La próxima Comisión Europea será la más derechizada de las últimas décadas
Von der Leyen presenta este martes un equipo con menos mujeres, en el que Teresa Ribera se perfila como vicepresidenta con la cartera de Competencia y Transición Verde y Social
El giro a la derecha en Europa cristaliza también en el Ejecutivo comunitario. La nueva Comisión Europea, que previsiblemente presentará este martes la conservadora alemana Ursula von der Leyen, será la más derechizada de las últimas décadas, con un importante peso de comisarios del Partido Popular Europeo y en la que la Italia gobernada por la ultraderecha se postula a una de las vicepresidencias. La española Teresa Ribera se perfila como vicepresidenta ejecutiva con la cartera de Competencia y Transición Verde y Social, según fuentes comunitarias, una de las más sustanciosas. La actual vicep...
El giro a la derecha en Europa cristaliza también en el Ejecutivo comunitario. La nueva Comisión Europea, que previsiblemente presentará este martes la conservadora alemana Ursula von der Leyen, será la más derechizada de las últimas décadas, con un importante peso de comisarios del Partido Popular Europeo y en la que la Italia gobernada por la ultraderecha se postula a una de las vicepresidencias. La española Teresa Ribera se perfila como vicepresidenta ejecutiva con la cartera de Competencia y Transición Verde y Social, según fuentes comunitarias, una de las más sustanciosas. La actual vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica española será la única socialista con un puesto importante en un equipo que también puede dar un significativo paso atrás en igualdad, con menos mujeres.
Con un Parlamento Europeo con potente presencia de la ultraderecha —dividida en al menos tres grupos— y un Consejo Europeo (los Estados miembros, que son además los que designan a sus comisarios) en el que al menos seis de sus líderes son de la extrema derecha o están en el puesto gracias a coaliciones con partidos ultras, el viraje que ya se aprecia en las capitales también se notará en la nueva Comisión en temas migratorios y medioambientales. De hecho, el cambio ya se empezó a ver en el último periodo de la Comisión de la popular Von der Leyen, que ha endurecido el tono en inmigración y ha recibido críticas por moverse para aligerar la agenda verde.
El Ejecutivo de la presidenta Von der Leyen, reelegida el pasado julio gracias fundamentalmente al apoyo de Los Verdes, tendrá a 15 populares (incluyéndola a ella), cinco comisarios liberales, cuatro socialistas, dos de la extrema derecha (Países Bajos, gobernado por el ultra Geert Wilders, ha decidido mantener al conservador Wopke Hoekstra) y un independiente, Maros Sefcovic, que responde ante el nacionalpopulista eslovaco Robert Fico.
El Partido Socialista Europeo y el grupo de los Socialistas y Demócratas en la Eurocámara han advertido a la jefa del Ejecutivo comunitario que no debe dar por garantizado su apoyo al nuevo equipo si la estructura de mando se escora a la derecha. Los comisarios necesitan el aval de las comisiones del Parlamento Europeo.
Los socialistas rechazan que Von der Leyen nombre para una de sus vicepresidencias ejecutivas, previsiblemente una con contenido económico, según fuentes comunitarias, a un comisario de la extrema derecha como es Raffaele Fitto, designado por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, del grupo de los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR). Habían reclamado que su spitzenkandidat (candidato principal a presidir la Comisión), el luxemburgués Nicolas Schmit, fuera nombrado comisario por su país, pero su Gobierno (centroderecha en coalición) lo ha rechazado pese a la presión que ha llegado incluso por parte del canciller alemán, Olaf Scholz.
“Ignorar el proceso de los spitzenkandidaten, minar el equilibrio de género en el colegio, colocar como comisario de Empleo a alguien con un cuestionable historial de compromiso con los derechos sociales y meter proactivamente al grupo ECR en el corazón de la Comisión será la receta para perder el apoyo progresista”, ha dicho la presidenta de los socialistas y demócratas en la Eurocámara, Iratxe García.
La segunda legislatura de la Comisión Von der Leyen empieza de manera tumultuosa. No solo por los problemas de la alemana para lograr un equilibrio de género —reclamó a los Estados miembros dos nombres para poder cuadrar las piezas de manera paritaria y solo uno, Bulgaria, atendió la petición—, algo que no parece ser en absoluto prioritario para los gobiernos de la mayoría de los 27 socios de la UE, que solo han propuesto (a falta de algún cambio de última hora) a 10 comisarias; también por los problemas surgidos con Eslovenia y Francia.
El primero aún no ha logrado que la comisión parlamentaria nacional revise el nombramiento de la persona propuesta, Marta Kos, aunque esto podría no frenar a la alemana: ese voto en Eslovenia no es vinculante. París ha protagonizado un culebrón político con la sonora dimisión de su designado para seguir como comisario, Thierry Breton, que ha alegado que Von der Leyen maniobró para impedir su nombramiento con el presidente francés, Emmanuel Macron, por “razones personales”. París ha nombrado en su lugar al liberal Stéphane Séjourné, desechando otra oportunidad de designar a una mujer para equilibrar la Comisión. Von der Leyen ha presionado a los Estados miembros para que envíen a más mujeres, pero lo ha hecho sobre todo con los países pequeños, como Eslovenia, que atendió la petición, Bulgaria o Rumania. Con el cambio, Francia obtendrá una vicepresidencia ejecutiva importante, la de Competitividad y Prosperidad, según fuentes comunitarias.