Europa refuerza su alianza con Ucrania y abre la puerta a una adhesión a la UE antes de 2030
Zelenski insiste en la necesidad de tener garantías de seguridad. Bruselas entregará 3.500 millones en marzo. Los líderes presentes en la cumbre de Kiev en el tercer aniversario de la invasión dan la bienvenida al diálogo iniciado por Trump
Tres años después de iniciada la invasión rusa, Europa ha querido trasladar a Ucrania su compromiso fuerte por mantener el pulso en el frente de guerra, con nuevas ayudas, tanto financieras como militares, sin despreciar, no obstante, la puerta abierta por el presidente estadounidense Donald Trump a unas posibles negociaciones. 1.097 días después de la barbarie, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, reunió este lunes en Kiev a más de una docena de líderes internacionales para reiterarles que Rusia no es de fiar, que la seguridad de Europa depende de la de su país y que necesita apoyo. “Las garantías de seguridad son claves para la paz”, manifestó en una cumbre a la que asistieron el presidente español, Pedro Sánchez; los principales jefes de Gobierno de los países bálticos y nórdicos; los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el Consejo Europeo, António Costa, y el jefe de Estado canadiense, Justin Trudeau. Durante su intervención, la jefa del Ejecutivo comunitario anunció un paquete de ayuda a Ucrania de 3.500 millones de euros para marzo. En el turno de preguntas, Von der Leyen elogió las reformas acometidas por Kiev y afirmó que podría completar la adhesión a la UE antes de 2030.
Aunque la reunión celebrada en la capital ucrania no contó en la mesa de diálogo con representación de Estados Unidos, su principal socio en la batalla desde el 24 de febrero de 2022, otros aliados, si bien no pudieron estar presencialmente, sí quisieron intervenir a través de videoconferencia. Fue el caso, entre otros, del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, el británico, Keir Starmer, o el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. El mensaje de consenso de todos ellos, el que recibió en primera persona Zelenski, fue claro y alto: Rusia empezó esta guerra y hay que mantener la unidad para defender a Ucrania, con apoyo en materia de seguridad y financiera.
Pasadas las diez de la mañana y poco después de que la caravana de jefes de Estado y de Gobierno presentes en Kiev acudiera a la plaza de Maidán, escenario en 2014 de la revolución popular contra la influencia rusa, para realizar una ofrenda floral por los caídos en el frente, Zelenski recibió a los líderes, uno a uno, en el lugar de la conferencia, sin identificar por motivos de seguridad. Una reunión en la que el Kremlin quiso estar presente a su modo: solo 20 minutos después del inicio de las primeras intervenciones, el despegue de un avión de combate ruso hizo saltar las alertas antiaéreas en el corazón de la capital y por todo el país.
La cumbre celebrada en Kiev en el tercer aniversario de la invasión ha puesto a prueba la alianza del bloque europeo con Zelenski una semana después de que el cruce verbal entre el líder ucranio y Donald Trump situara en el precipicio el apoyo de Washington. En un carrusel de declaraciones entre uno y otro, Trump llegó a afirmar que fue Zelenski, a quien calificó de “dictador”, el que comenzó las hostilidades. El líder ucranio reaccionó acusándole de vivir en una “burbuja de desinformación”. Starmer, que entró por videoconferencia en la cumbre, se entrevistará con Trump en Washington este jueves, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, lo hizo este mismo lunes —París envió al ministro de Exteriores, Jean-Noël Barrot—.
En su discurso de apertura de la cumbre, Zelenski reiteró la prioridad que no solo exige a la Administración de Trump, sino también a Europa: garantías de seguridad. Esta petición ha sido en los últimos años sinónimo de adhesión a la OTAN, un proceso sobre el que poco se ha hablado de forma pública este lunes en Kiev. El presidente ucranio hizo hincapié en su primera intervención a los miles de ciudadanos ucranios, entre ellos presos de guerra, que Rusia mantiene bajo su custodia. “Ucrania está lista para intercambiar uno por uno”, señaló el mandatario. “Putin no nos entregará la paz a cambio de algo”, continuó, “tenemos que ganarla con fortaleza, sabiduría y unidad, a través de la cooperación con ustedes”, en referencia a los líderes presentes en la cumbre. En la conferencia de la tarde, Zelenski expresó su deseo de que la guerra acabe este año e insistió en que necesitan “una paz justa y duradera” para que Rusia no ataque de nuevo en 10 años.
