Bolivia sufre “una crisis económica de magnitud incierta”, según las principales calificadoras de deuda
El Gobierno defiende que las bajas calificaciones son “un castigo” de Estados Unidos a sus acuerdos de explotación de litio con Rusia y China
Las tres empresas calificadoras de deuda que operan en Bolivia han revisado negativamente sus estimaciones sobre el futuro económico del país. La última rebaja de la calificación de los bonos bolivianos fue la de la agencia Moody’s, que concluyó que “Bolivia parece haber entrado en una crisis económica de magnitud y duración inciertas” y dudó de la capacidad del Gobierno para actuar con efectividad frente a ella. El Ministro de Economía rechazó el “pesimismo” de la califica...
Las tres empresas calificadoras de deuda que operan en Bolivia han revisado negativamente sus estimaciones sobre el futuro económico del país. La última rebaja de la calificación de los bonos bolivianos fue la de la agencia Moody’s, que concluyó que “Bolivia parece haber entrado en una crisis económica de magnitud y duración inciertas” y dudó de la capacidad del Gobierno para actuar con efectividad frente a ella. El Ministro de Economía rechazó el “pesimismo” de la calificación y la atribuyó a “razones políticas”. Según el Gobierno, las bajas calificaciones son una respuesta de Estados Unidos a sus acuerdos de explotación del litio.
En marzo, Moody’s rebajó la calificación de la deuda boliviana de B2, “altamente especulativa”, a Caa1, que conlleva “riesgo sustancial”. A principios de julio, la agencia confirmó esta calificación, pero empeoró su previsión sobre la tendencia de la economía boliviana, que pasó de “en revisión” a “negativa”. Según el experto bursátil Jaime Dunn, “este es un preanuncio de que la tendencia es hacia la baja”. La misma tendencia que también anticipan las calificadoras Standard & Poor’s y Fitch Ratings.
El Ministerio de Economía cree que las rebajas en la calificación de la economía boliviana son una forma de castigo de Estados Unidos, país de donde provienen las empresas calificadoras, a la política boliviana de explotación de litio. “Lo que nos llama la atención es que cada vez que el país firma un convenio con una empresa china o rusa viene la caída de la calificación”, declaró a la prensa el ministro, Marcelo Montenegro.
El ministro se refería a los recientes acuerdos del Gobierno boliviano con dos compañías chinas y una rusa para invertir 2.800 millones de dólares en el país, que tiene la principal reserva de litio en salmueras del mundo. En su declaración a la prensa, el ministro recordó que un año atrás la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la general Laura Richardson, había manifestado su “preocupación” por la presencia china en el llamado “Triángulo del litio” formado por Bolivia, Chile y Argentina. “Para mí no hay casualidades”, aseguró Montenegro. En su opinión, estos convenios de explotación de recursos naturales valiosos deberían hacer que la calificación de Bolivia subiera y si esto no ocurre es porque las calificadoras, dice, buscan desacreditar al país y cerrar la posibilidad de que los bancos internacionales apoyen a Bolivia.
El analista Dunn opina que la posición del Gobierno boliviano frente a las calificadoras coincide con la tendencia de algunos países de “no preguntarse qué hemos hecho mal, sino quién nos ha hecho esto”. “En realidad, el informe de Moody’s recomienda que Bolivia diversifique sus ingresos para obtener dólares”, explica.
El informe considera muy difícil que el país consiga tales ingresos a corto plazo y resuelva así los problemas de liquidez que enfrenta desde principios de año. Moody’s teme que esta dificultad se agrave por la anticipada caída de las exportaciones bolivianas a causa de la disminución de los precios internacionales de las materias primas, y la simultánea continuidad de las importaciones, que no es posible reducir porque en su mayoría son de insumos y maquinaria que el país necesita vitalmente.
En opinión de la consultora, a estos problemas se suma la pérdida de “gobernanza” por la división del partido de Gobierno, el Movimiento al Socialismo (MAS), en dos grupos enfrentados. “Una calificación toma en cuenta la capacidad de aprobar medidas en caso de que la cosa se ponga peor, y ahora el Gobierno no puede hacer aprobar leyes en el parlamento”, explica Dunn.
Días atrás, la oposición parlamentaria, a la que se sumaron los representantes del ala del MAS que apoya a Evo Morales, logró reunir una amplia mayoría y censuró a un ministro clave, Eduardo del Castillo, el encargado de la seguridad interna. El presidente Luis Arce tuvo que destituirlo porque así lo manda la Constitución, pero lo repuso pocas horas después. Esta maniobra fue criticada por distintos sectores políticos por cumplir la forma pero eludir el espíritu de la Constitución. En palabras de un diputado, se trató de “una declaración de guerra” a la Asamblea Legislativa. En el pasado, la administración de Arce ha logrado el respaldo parlamentario en algunos temas, pero está lejos de contar con la férrea mayoría que poseían los Gobiernos de Evo Morales.
A principios de mayo, el grupo de parlamentarios fiel al presidente logró aprobar la “ley del oro”, que autorizó al Gobierno a vender 21 toneladas del metal que se mantiene en las reservas del Banco Central para obtener divisas. Según Moody’s, la medida correcta, pero su efecto no sobrepasará el corto plazo, así que se requiere de cambios estructurales para sacar a Bolivia de la crisis.
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