Alba Padró: “Hay una idea generalizada de que el destete es algo fácil”
Esta asesora de lactancia publica ‘Destete. Final de una etapa’, un libro en el que recopila los tipos de destetes que pueden darse y cómo abordarlos.
De Alba Padró podría decir que es asesora de lactancia, IBCLC y coautora junto a María Berruezo de la app de lactancia materna LactApp. También que ha nutrido de información veraz un espacio que durante décadas ha sido maltratado, alimentado de mitos y falsas creencias: el espacio que ocupa la práctica de la lactancia materna. En 2017, publicaba Somos la leche (G...
De Alba Padró podría decir que es asesora de lactancia, IBCLC y coautora junto a María Berruezo de la app de lactancia materna LactApp. También que ha nutrido de información veraz un espacio que durante décadas ha sido maltratado, alimentado de mitos y falsas creencias: el espacio que ocupa la práctica de la lactancia materna. En 2017, publicaba Somos la leche (Grijalbo), una completa y rigurosa guía con información actualizada, recursos, casos reales e imágenes pensada para acompañar a las mujeres que deseen amamantar. Pero de Alba Padró también hay que mencionar que lleva décadas practicando un valioso activismo en favor de las madres y de los bebés, un activismo que trasciende mucho más allá de ideologías o modelos particulares. A Alba siempre la encuentras dispuesta a ayudar al otro lado de la pantalla. Ahora publica Destete. Final de una etapa, un libro –con la misma editorial y un formato muy práctico, similar al anterior– en el que recopila los tipos de destetes que pueden darse y cómo abordarlos. Lo hace desde la experiencia acumulada durante casi dos décadas acompañando a madres en algún punto de sus lactancias. Porque todas las madres y sus hijos e hijas pasan antes o después por el destete, y conviene estar acompañadas en un proceso que no siempre es fácil. Eso sí, ya advierte que no hay una fórmula mágica porque depende mucho de la edad del bebé y la forma de querer hacer el destete, lo que se traduce en la necesidad de “información individualizada y adaptada a las necesidades de la madre y el bebé”. Y de paciencia, claro.
PREGUNTA: En el libro recoges todos los tipos de destetes que pueden darse, a cualquier edad, y un montón de experiencias, recursos e ideas para hacerlo. Como en casi todo, no hay una fórmula mágica que sirva para todos los destetes ni para todas las madres… ¿Es tan difícil?
RESPUESTA: Efectivamente, no hay una fórmula mágica. De hecho, si la hubiera no habría escrito el libro. Yo pensaba que no hacía falta escribir un libro de destete hasta que empecé a explorar y a escuchar a las madres y me di cuenta de que no podía darle la misma información a un bebé que quisiera destetar a un niño de dos años que a un bebé de dos días. Sí es la misma información para ambas madres en el caso de otros aspectos de la lactancia como, por ejemplo, una obstrucción. Sin embargo, en el caso del destete la cosa se complica. La edad del bebé y la manera de querer hacer el destete hace que se tenga que dar información individualizada y adaptada a las necesidades de la madre y el bebé.
P. ¿Cuáles suelen ser los principales motivos para destetar?
R. Los motivos para destetar son muy diversos. Los hay relacionados con el dolor o con la sensación de falta de leche, pero también hay motivos personales muy diversos. Diría que uno de los principales motivos está relacionado con la vuelta al trabajo. A veces no sabemos gestionar una vuelta al trabajo sin un destete, cuando en realidad no todo es blanco ni negro, también hay un amplio abanico de grises. Otro motivo es el agotamiento por parte de madres con niños o niñas más mayores que llevan años amamantando. Hay mujeres que llevan dos, tres, cuatro años amamantando y cuando pasan etapas en las que su hijo o hija está más demandante no sabe cómo gestionar este proceso.
P. Motivos que “nos llevan a destetar” y “querer destetar” no siempre van de la mano. Aunque señalas que el destete natural se produce entre los 2 y los 7 años, y que la decisión solo deberían tomarla sus protagonistas, muchas mujeres se sienten presionadas. ¿Sigue habiendo cierto empuje a destetar precozmente o sin que la madre o la criatura sientan la necesidad de hacerlo?
