La diputada italiana Elly Schlein se convierte en la primera mujer en liderar el Partido Democrático
La exeurodiputada de 37 años vence por sorpresa a Stefano Bonaccini, favorito en las primarias de la formación de centroizquierda
La diputada Elly Schlein, de 37 años, es la nueva líder del Partido Democrático (PD) de Italia, después de haberse impuesto a Stefano Bonaccini, de 56 años, en las primarias de la formación de centroizquierda. Con el 80% de las papeletas escrutadas, Schlein ―que fue eurodiputada entre 2014 y 2019― ha conseguido el 53,8% de los votos, mientras que Bonaccini ha obtenido el 46,2%, convirtiéndose así en la primera mujer en dirigir el partido de centroizquierda. La ganadora de las primarias ha declarado tras los resultados que “el mandato para el cambio es claro”: “Hicimos una pequeña gran revoluci...
La diputada Elly Schlein, de 37 años, es la nueva líder del Partido Democrático (PD) de Italia, después de haberse impuesto a Stefano Bonaccini, de 56 años, en las primarias de la formación de centroizquierda. Con el 80% de las papeletas escrutadas, Schlein ―que fue eurodiputada entre 2014 y 2019― ha conseguido el 53,8% de los votos, mientras que Bonaccini ha obtenido el 46,2%, convirtiéndose así en la primera mujer en dirigir el partido de centroizquierda. La ganadora de las primarias ha declarado tras los resultados que “el mandato para el cambio es claro”: “Hicimos una pequeña gran revolución y esta vez tampoco nos vieron venir”, ha afirmado, según recoge la agencia Europa Press.
La militancia, que ha visto pasar a nueve líderes distintos en 16 años, se debatía entre dos candidatos, con perfiles antagónicos. De un lado, Bonaccini, que cuenta con una dilatada trayectoria en la izquierda. Su victoria hace tres años en la región de Emilia Romaña, bastión rojo de Italia, frente a la candidata de la entonces fuerte Liga del ultraderechista Matteo Salvini es el último momento de gloria que recuerdan los votantes del Partido Democrático.
Actualmente sigue siendo una de las únicas cuatro regiones que gobierna el PD en Italia (de un total de 20). Su rival en estas primarias ha sido la diputada nacional y exeuroparlamentaria Elly Schlein, su vicepresidenta hasta el año pasado en dicha región, y perteneciente al ala más izquierdista y contestataria de la formación, con una agenda centrada en los derechos sociales, la igualdad de género o el cambio climático. Sus distantes posiciones ideológicas y sus intereses particulares dentro del partido terminaron por alejarles.
El perfil más moderado de Bonaccini le otorgaba aparentemente una mayor capacidad para tender puentes con el Movimiento 5 Estrellas, un antiguo rival y exaliado con el que el PD tendrá que tejer una nueva alianza si quieren plantar cara a la coalición de derechas liderada por Giorgia Meloni que gobierna hoy en Italia.
El PD, formación heredera del Partido Comunista Italiano y fundado en 2007, nunca ha ganado unas elecciones generales. Pero ha conseguido instalarse en el poder gracias a su disposición para tejer alianzas y llegar a acuerdos. “Los votantes le han otorgado democráticamente la victoria y ahora se abre una nueva temporada para el Partido Democrático. Por mi parte garantizo la unidad que prometí en las últimas semanas, y confío en que Elly podrá señalar una dirección igualmente unida para mantener al partido unido y hacerlo más fuerte”, ha declarado este domingo Bonaccini.
Las últimas encuestas no dibujaban una panorámica propicia para la principal formación progresista del país transalpino, que debe lidiar con apatía generalizada de los votantes y el letargo de la izquierda. Uno de los últimos sondeos del aparato demoscópico de Il Corriere della Sera señalaba que un 22% de los ciudadanos cree que “sería mejor si se presentase cualquier otro candidato” y el 35% ni siquiera opinó.
En estas primarias, el miedo a la abstención ha estado muy presente. El partido celebró la noche del domingo que se haya conseguido superar el umbral psicológico del millón de votantes (en las últimas primarias que ganó Renzi en 2017 fueron más de dos millones)
Podían votar todos los ciudadanos mayores de 16 años, independientemente de si están afiliados al partido o no. En el caso de no pertenecer al partido, los votantes debían pagar una cuota de dos euros y firmar una declaración en la que se comprometían a sostener a la formación en las próximas elecciones.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.