El bloqueo macronista a un voto parlamentario sobre las pensiones activa otra moción de censura
La presidenta de la Asamblea Nacional francesa se ampara en la Constitución para frenar una iniciativa que derogaría el aumento a 64 años de la edad de jubilación
La batalla por la reforma de las pensiones ha llegado este jueves a lo que seguramente sea su epílogo tras casi medio año de tensos debates parlamentarios y manifestaciones masivas. La presidenta de la Asamblea Nacional, la macronista Yaël Braun-Pivet, ha rechazado una iniciativa de la oposición para derogar el aumento de la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. Y ha vuelt...
La batalla por la reforma de las pensiones ha llegado este jueves a lo que seguramente sea su epílogo tras casi medio año de tensos debates parlamentarios y manifestaciones masivas. La presidenta de la Asamblea Nacional, la macronista Yaël Braun-Pivet, ha rechazado una iniciativa de la oposición para derogar el aumento de la edad de jubilación de los 62 a los 64 años. Y ha vuelto a soliviantar a la oposición, que acusa a los macronistas de socavar la democracia al impedir el voto y ya ha anunciado una nueva moción de censura, la número 18 en menos de un año de legislatura.
Braun-Pivet declaró el miércoles por la noche no admisible la propuesta de ley del pequeño grupo de centristas y regionalista Libertad, Independientes, Ultramar y Territorios (LIOT) para eliminar el aumento de la edad de jubilación, punto central de la ley. La presidenta de la Asamblea se basó en el artículo 40 de la Constitución, que impide toda iniciativa parlamentaria que suponga un aumento del gasto público si no se compensa con un aumento de los ingresos.
La iniciativa de LIOT, después de semanas de forcejeo en varias comisiones parlamentarias, debía ser el tema estrella de debate en la Asamblea este jueves. Pero quedó abortada, antes de poder votarse, por la decisión de Braun-Pivet, ante la indignación de la extrema derecha y de las izquierdas en una sesión que quedó empañada por la noticia del apuñalamiento de varios niños en la localidad alpina de Annecy.
“Ustedes no quieren que votemos porque saben que no tienen mayoría para este texto, ni en esta Asamblea ni en el pueblo”, acusó este jueves en el hemiciclo Marine Le Pen, líder del partido de extrema derecha Reagrupamiento Nacional (RN), primero de la oposición. “Ustedes tienen miedo del voto porque tienen miedo del pueblo”.
Clémentine Autain, diputada del partido de izquierdas La Francia Insumisa (LFI), afirmó: “No hay mayoría en el seno de la representación nacional para aplazar en dos años la edad de la jubilación. El rey está desnudo y la presidenta de la Asamblea Nacional, a las órdenes del Elíseo, asume que no es la garante de los derechos del Parlamento, sino la miserable correa de transmisión de una pasmosa imposición por la fuerza”.
De haberse sometido a votación del plenario la propuesta, esta podría haber ganado por mayoría. Aunque la iniciativa lo tenía muy difícil para avanzar más tarde en el Senado, aun con el voto a favor en la Asamblea, los partidarios del presidente Emmanuel Macron querían evitar a toda costa la imagen de una derrota de la reforma en el hemiciclo. La oposición buscaba precisamente esta imagen.
Habría sido un voto simbólico, pero de calado político, pues esta reforma se adoptó con el artículo 49.3 de la Constitución, que permite esquivar el voto del plenario de la Asamblea Nacional. De ahí que la oposición acuse al presidente, Emmanuel Macron, de haber despreciado a la representación popular con el fin de imponer la ley, e incluso de “denegación de democracia”. Los partidarios de Macron replican que el uso del artículo 49.3 es perfectamente constitucional y democrático, y que la oposición tuvo la oportunidad de frenar la ley con una moción de censura, que perdió por nueve votos.
El precedente de este jueves puede desanimar a futuras iniciativas para derogar la ley, que entrará en vigor el 1 de septiembre. El martes, la última manifestación en contra, la número 14 desde enero, congregó a menos personas que en ninguna anterior. Los sondeos siguen mostrando que una amplia mayoría de franceses está en contra del aumento de la edad de jubilación, pero también que han asumido que esta es ya inevitable.
La Francia Insumisa, partido hermano de Podemos en Francia y hegemónico en la izquierda, responderá al fracaso del último intento contra la ley con una moción de censura. Hoy por hoy no tienen los números para alcanzar la mayoría. Si triunfase, precipitaría una caída del Gobierno de la primera ministra, Élisabeth Borne, y quizás una disolución de la Asamblea, elecciones anticipadas, una nueva mayoría parlamentaria y un Gobierno contrarios a la reforma y dispuestos a derogar la impopular reforma.
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