R. La presión del destete es enorme. Está muy presente. Hay una etapa en la que la lactancia se ve como algo bonito, como algo que se alaba, pero cuando el bebé va siendo más mayor, y alcanza cierto volumen, la gente empieza a cuestionar lo que hace la madre con preguntas del tipo ¿Y no es ya muy mayor para tomar pecho? ¿Tan mayor y aún le das pecho? Y esto viene tanto por parte de profesionales sanitarios como de la familia. Si la mujer que amamanta no tiene muchísima seguridad ante lo que está haciendo, y lo que quiere hacer, puede verse obligada a destetar de manera precoz.
A veces también se desteta por no tener los recursos adecuados. Si me dicen que tengo que volver a trabajar y nadie me dice cómo puedo hacerlo, es posible que me vea abocada a un destete que no quiero. Lo mismo pasa con los medicamentos, que la falta de información sobre la compatibilidad entre medicamentos y lactancia conduce a recomendar el destete –cuando en realidad la gran mayoría de veces no es necesario llegar a esto–. Y lo mismo cuando surgen dificultades en la evolución de los bebés o en el propio transcurso de la lactancia, que la primera recomendación suele ser el destete.
P. Hoy encontramos rigurosos manuales en torno a muchos aspectos de la lactancia materna, pero hay poca información específica en torno al destete. Y esto, pese a ser una cuestión por la que muchas mujeres van a pasar en un momento u otro de su lactancia. ¿A qué crees que se debe?
R. Efectivamente, apenas hay información sobre el destete. De hecho, lo primero que hice cuando comencé a escribir el libro fue buscar qué habían dicho otros autores sobre el destete y me encontré que en los libros sobre lactancia aparecían una o dos páginas sobre este tema. Esto es claramente insuficiente, ahora lo sé. ¿Por qué no hay información? Por un lado, creo que hay una idea generalizada de que el destete es algo fácil. Y sí, es probable que en el caso de bebés muy pequeñitos puede ser más o menos sencillo, pero a medida que ese bebé crece la cosa se complica. Por otro lado está presente la idea de que cuando a una persona se la cataloga como “pro” lactancia, no se le pregunta sobre el destete porque se considera que no va a aportar información sobre este asunto. Esto es un error porque igual que estamos al inicio de la lactancia, o cuando surgen problemas, debemos estar en el final de la lactancia. Sea cuando sea ese final, tenga la edad que tenga el bebé, para acompañar mejor ese destete.
P. ¿Es más fácil iniciar la lactancia con éxito o destetar?
R. Muy buena pregunta. Creo que puede ser difícil iniciar una lactancia con éxito. Va a depender de muchos factores, y algunos factores los puedes controlar pero otros muchos no van a depender de ti. Y de nuevo, el destetar va a ser más o menos difícil según la información, el apoyo y el punto en el que te encuentres. No creo que la lactancia en general sea fácil y creo que el término “éxito” es una palabra sobre la que deberíamos hablar y analizar qué entendemos por éxito en la lactancia.
P. ¿Qué hacemos para dejar de producir leche? ¿Son efectivas las famosas pastillas para cortar la leche?
R. Las pastillas para cortar la leche no son efectivas, o son muy poco efectivas. Se dan en el postparto inmediato para evitar la subida de la leche, de la lactogénesis II, pero muchas veces el estímulo posterior, una vez que las mujeres llegan a casa, es mucho más potente que un simple fármaco. Estas mujeres piensan que no van a tener leche y de golpe se encuentran con el pecho congestionado, con muchísimo dolor, y a veces la información que se les da para disminuir esa producción de leche no es del todo acertada. ¿Qué hacemos para dejar de producir leche? Pues es esencial hacer una disminución paulatina de la producción de leche: menos me saco, menos produzco. Hay que ir valorando en qué momentos necesitamos extraer leche y espaciar esas extracciones para que el cuerpo reciba el input de “tengo que fabricar menos leche”.
P. En el camino de la lactancia, muchas mujeres deciden destetar en algún momento por iniciativa propia. “Tener ganas de destetar y sentir que ha llegado el momento puede que no coincida con la decisión del bebé”, señalas en el libro. ¿A partir de qué momento es más difícil el destete y por qué?
