ignora e intenta subir a su coche, los agentes le siguen apuntando con sus armas y uno de ellos intenta detenerle, pero al no lograrlo le dispara por la espalda en múltiples ocasiones. El incidente ocurrió la tarde del domingo en...

Un nuevo ataque por parte de la policía a un hombre negro ha encendido las protestas contra el racismo en Estados Unidos. Son 20 segundos, registrados en vídeo por un transeúnte: un par de policías intentan detener a Jacob Blake, de 29 años, pero él les ignora e intenta subir a su coche, los agentes le siguen apuntando con sus armas y uno de ellos intenta detenerle, pero al no lograrlo le dispara por la espalda en múltiples ocasiones. El incidente ocurrió la tarde del domingo en Kenosha, Wisconsin. Tras la agresión, decenas de personas se reunieron para protestar contra la policía en el mismo lugar donde el hombre fue agredido y las autoridades de la ciudad decretaron un toque de queda.

Los vecinos aseguran que el policía disparó al menos siete veces contra Blake, que se encuentra grave en un hospital en Milwaukee. Su padre ha dicho a la prensa estadounidense que el joven se encuentra paralizado de la cintura hasta sus piernas y que los doctores aún no saben si será su estado permanente. Los agentes había acudido a una llamada por un “incidente doméstico”, una discusión entre dos mujeres en la que Blake intervino para intentar apaciguarla. Según el abogado de la familia de Blake, Ben Crump, los tres hijos de Blake se encontraban dentro del coche cuando la policía le disparó. “¿Cuántas de estas tragedias se necesitarán hasta que el desprecio por las vidas negras por parte de la policía termine?”, dijo en un comunicado. Crump también representa a la familia de George Floyd, que fue asesinado el 25 de mayo a manos de la policía.

Durante la noche del lunes, las protestas han crecido y se han concentrado en la sede de los tribunales de Kenosha. Los manifestantes han hecho pintas en el edificio y han quemado algunos coches oficiales. La Guardia Nacional ha intentado contener los disturbios con gases lacrimógenos. Aunque el Gobierno local decretó un toque de queda a partir de las ocho de la noche, la protesta se extendió durante varias horas. “Toda persona debe poder expresar su enojo y frustración ejerciendo los derechos de la Primera Enmienda e informar sobre estos llamados a la acción sin temor a padecer inseguridad”, dijo el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, en un comunicado.

El departamento de Justicia de Wisconsin informó que los agentes involucrados en el tiroteo recibieron “una baja administrativa” mientras se investiga la agresión. “Sabemos con claridad que no es el primer hombre o persona negra en recibir disparos o heridas o en ser asesinado sin piedad a manos de miembros de las fuerzas del orden en nuestro Estado o nuestro país”, escribió en su cuenta de Twitter el gobernador de Wisconsin.

En 2016, se registraron las últimas protestas contra las agresiones de la policía hacia personas negras en Wisconsin. Entonces un agente mató a tiros a Sylville K. Smith, de 23 años, que cometió una infracción de tráfico en Milwaukee.