Berlín da un ultimátum a Moscú para que ofrezca explicaciones del ‘caso Navalni’
El ministro de Exteriores alemán abre la puerta a un cambio de postura en la construcción del gasoducto Nord Stream 2 mientras Rusia acusa a Alemania de entorpecer las investigaciones
El Gobierno alemán estudia posibles medidas contra Rusia si Moscú no ofrece “en los próximos días” explicaciones sobre el envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni, según ha advertido este domingo el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas. “Los ultimatums no ayudan a avanzar, pero si en los próximos días Rusia no da explicaciones tendremos que examinar medidas con nuestros socios”, ha afirmado Maas en una entrevista publicada por el periódico Bild, en la que detalla que Navalni fue víctima de un ataque “realizado con una sustancia química mortífera prohibida a escala...
El Gobierno alemán estudia posibles medidas contra Rusia si Moscú no ofrece “en los próximos días” explicaciones sobre el envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni, según ha advertido este domingo el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas. “Los ultimatums no ayudan a avanzar, pero si en los próximos días Rusia no da explicaciones tendremos que examinar medidas con nuestros socios”, ha afirmado Maas en una entrevista publicada por el periódico Bild, en la que detalla que Navalni fue víctima de un ataque “realizado con una sustancia química mortífera prohibida a escala global”, después de que las pruebas realizadas en Alemania revelaran que el líder opositor había sido envenenado con un agente nervioso del grupo Novichok.
“La sustancia mortal con la que Navalni fue envenenado se encontró en el pasado en posesión de las autoridades rusas, solo un pequeño número de personas tiene acceso al Novichok y ese veneno ya fue utilizado por los servicios rusos para el ataque contra el exagente (ruso) Serguéi Skripal”, ha señalado el ministro, que ha sugerido así que existen evidencias de que el Estado ruso estaría detrás del envenenamiento. “Si la parte rusa no participa en la investigación del crimen contra el señor Navalni, esto sería un indicio más de la participación del Estado. Si no va más allá de los encubrimientos y las cortinas de humo, debemos asumir que Rusia tiene algo que ocultar”, añadió. Rusia, por su lado, afirmó este domingo que la investigación no avanza porque Alemania no responde a la solicitud de las autoridades de Moscú para aclarar el caso. Según la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, la petición de la Fiscalía General rusa fue cursada el 27 de agosto. “¿Dónde está la urgencia con la que insisten [los funcionarios alemanes]?”, ha escrito Zajárova este domingo en su cuenta de Facebook en respuesta a Maas.
El envenenamiento del líder opositor ruso también despertó un furioso debate sobre el proyecto de gasoducto germano-ruso Nord Stream 2, que llevará directamente gas ruso a Alemania por el fondo del mar Báltico. El ministro Maas, en las declaraciones de este domingo a Bild, ha mostrado su esperanza en que la actuación de Moscú con el caso Navalni no haga a Berlín cambiar de postura con respecto a la construcción del gasoducto, lo que perjudicaría a empresas alemanas y europeas. “Cualquiera que lo exija debe ser consciente de las consecuencias. En ese proyecto participan más de 100 compañías de 12 países europeos y casi la mitad son empresas alemanas. Reducir el debate a Nord Stream 2 no haría justicia al caso”, dijo.
También este domingo, el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, ha instado a Rusia a explicar los hechos: “Lo que está claro en este momento es que el Gobierno ruso tiene una serie de preguntas muy serias que responder”, señaló Sky News, donde reveló que tanto si el incidente involucró a un actor estatal como si no, Rusia tenía la obligación de asegurarse de que no se puedan usar armas químicas en su país. Se ha sumado además a la solicitud el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian: “Es una situación grave. Es un oponente ruso más que está envenenado en suelo ruso con un producto militar ruso. Entonces les decimos a los rusos: cuéntenoslo... Queremos explicaciones”, ha declarado a la radio France Inter.
El pasado miércoles, el Gobierno alemán anunció que Navalni había sido envenenado con un agente nervioso del grupo Novichok y la canciller Angela Merkel incluso compareció ante la prensa para anunciar que el opositor había sido víctima de un intento de asesinato con el objetivo de “silenciarlo”. “El envenenamiento plantea preguntas que solo Rusia puede responder”, dijo la canciller, que adelantó que Alemania abordaría con los socios europeos y de la OTAN una respuesta común “adecuada” ante lo que calificó como “un crimen contra los “valores y derechos fundamentales”.
La líder del partido Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt exigió la cancelación inmediata del proyecto gasístico, que se encuentra en su última fase. “Si se continúa con el proyecto Alemania estaría aliada con un régimen que no rehuye el uso de armas de destrucción masiva prohibidas para envenenar a las personas en su propio país, como es el caso Navalni, ni tampoco en el centro de la Unión Europea, como ha sido el caso de Skripal”, dijo. La líder de Los Verdes también pidió al excanciller alemán, Gerhard Schröder, que renuncie a su trabajo en la empresa estatal rusa Gazprom. “El excanciller Schröder del SPD debe decidir ahora si está al lado de la democracia y los derechos humanos”, añadió Göring-Eckardt, al recordar que el excanciller ocupa el cargo de presidente del consejo de administración de Nord Stream 2.
El caso Navalni se remonta al pasado 20 de agosto, cuando el líder opositor se sintió indispuesto en un vuelo desde Siberia a Moscú. Tras permanecer hospitalizado y en coma inducido en un centro asistencial de la ciudad siberiana de Omsk, fue trasladado a Berlín el 22 de agosto a bordo de un avión-ambulancia para ser atendido por presunto envenenamiento. Los médicos que le tratan en el hospital Charité en la capital alemana han asegurado, en un nuevo parte médico, que el opositor ruso está mejorando, aunque sigue en la unidad de cuidados intensivos.