La delegación llegada de Bruselas, con Von der Leyen y Costa a la cabeza, recogió algunas de las peticiones formuladas por el presidente ucranio. Primero, el apoyo: la jefa del Ejecutivo comunitario anunció la liberación de otros 3.500 millones de euros de ayuda a Ucrania —parte del programa de apoyo de Bruselas por un valor de 50.000 millones en vigor desde marzo de 2024―, que además, según explicó, se verá “beneficiada” del futuro aumento de “la producción de armas y capacidades defensivas”. “Una nación pacífica fue invadida sin ningún motivo más allá de la obsesión imperialista de Putin”, afirmó Von der Leyen.
En segundo lugar, Bruselas escuchó también el deseo expresado por Zelenski para llevar a buen puerto el proceso de adhesión a la UE. Durante la rueda de prensa que cerró la cumbre, el presidente ucranio, casi en un tono socarrón, apeló a Von der Leyen y afirmó que ella sabe cuándo entrará Ucrania en el club de los 27. “Estoy muy impresionada por la velocidad y calidad de cómo Ucrania está avanzando hacia la UE”, dijo la política alemana, “quizá podría ser miembro antes de 2030″. En el mismo sentido se manifestó Costa, quien ya por la mañana había afirmado que la mejor forma de garantizar la seguridad de Ucrania era dentro de la Unión. “La UE está lista para hacer todo lo necesario para dar apoyo a Ucrania”.
Costa fue uno de los líderes presentes en la cumbre de Kiev que celebró los “esfuerzos” de Trump por iniciar la negociación con Moscú, con un ‘pero’ que reiteró durante la jornada: “Solo Ucrania puede decidir cuándo hay condiciones para una negociación”. El veterano político portugués recordó desde la capital ucrania de que convocará para el 6 de marzo un Consejo Europeo “para dar apoyo a Ucrania y fortalecer la defensa europea”. En esa reunión, según dijo Costa, se podría hablar de la necesidad de que haya un enviado en la mesa de diálogo sobre Ucrania que represente no solo a UE, sino a otros aliados europeos no miembros presentes hoy en la cumbre´, como Islandia y Noruega.
En Bruselas, los ministros de Exteriores de la UE también reiteraron su apoyo a Ucrania y la premisa de que solo hay un agresor, Rusia, informa Silvia Ayuso. “Tenemos que poner a Ucrania en una posición de fuerza para que pueda decir no a un mal acuerdo”, declaró Kallas al término del Consejo de Exteriores, en el que los ministros avanzaron en las discusiones acerca de la iniciativa de la jefa de la diplomacia europea para acelerar la compra y entrega de armas y ayuda militar a Ucrania este mismo año. Aunque no se ha hablado aún de cifras concretas, Kallas aseguró que hay un “amplio apoyo sobre los principios” de la iniciativa y que ha visto “mucha voluntad” para hacerlo.
Uno de los momentos más celebrados durante la primera parte de la cita en Kiev fue la intervención de Trudeu. Fiel aliado durante los tres años de agresión rusa, el primer ministro de Canadá motivó, con sus palabras, emotivas, el aplauso de los asistentes. Trudeau destacó la “valentía, resiliencia y determinación” de Zelenski, al que tildó de “inspirador” para él y sus ciudadanos. “No fue un conflicto que Ucrania quisiera o provocara”, dijo el mandatario canadiense, con el eco todavía de las declaraciones de Trump la semana pasada. “Debemos hacer lo posible para que Ucrania tenga una paz segura y duradera”, prosiguió Trudeau, quien anunció que seguirá apoyando al país con el envío de un nuevo paquete militar compuesto por 27 vehículos militares, sistemas vinculados a los caza F16 y más munición.
Los países bálticos y nórdicos quisieron sumarse también al esfuerzo por seguir armando a Ucrania. La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, anunció una nueva partida de alrededor de 270 millones de euros. “Los fondos”, apuntó Frederiksen, “se utilizarán, entre otras cosas, para comprar municiones para los soldados ucranios y crear una fuerza de brigada junto con los países nórdicos y bálticos”. Su homólogo estonio, Kristen Michal, comprometió otros 25 millones de euros para la compra de 10.000 proyectiles.
Envío de tropas
Uno de los temas que sobrevolaron la cumbre de Kiev fue el posible envío de soldados por parte de los países aliados para velar el cumplimiento de un futuro alto el fuego. Y si una cosa quedó clara a tenor de las declaraciones es que es un asunto que aún no está maduro. El primer ministro británico, Keir Starmer, insistió en su videoconferencia en que el Reino Unido está dispuesto a enviar militares para garantizar una paz “duradera”. Starmer señalo que es “tiempo de unidad” y de “trabajar juntos” en Europa. El líder laborista apuntó que un posible proceso de paz debe sentarse sobre tres pilares: el apoyo militar —”el Reino Unido lo está haciendo”, ha manifestado—; la presión económica a Rusia —Londres va a dar luz verde al mayor paquete de sanciones en tres años dirigido, especialmente, al sector petrolero ruso—; y las negociaciones, a partir de la nueva “conversación” abierta por Trump, en relación con el diálogo establecido con Moscú. Pero, apostilló Starmer, con base en la “soberanía de Ucrania”.
Preguntado Trudeau sobre la postura de su país en relación con el despliegue de una fuerza internacional, quiso limitarse a que “todo está sobre la mesa”, pero sin ir mucho más. Zelenski también se pronunció, con algo más de claridad, sobre esta posibilidad. “Yo sé el número de soldados que necesitaríamos”, afirmó el presidente ucranio, “pero no lo diré en un debate público porque Rusia se enteraría”.
El presidente de Finlandia, Alexander Stubb, realizó uno de los discursos más elaborados en la cumbre. Stubb detalló que el proceso para terminar la guerra será largo, pero que ya se vislumbra su inicio. En una primera fase, indicó, Europa debe aportar garantías de seguridad para Ucrania, con el envío de fuerzas de paz. Justo entonces se puede abordar un alto el fuego. Tras este, empezarán los pasos hacia una negociación para la paz, acompañados del retorno de los prisioneros de guerra y los civiles secuestrados en Rusia. En las negociaciones de paz, apuntó Stubb, será cuando se trate de los territorios en disputa o de las sanciones que afectan a Rusia. “Pero no es Rusia la que decide el acceso de Ucrania en la UE, no es Rusia la que decide el acceso de Ucrania en la OTAN, ni sus fronteras”, zanjó en consonancia con sus compañeros en la cumbre.
Ayuda militar española
El presidente Sánchez aprovechó su presencia en la cita de Kiev para anunciar un nuevo paquete de 1.000 millones de euros en asistencia militar para Ucrania en 2025. Sánchez y Zelenski firmaron en mayo del año pasado un acuerdo bilateral de defensa para Ucrania para los próximos diez años, en los que el Gobierno se comprometía a invertir en la seguridad de Ucrania más de 1.000 millones de euros en 2024. La nueva partida anunciada por Sánchez es la confirmación de que invertirá una cifra similar en 2025.
Sánchez aseguró que España “aportará más ayuda militar y con más determinación”, y reiteró la posición de su Gobierno: Ucrania debe alcanzar “una paz justa y duradera”, no un mero alto el fuego, y para eso es fundamental que Kiev y Europa participen en las negociaciones. Sánchez indicó que Ucrania debe acceder a la UE “lo antes posible”, pero no se ha manifestado sobre otra prioridad ucrania, el acceso a la OTAN.
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