La coalición progresista de Xavier Bettel se desintegra tras las elecciones en Luxemburgo
La debacle de los Verdes frustra la renovación de la coalición liberal-socialista-ecologista al frente de los dos últimos mandatos. Los conservadores de CSV liderarán las negociaciones para una nueva alianza
El gobierno de coalición progresista que el primer ministro Xavier Bettel lideró durante la última década se ha desintegrado tras las elecciones de este domingo en Luxemburgo. Pese a que tanto el partido liberal DP de Bettel como el socialdemócrata LSAP lograron mejorar sus resultados respecto a 2018, la debacle del socio minoritario, los Verdes, que pierden cinco diputados, ha impedido que la coalición pueda volver a sumar los 31 escaños que se requieren para poder volver a formar gobierno, tal como...
El gobierno de coalición progresista que el primer ministro Xavier Bettel lideró durante la última década se ha desintegrado tras las elecciones de este domingo en Luxemburgo. Pese a que tanto el partido liberal DP de Bettel como el socialdemócrata LSAP lograron mejorar sus resultados respecto a 2018, la debacle del socio minoritario, los Verdes, que pierden cinco diputados, ha impedido que la coalición pueda volver a sumar los 31 escaños que se requieren para poder volver a formar gobierno, tal como han reconocido sus principales responsables.
Los resultados hacen probable que los conservadores del CSV, el partido más votado y que ha logrado 21 escaños, vuelvan a liderar un gobierno que ostentaron durante décadas, pero del que llevaban alejados desde 2013, siempre y cuando encuentren a un socio disponible para conformar la mayoría necesaria. Las fórmulas más probables, según los analistas, son o bien una alianza con el DP, que ha logrado 14 escaños (dos más que en 2018), o con LSAP, que sube un escaño para sumar 11.
“La coalición azul-rojo-verde ya no existe”, proclamó el líder de CSV y presumiblemente nuevo primer ministro, Luc Frieden, al conocer los primeros resultados completos nacionales, que según afirmó le dan un “mandato claro para formar gobierno”, aunque sin suficientes escaños como para gobernar solos. “El CSV quiere realizar discusiones respetuosas” para formar coalición, agregó Frieden, según medios luxemburgueses.
Poco antes, el primer ministro saliente había reconocido que los resultados no bastaban para repetir la coalición Gambia, denominada así porque los colores de los partidos que la formaban se asemejan a la bandera del país africano. “He trabajado bien con el LSAP y con los Verdes, pero estamos en una democracia y hay que respetarlo, desde el punto de vista matemático, no es posible” renovar la coalición, reconoció Bettel en la emisora 100.7. A la par, mostró su disposición a negociar con los conservadores. “El DP está dispuesto a asumir su responsabilidad en un próximo gobierno”, declaró.
También la socialdemócrata Paulette Lenert aseguró que su formación está “lista para discutir” una nueva coalición con los conservadores.
Aunque insuficiente como para tener capacidad de entrar en un gobierno de coalición, una de las sorpresas de la jornada electoral luxemburguesa ha sido el avance de los populistas de derechas: el partido ADR logra cinco escaños, lo que le permitirá formar grupo propio. Por el contrario, los Verdes, que hasta ahora tenían nueve bancadas, se quedan con cuatro diputados y dejan a la coalición saliente a dos escaños de renovar la mayoría absoluta.
En total, algo más de 283.000 luxemburgueses estaban llamados este domingo a las urnas para renovar los 60 escaños de su Parlamento. Para formar gobierno, se necesitan al menos 31 escaños, algo que en la última década había logrado Bettel formando alianza con socialdemócratas y ecologistas, pero la debacle electoral de estos últimos les dejó a dos escaños de una tercera renovación de esta fórmula.
Solo el 52% de los más de 660.000 habitantes de Luxemburgo ostentan la nacionalidad luxemburguesa y pueden, por tanto, votar si tienen edad para ello, en cuyo caso, es obligatorio. En 2015, el 78% de los luxemburgueses rechazó en un referéndum conceder el derecho al voto a los residentes extranjeros que no tengan la nacionalidad del país, el segundo más pequeño de la UE (tras Malta) pero con la mayor renta per cápita entre sus socios europeos.
Las proyecciones indicaban ya la gran posibilidad de que Bettel tuviera que dejar la jefatura de Gobierno tras una década al frente del pequeño país. Pero la mayoría de las encuestas apostaban por un mero cambio de sillas entre los socios mayores de la coalición progresista por el que la líder de LSAP, Paulette Lenert, actual ministra de Sanidad y que logró una gran visibilidad durante la pandemia, se pusiera al frente de una nueva formación de coalición, convirtiéndose en la primera mujer jefa de Gobierno de Luxemburgo. La caída de los ecologistas ha frustrado sus aspiraciones.
Antes de que se conocieran los resultados oficiales, el Partido Popular Europeo (PPE), al que está adscrito el CSV, ya celebraba la victoria de Frieden en las redes sociales, donde afirmó que el partido conservador luxemburgués trabajará para “reforzar la economía, priorizar la seguridad y avanzar las iniciativas verdes para mejorar la vida de los ciudadanos”.
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