Anne Hidalgo abre la carrera electoral a la Alcaldía de París tras anunciar que no se presentará a un tercer mandato
La alcaldesa, cuyo legado será el triunfo de la movilidad verde y el éxito de los Juegos Olímpicos, apoyará un proyecto nacional que pretende unir a socialistas y ecologistas
Anne Hidalgo dejará la Alcaldía de París en 2026. El anuncio, quizá algo esperado, abre un nuevo escenario en un momento en el que los movimientos tectónicos de la política francesa empiezan a ser cada vez más violentos. La regidora de la capital de Francia da un paso al lado meditado, ha asegurado en una ...
Anne Hidalgo dejará la Alcaldía de París en 2026. El anuncio, quizá algo esperado, abre un nuevo escenario en un momento en el que los movimientos tectónicos de la política francesa empiezan a ser cada vez más violentos. La regidora de la capital de Francia da un paso al lado meditado, ha asegurado en una entrevista con Le Monde. “Es una decisión que tomé hace mucho tiempo. Siempre he considerado que dos mandatos son suficientes para llevar a cabo cambios profundos. Por respeto a los parisinos, quise anunciarlo con suficiente antelación y en un momento que permitiera preparar una transición serena y acompañar a un equipo”, ha afirmado la política socialista.
Hidalgo ha estado más de diez años al frente de la Alcaldía parisina y dejará un profundo legado, especialmente en cuestiones de movilidad verde —zonas de circulación restringida o un impresionante circuito de carriles bici— y de unos Juegos Olímpicos de gran éxito que cautivaron al mundo, justo cuando Francia atravesaba uno de sus momentos más complicados políticamente.
El proyecto, cree la alcaldesa, no está terminado. Y por eso el anuncio de su cambio de aires va acompañado del apoyo a la candidatura de su posible sucesor, el senador Rémi Féraud. “Lo conozco bien”, afirmó. “Y lo aprecio desde hace mucho tiempo; es quien podrá llevar nuestra historia y reinventar un futuro para París. Tiene la solidez, la seriedad y la capacidad necesarias para unir. Hemos librado muchas batallas juntos, él como alcalde del distrito 10 y como presidente del grupo mayoritario desde 2014. Rémi siempre ha sabido mantener una relación respetuosa, pero firme con los socios de izquierda que forman parte de nuestro equipo, y como senador desde 2017, también tiene una dimensión nacional”.
La carrera se había abierto hace algunos días. De hecho, Emmanuel Grégoire, quien fue su adjunto a la Alcaldía, anunció hace algunos días su intención de presentarse. También se ha postulado Ian Brossat, miembro del Partido Comunista —formación que gobierna en coalición en París con los socialistas— y fue antiguo consejero de Hidalgo para asuntos de inmigración y vivienda.
La política socialista afirma en la entrevista con Le Monde que espera seguir trabajando con su partido y también —y eso es más relevante— con Raphaël Glucksmann, el candidato independiente que encabezó la lista respaldada por los socialistas en los comicios europeos de junio. Hidalgo cree que Glucksmann podría “tomar el liderazgo” de la fuerza “socialdemócrata y ecologista” para la que piensa trabajar tras el congreso de comienzos del próximo año. “El congreso del Partido Socialista debe lograr que este vuelva a ser una gran fuerza democrática. Espero que otros candidatos, además de [el primer secretario del partido] Olivier Faure, aporten una nueva voz. El partido está muy debilitado, pero debe expresar mejor lo que la gente espera que represente políticamente. Si obtuvimos un muy buen resultado en las elecciones europeas, fue gracias a lo que encarna Raphaël Glucksmann”, insiste.
En cualquier caso, la alcaldesa asegura que no volverá a ser candidata a las presidenciales francesas después de que en 2022 obtuviese un resultado inesperado de solo el 1,7% del voto al frente de los socialistas.
Hidalgo tiene un gran peso en el Partido Socialista y su voz será muy relevante para la futura configuración de las alianzas. La alcaldesa de París representa al sector que no comulga con la sociedad formada con La Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon. “No estamos en absoluto en el mismo registro de valores, y su reciente propuesta de derogar la ley sobre la apología del terrorismo lo demuestra claramente”. De hecho, rechaza que los socialistas deban votar una moción de censura contra el Gobierno del primer ministro conservador, Michel Barnier, a pesar de los desacuerdos con él. Su posición es que “hay que negociar y obtener avances importantes [con Barnier] en los servicios públicos y la transición ecológica”.