R. Cuando una madre decide destetar es probable que se encuentre con la oposición frontal de su bebé. La lactancia es cosa de dos y cuando hay posiciones diferentes se produce un choque de trenes. ¿En qué momento es más difícil? A medida que los bebés crecen o están en un brote de crecimiento. Estos momentos de brotes de crecimiento –que suelen darse a los ocho meses, al año y a los dos años– son especialmente complicados porque la madre acaba agotada y puede desear destetar, pero hacerlo se convierte en una fuente de conflicto.
P. Aunque la estrategia de no ofrecer, no negar es la más extendida, dices que es la menos útil, ¿por qué?
R. Porque creo que es la que menos se ha explicado. Cuando un bebé ya es mayor no le ofreces el pecho, te lo pide, no hace falta que tú se lo recuerdes. Aquí lo importante es evitar negar el pecho porque todo lo que sea un “no” va a aumentar la demanda y la necesidad del bebé. Pero esto no implica no hacer nada, sino que vamos a ir reduciendo el tiempo en el pecho. El tiempo lo vamos a marcar nosotras, cinco, diez, quince minutos, lo que cada una sienta que necesita, y lo vamos a ir reduciendo de forma gradual. El bebé está tranquilo porque sabe que cuando pide el pecho se lo damos, pero iremos reduciendo ese tiempo.
Una vez acepta este juego de reducir los tiempos empezaremos con otras técnicas: la distracción y el aplazamiento, que nos van a permitir hacerle esperar un poco. Siempre digo que el primer día a lo mejor aguanta 30 segundos, pero poco a poco nos permitirá espaciar más la toma. Llega un momento en el que en alguno de estos momentos de aplazamiento se olvidan las tomas y se las saltan, pero ambos procesos (la no negación y la distracción y el aplazamiento) requieren que estén bien explicados e ir de la mano.
P. ¿A quién acudir cuando quieres destetar y no puedes?
R. A cualquier persona relacionada con la lactancia que tenga cierta sensibilidad con el tema. Puede ser una asesora de lactancia, una IBCLC, una matrona. A veces una misma no ve estrategias, no ve salidas, pero una vez tienes la información en la mano ya puedes tomar decisiones de qué quieres hacer o cómo lo quieres hacer. Sigue siendo muy habitual esto que contaba antes de la pastilla para cortar la leche. Se pauta esa pastilla con la idea de que si no hay leche el bebé no va a pedir, cuando ya sabemos que lo que hay que hacer es ir disminuyendo el interés del bebé por el pecho.
P. Emocionalmente es un viaje largo (y muchas veces angustioso) tanto para la madre como para el bebé o niño/a. ¿Es realmente posible el destete dirigido respetuoso?
R. A mí el concepto de destete “respetuoso” me da un poco de grima y te voy a explicar por qué. Este término nos lo hemos inventado. Nació hace unos años a raíz de que la antropóloga Katherine Dettwyler dijera que antropológicamente los bebés se destetan entre los 2 años y medio y los 7. A partir de esa idea surgió todo el movimiento de lactivismo que abogaba por una lactancia mal llamada prolongada. En aquel momento se comenzó a decir que los destetes solo eran respetuosos si tenían presentes las necesidades de los niños, por lo que abocaban a las madres a lactancias muy largas. Si miramos las estadísticas vemos que las madres destetan mucho antes. ¿Esas madres que destetan antes no respetan a sus hijos? ¿No quieren a sus hijos? Estamos dando a entender esto. Una madre quiere a su hijo, y quiere lo mejor, y si se ve obligada a destetar va a hacerlo de la mejor manera posible.
Hay estrategias –las cuento en el libro– que parecen poco respetuosas, pero cuando escuchas a centenares de mujeres, miles, que quieren destetar y que te cuentan sus situaciones, lo entiendes. Yo no soy nadie para juzgar si una madre decide destetar poniéndose algo picante en el pezón. Lo que sí haré es acompañarla en el proceso de destete, contarle qué va a pasar, cómo se lo puede explicar a su hijo o a su hija, en qué edad no hacer esto. Darle toda la información para que pueda hacerlo. Las necesidades de las madres no pueden obviarse y poner por encima las de los bebés.
P. Por último, como en una relación de amor, parece difícil cuando uno de los dos no quiere dejarlo. ