Lukashenko asegura que el jefe de Wagner está en Rusia
El presidente de Bielorrusia siembra la confusión al asegurar que Prigozhin “no está en territorio bielorruso”, sino en San Petersburgo. La OTAN advierte de que Minsk se prepara para acoger a los mercenarios
Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo paramilitar Wagner, está en Rusia, según ha asegurado este jueves el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko. Bielorrusia es el país al que el mercenario se trasladó tras ...
Yevgueni Prigozhin, jefe del grupo paramilitar Wagner, está en Rusia, según ha asegurado este jueves el presidente bielorruso, Aleksandr Lukashenko. Bielorrusia es el país al que el mercenario se trasladó tras su fallida rebelión de hace dos semanas, que puso en tela de juicio el poder de Vladímir Putin. Eso es al menos lo que aseguró el propio Lukashenko el 27 de junio. Este jueves ha vuelto a referirse al paradero del jefe de mercenarios. “En cuanto a Prigozhin, está en San Petersburgo. ¿Dónde está esta mañana? Puede haber partido a Moscú, o a otro lado, pero no está en territorio bielorruso”, ha declarado el presidente en una rueda de prensa en Minsk con medios de extranjeros, unas palabras que abonan la incertidumbre que rodea todo lo relacionado con Prigozhin.
El Kremlin, por su parte, se ha desentendido de las dudas surgidas. “No vigilamos sus movimientos. No tenemos la posibilidad ni el deseo de hacerlo”, ha afirmado el portavoz del Gobierno, Dmitri Peskov, en declaraciones recogidas por las agencias de noticias oficiales rusas. Mientras, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha remarcado que la Alianza está siguiendo muy de cerca los movimientos de los mercenarios y su jefe y ha advertido de que, si bien no hay señales de que se hayan trasladado a Bielorrusia, el país se está preparando para acogerlos. “Hemos visto preparativos para albergar grandes grupos de combatientes de Wagner en Bielorrusia; hasta ahora no hemos visto demasiados yendo a Bielorrusia. Y también hemos visto a Prigozhin moviéndose”, ha afirmado Stoltenberg este jueves en una conferencia de prensa en Bruselas.
Lukashenko también se ha referido a los mercenarios del grupo Wagner que participaron en el motín, a quienes se les ofreció en el acuerdo tras detener su marcha hacia Moscú instalarse en Bielorrusia. El presidente bielorruso ha asegurado que estos no atacarán a Ucrania desde su exilio. “Nunca hemos atacado a nadie. Ya lo he dicho más de una vez. No vamos a atacar. Y nadie atacará nuestro territorio. El Grupo Wagner, al igual que el Ejército bielorruso, protegerán nuestros intereses”, ha recalcado.
El presidente ha sostenido que el traslado de las unidades de Wagner a Bielorrusia no se ha resuelto aún, y que dependerá de las decisiones de Rusia y de la empresa de mercenarios. Sus comentarios han puesto de manifiesto las enormes incertidumbres que rodean los términos y la aplicación del acuerdo que puso fin al motín, y que, según Putin, podría haber sumido al país en una guerra civil. El presidente bielorruso ha indicado que los combatientes del grupo también se encuentran “en sus campos”, y no en Bielorrusia. “Si [el Gobierno ruso y el grupo Wagner] juzgan necesario desplegar un cierto número de combatientes de Wagner en Bielorrusia para descansar o entrenarse […], entonces aplicaré mi decisión [de acogerlos]”, ha añadido.
La noche antes del anuncio de Lukashenko sobre Prigozhin, la televisión estatal rusa lanzó un duro ataque contra el jefe de los mercenarios y afirmó que aún se le investiga por la fallida rebelión, informó la agencia Reuters. En el programa 60 minutos del canal Rossiya 1, se mostraron imágenes supuestamente grabadas durante redadas policiales en la oficina de Prigozhin en San Petersburgo y en uno de sus “palacios”, según la televisión rusa. El presentador, el diputado Yevgeny Popov, le llamó “traidor”, y la grabación ―comentada por el periodista Eduard Petrov― se exhibió como una muestra del pasado delictivo del líder de Wagner y de su hipocresía al denunciar la corrupción en las fuerzas armadas rusas. En las imágenes se veían cajas llenas de rublos en la oficina y fajos de dólares en una lujosa vivienda, también un helicóptero supuestamente de su propiedad, armas y una colección de pelucas con las que disfrazarse. Además, se mostraron una sala de tratamiento médico totalmente equipada, lingotes de oro y una colección de mazos, la herramienta que Prigozhin considera que hay que usar contra los traidores.
“Nadie tenía previsto cerrar este caso. La investigación [de la rebelión de Wagner] sigue su curso”, aseguró Petrov. “Considero que la creación de la imagen de Yevgueni Prigozhin como un héroe del pueblo fue obra de los medios de comunicación alimentados por él”, añadió el periodista. Siempre según su relato, en las propiedades del jefe de mercenarios se halló una gran cantidad de dinero en efectivo, hasta 600 millones de rublos (unos seis millones de euros). Según Prighozin, su grupo paramilitar solo opera con efectivo, tanto para los salarios como los gastos.
Petrov también criticó que tuviera varios pasaportes, y lanzó: “¿Por qué tenía esta persona poderes tan extraños, como si fuera el líder de una especie de grupo criminal?”. Mientras hablada, se divulgaron en Telegram fotografías del empresario disfrazado, aunque Reuters no pudo verificar su autenticidad. “Tenemos que llegar al fondo de quién estaba de qué lado [en el motín]. Tenemos que castigarlos y procesarlos”, remató.
La rebelión de Wagner tuvo lugar el 24 de junio, cuando este grupo paramilitar marchó hacia Moscú siguiendo las órdenes de su líder, Prigozhin. Los paramilitares llegaron a tomar un cuartel general del Ejército ruso en la ciudad de Rostov del Don, al suroeste de Rusia, y su columna de blindados llegó a situarse a menos de 300 kilómetros de la capital. Prigozhin aseguró que no buscaba tumbar al Gobierno, sino evitar el desmantelamiento de Wagner, una medida contemplada por el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, quien pretende integrar a los mercenarios en el ejército regular.
Apenas 24 horas después, la crisis se desactivó gracias a un acuerdo mediado por Lukashenko entre el presidente Putin y Prigozhin, pero hizo tambalear al poder en Rusia en medio del conflicto con Ucrania. Este acuerdo contemplaba la retirada de cargos contra el jefe de Wagner, que podría refugiarse en Bielorrusia. Sin embargo, de dicho traslado solo consta una declaración de Lukashenko en la que confirmaba la llegada. El líder del Grupo Wagner no ha sido visto en público desde el 26 de junio y se ha limitado a difundir grabaciones de voz en canales de mensajería, pero Lukashenko ha asegurado que habló con él por teléfono este miércoles. “Hablamos con él por teléfono y debatimos algunos asuntos relacionados con las próximas acciones de Wagner”, ha revelado.
Según el mandatario, Prigozhin le aseguró que seguirá trabajando “por el bien de Rusia”. “¿Qué pasará con él después? Bueno, en la vida puede pasar cualquier cosa, pero si creen que Putin es tan malvado y vengativo que lo machacará en algún lugar… No, eso no sucederá” ha remarcado.
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