El Senado brasileño aprueba la privatización de la mayor eléctrica de América Latina
La palabra final la tiene la Cámara de Diputados, donde hay una mayoría a favor de desprenderse de Eletrobras
El Senado Federal aprobó el jueves por la noche la medida provisional que permite la privatización de Eletrobras, la empresa estatal brasileña responsable de cerca del 40% de la transmisión y el 30% de la generación de energía en el país ―es la mayor empresa del sector eléctrico en América Latina. El proyecto aprobado por los senadores costará entre 40.000 y 66.000 millones de reales (unos 8.000 millones de dólares) a...
El Senado Federal aprobó el jueves por la noche la medida provisional que permite la privatización de Eletrobras, la empresa estatal brasileña responsable de cerca del 40% de la transmisión y el 30% de la generación de energía en el país ―es la mayor empresa del sector eléctrico en América Latina. El proyecto aprobado por los senadores costará entre 40.000 y 66.000 millones de reales (unos 8.000 millones de dólares) a las arcas públicas, según un grupo de 45 entidades de los sectores energético e industrial. Y las ganancias serían de 61.000 millones de reales (unos 12.000 millones de dólares).
Estas instituciones, que se han sumado al movimiento Unidos por la Energía, calculan que la factura de la luz del consumidor final aumentará en torno al 10%. El Gobierno de Jair Bolsonaro, a su vez, dice que la factura de la luz será más baja, pero no presentó datos para demostrar cuánto sería esta reducción. Antes de los últimos cambios en la medida provisional, el cálculo era que la disminución sería de aproximadamente un 7%.
El proyecto sufrió una serie de modificaciones, muchas de ellas ajenas al tema original del texto. La inclusión de lo que en el Congreso se denomina “jabuti” ha provocado una oleada de críticas, desde políticos hasta expertos. Ahora el proyecto vuelve a la Cámara de Diputados, que tendrá que aprobarlo en un tiempo récord, cinco días, dos de estos son en final de semana. La medida expira el 22 de junio, y si no se vota, no tendrá ninguna validez. El jueves por la noche, el presidente de la Cámara, Arthur Lira, convocó una sesión de la Cámara para el lunes, día 21, con el objetivo de aprobarlo.
La luz verde del Senado pasó con un resultado de 42 votos a favor y 37 en contra. A pesar de lo ajustado del resultado, fue una victoria para el Gobierno de Bolsonaro y para el ministro de Economía, Paulo Guedes, que desde el inicio de su mandato ha estado vendiendo a los inversores un ambicioso plan de privatizaciones, que aún no ha despegado. Los partidos que votaron en contra, como el Partido de los Trabajadores - PT y Podemos, deberán recurrir a la justicia por entender que no existían los requisitos constitucionales para la tramitación de la propuesta, como la urgencia necesaria para la emisión de una medida como esta.
Entre los críticos de la medida, la valoración fue que el proyecto era medio liberal, medio intervencionista. Al mismo tiempo que autoriza al Gobierno federal a reducir su participación en la empresa del 61% al 45% de las acciones, establece una especie de reserva de mercado para las centrales térmicas ―las más contaminantes y más caras― en las regiones donde los gasoductos son inexistentes o escasos, como el norte, el noreste y el centro-oeste. “Es un monstruo”, definió el senador Tasso Jereissati del Partido de la Social Democracia Brasileña - PSDB.
A modo de comparación, el megavatio/hora de energía renovable, como la solar y la eólica, cuesta unos 100 reales (aproximadamente 20 dólares). El de las centrales termoeléctricas, entre 320 y 350 reales (unos 69 dólares). “Las premisas utilizadas por el Gobierno de que habrá un abaratamiento fueron erróneas. Solo con el uso de centrales termoeléctricas se puede concluir que la energía será más cara”, afirma el coordinador del Instituto Clima y Sociedad, Roberto Kishinami. Sin embargo, la factura de este reajuste no aparecerá hasta dentro de tres o cuatro años, cuando las centrales térmicas empiecen a funcionar. “Para entonces, la gente habrá olvidado incluso lo que se ha decidido hoy”, reflexionó el investigador y expresidente de la Operadora Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) Luiz Eduardo Barata.
El texto aprobado el mes pasado por la Cámara ya había sufrido la resistencia del sector eléctrico y de los representantes de los consumidores. En el Senado la evaluación fue que hubo un retroceso aún mayor. “Empeora lo que ya era malo y prevé nuevos costes para los consumidores brasileños”, dijo en un comunicado la Unión por la Energía. Filipe Soares, uno de los portavoces del grupo, dijo a EL PAÍS que el texto inicial de la diputada tenía buenos argumentos, pero que fue deconstruido en el Congreso. “Nos horrorizó lo que se aprobó en la Cámara y lo que el Senado está cambiando. Poner centrales termoeléctricas en la región del Norte es innecesario. Es una región que tiene más generación de energía que consumo”, dijo.
En el dictamen aprobado por el Senado, el ponente Marcos Rogério del Partido de los Demócratas – DEM mantuvo la obligación de contratar 6.000 megavatios de plantas de gas natural. El gasto en energía térmica acabará creciendo aún más en el país. El mes pasado, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica - Aneel autorizó un aumento de la tasa de energía debido al bajo nivel de los embalses por la escasez de lluvias en las regiones del Sureste y del Medio Oeste. “Con la capitalización devolveremos a Eletrobras su capacidad de inversión”, defendió Rogério.
En la evaluación de los especialistas, los cambios en la MP demostraron una injerencia del Legislativo en un sector que depende de la planificación y está constantemente regulado. “No es razonable que el Legislativo haga la planificación del sector eléctrico en el país”, reflexionó el investigador Barata. Una enmienda presentada por el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, aún determinó que el presidente de la ONS (operadora nacional del sistema eléctrico), que es una asociación privada sin fines de lucro, debe ser examinado por el Senado.
La inclusión de este tema en la MP que trataba de la privatización de Eletrobras es otro ejemplo de cuestiones externas que acabaron discutiéndose fuera del contexto inicial del proyecto. “Hubo una ruptura en la estructura de gobernanza del sistema”, analizó la directora ejecutiva del Instituto de Defensa del Consumidor (Idec), Teresa Liporace.
El resumen sobre la cantidad de asuntos exteriores aprobados fue tal que la líder del grupo de mujeres en el Senado, Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño - MDB, resumió de forma irónica, utilizando varios dictados populares, la sesión del jueves en sus redes: “Está pasando toda la manada en la MP de Eletrobras. La fauna está completa: Hay un buey en la línea (alusión a los motoristas de ferrocarril cuando avistaban un buey en la línea férrea y veían la comunicación cortada), un jabuti en el árbol (alusión a algo imposible, situación inusitada), una cabra en la sala (alusión a una situación incómoda), una dosis para un elefante (da a entender que hay que tener mucha paciencia) y un terco como una mula. Pero lo que más hay es lobos con piel de cordero. La verdad es que millones de brasileños van pro brejo (otro dictado popular que significa que una situación va a empeorar), por el aumento de la factura”. En la misma línea siguió el coordinador del programa de energía y sostenibilidad del Idec, Clauber Leite. “Hoy se ha hablado de todo menos de la privatización de Eletrobras”.
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