Macron prepara un plan de ahorro energético ante una Rusia que usa el gas como “arma de guerra”
El presidente francés advierte de que hay que prepararse para un escenario en el que todos vivan “totalmente sin gas ruso”
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha advertido este jueves a los franceses de que la guerra en Ucrania va para largo y a todos los países europeos les esperan tiempos duros. Sobre todo porque Rusia ha decidido hacer del gas un “arma de guerra”, por lo que hay que estar preparados para la posibilidad de que Moscú deje totalmente de aprovisionar a Europa, ha explicado en una entrevista televisada, l...
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha advertido este jueves a los franceses de que la guerra en Ucrania va para largo y a todos los países europeos les esperan tiempos duros. Sobre todo porque Rusia ha decidido hacer del gas un “arma de guerra”, por lo que hay que estar preparados para la posibilidad de que Moscú deje totalmente de aprovisionar a Europa, ha explicado en una entrevista televisada, la primera desde su reelección en abril. Ante esta más que probable perspectiva, el Gobierno francés asume una situación de “economía de guerra” y va a preparar de inmediato un “plan de sobriedad energética” para reducir el consumo de gas y electricidad en todas las esferas, desde las instituciones públicas a las empresas y los propios ciudadanos, ha adelantado Macron, quien ha incidido, por ejemplo, en la necesidad de apagar el alumbrado nocturno allí donde sea “inútil” mantenerlo encendido.
“Tenemos que prepararnos para un escenario en el que todos vivamos totalmente sin gas ruso”, por lo que hay que “entrar colectivamente en una lógica de sobriedad”, ha subrayado el mandatario durante la entrevista del Día de la Bastilla, una tradición presidencial francesa cada 14 de julio que Macron solo había cumplido una vez: en 2020 y cuando se capeaba otra crisis internacional, la de la pandemia de coronavirus. Ahora se trata de una guerra a las puertas de Europa que ya está afectando a los bolsillos de todo el mundo, especialmente de los europeos, con la subida de precios, sobre todo de la energía, que está disparando la inflación.
Francia es menos dependiente del gas ruso que la mayoría de sus vecinos —importa del país euroasiático solo el 20% de su gas— y su inflación es alta (5,8%), pero menor también que la de los demás países europeos, en parte por el escudo tarifario que ha impuesto a los proveedores de gas y electricidad para proteger a los consumidores. Pero ni esta situación se puede mantener de manera eterna —Macron ha confirmado que la contención generalizada de precios energéticos solo durará hasta finales de año y que, en 2023, se buscarán medidas más “focalizadas” para proteger a los hogares vulnerables— ni Francia es totalmente inmune a un potencial corte de suministro ruso.
Por eso, ha anunciado Macron tras participar en el también tradicional desfile militar por los Campos Elíseos, el Gobierno “va a preparar un plan para consumir menos” energía, algo que debe ser, ha subrayado, un esfuerzo colectivo. “Vamos a hacer un plan para las Administraciones, [será] un plan de sobriedad en el que pediremos a todos nuestros compatriotas que se impliquen, y vamos a hacer un plan de sobriedad y de aligeramiento de gas y electricidad con nuestras empresas”, ha enumerado. Hay que “intentar prestar atención de manera colectiva”, ha insistido Macron, quien ha puesto el ejemplo de apagar el alumbrado nocturno cuando sea innecesario.
No es la primera medida del mandatario destinada a buscar cómo consumir menos. Hace unas semanas, el Gobierno lanzó tres grupos de trabajo para mejorar el ahorro energético tanto de la Administración como del sector privado, desde pequeños comerciantes a empresas o la gran distribución, para ver qué medidas se pueden tomar para lograr el objetivo declarado de reducir un 10% respecto a 2019 el consumo de energía de Francia en los próximos dos años. También se ha comprometido a acabar con las energías fósiles antes de 2050. Por el momento, el Gobierno francés no ha ido tan lejos como el alemán, que ya ha instado a los ciudadanos a tomar medidas concretas, como duchas más cortas o limitar la temperatura de la calefacción. No obstante, en marzo, calificó como “una buena idea” la propuesta de la jefa de Engie, Catherine MacGregor, de bajar un grado la temperatura el termostato de las casas.
La solidaridad se extenderá también, de ser necesario, a otros países. Francia está intentando llenar sus depósitos de gas de manera acelerada —la idea es llegar a “casi el 100% a finales de otoño”, ha dicho Macron— y está dispuesta, ha agregado, a “ayudar a los países más dependientes, como Alemania”.
Más allá de la necesidad inmediata de una reducción del consumo, el mandatario ha subrayado la urgencia de acelerar la transición a energías renovables, para lo cual ha anunciado la presentación, este mismo verano, de una “ley de urgencia para reducir los retrasos” en los planes en este sector. “Tenemos que ir mucho más rápido, hoy tardamos 10 años en trazar un plan de eólicas offshore, pero también de energía solar”, ha señalado. Según el presidente, quien tras ser acusado de no hacer lo suficiente para combatir el cambio climático prometió durante la campaña que le encargaría “directamente” a su primera ministra, Élisabeth Borne, el expediente ecológico, estamos ante una urgencia “que ya está aquí”, ha indicado en referencia a la fuerte ola de calor que vive Francia esta semana y que ha provocado fuertes incendios en varias partes del país.
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