La tensión electoral sube de intensidad en El Salvador
La muerte a tiros de dos simpatizantes del FMLN pone en el punto de mira la estrategia de polarización del presidente Bukele, a 25 días de las elecciones
A menos de un mes de la celebración de elecciones legislativas en El Salvador, la tensión subió un peldaño más en las últimas 72 horas y dejó el carril de la dialéctica para entrar en el de la sangre. La muerte a tiros el domingo de dos militantes del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ha dado pie a una ola de reproches y acusaciones ante la ausencia de una condena pública del presidente, Nayib Bukele, sobre ...
A menos de un mes de la celebración de elecciones legislativas en El Salvador, la tensión subió un peldaño más en las últimas 72 horas y dejó el carril de la dialéctica para entrar en el de la sangre. La muerte a tiros el domingo de dos militantes del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ha dado pie a una ola de reproches y acusaciones ante la ausencia de una condena pública del presidente, Nayib Bukele, sobre uno de los peores ataques políticos desde hace casi tres décadas.
El pasado fin de semana, dos simpatizantes del FMLN murieron y otros cinco resultaron heridos durante un acto electoral en la capital de El Salvador después de que una persona disparara contra miembros de la formación izquierdista. Hasta el momento, ningún grupo se ha responsabilizado del tiroteo, que se produjo en el marco de una tensa campaña para las próximas elecciones legislativas y locales en el país centroamericano.
Según distintas versiones, un hombre disparó contra un camión que transportaba a activistas en el centro de la capital salvadoreña. Desde el primer momento, la diputada del FMLN Nidia Díaz culpó de ello al “odio” fomentado por el presidente Bukele, quien días antes había criticado los acuerdos de paz de 1992 entre el Ejército y el FMLN que pusieron fin a 12 años de guerra civil que terminó con decenas de miles de muertos. Bukele por su parte, acusó en Twitter al principal partido de oposición de politizar el tiroteo y anunció que había tres detenidos, entre ellos el supuesto atacante. Según Bukele, se trataba “aparentemente” de un agente de seguridad privada del Ministerio de Salud quién también habría recibido disparos. Los otros dos detenidos también son parte de la seguridad privada de los funcionarios del Ministerio de Salud.
La cúpula del FMLN, el partido que gobernó el país en el periodo anterior a la llegada de Bukele, denunció que no se había visto algo “tan dramático” en los últimos 29 años, desde los acuerdos de paz, dijo el secretario general del FMLN, Óscar Ortiz. El líder del FMLN llamó “mesiánico desquiciado” y “maniático” a Bukele y señaló que si volvía a haber un episodio como el del domingo, podría haber una reacción más directa. “Es como que yo esté parado aquí y de repente venga alguien. Yo no sé si voy a esperar a que me amenacen tres veces”. Era la segunda vez en dos días que Ortiz agitaba el argumento de la violencia como respuesta.
Dentro de 25 días, el domingo 28 de febrero, casi cinco millones y medio de salvadoreños votarán en unas elecciones que según las encuestas ganará por goleada Nuevas Ideas (NI), el partido de Bukele. De confirmarse los sondeos eso le permitirá tomar el control total de la Cámara, hasta ahora una de las pocas fuerzas capaz de ponerle un freno.
Bukele llamó “farsa” a los Acuerdos de Paz de 1992, que pusieron fin a la sangrienta guerra civil del país, desde diciembre. “Uno de los mayores logros de esos acuerdos ha sido la virtual eliminación de la violencia política en El Salvador durante las últimas dos décadas”, señaló Tim Muth en El Salvador Perspectives. “El Salvador ahora enfrenta el peligro de que el lenguaje de ataque abusivo usado por el presidente y sus aliados en las redes sociales pueda estar incitando a un tipo de violencia que muchos oraron para que no se volviera a ver”. El exembajador de El Salvador en Estados Unidos, René León, comparó los mensajes de Bukele con los de Trump, incitando a los simpatizantes a asaltar el Capitolio, y criticó al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a quien llamó “cómplice” de Bukele por no pronunciarse sobre las muertes. “La campaña electoral no puede convertirse en un baño de sangre”, dijo en Twitter el fiscal general Raúl Melara.
La investigación del ataque también está siendo confusa. Bukele se adelantó a cualquier otra autoridad y reveló que según la policía, un militante del FMLN dijo que había un vídeo captado por la cámara de seguridad de un negocio privado, pero por el momento tampoco hay información sobre la escena del crimen, sobre el tipo de casquillos que encontraron, ni el tipo de herida que tiene el supuesto lesionado de parte del lado de los atacantes.
En los últimos días algunos nombres de la vida política de El Salvador se han posicionado duramente contra el proceso de polarización que vive el país.
A la violencia política se suma la violencia habitual en El Salvador. La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) suspendió temporalmente sus operaciones en el país después de que uno de sus equipos fuera atacado por una banda armada el fin de semana. “Todas nuestras actividades médicas están suspendidas por el momento, pero no canceladas, hasta que podamos investigar esto y esté claro que podemos llevar a cabo nuestras intervenciones de manera segura”, dijo la organización en un comunicado.
El pasado domingo una ambulancia de la organización se desplazaban por Ilopango, oriente del país, cuando presuntos pandilleros atacaron el vehículo. Los miembros del equipo de MSF sufrieron heridas leves y hematomas, pero nadie resultó gravemente herido, dijo la ONG. No quedó claro qué provocó el ataque, que fue condenado por el Gobierno de El Salvador. Ilopango es considerada una de las áreas más peligrosas de El Salvador, que en los últimos años vive una reducción de la violencia después de ser uno de los países más violentos del mundo debido a la presencia de las pandillas en amplias zonas del país.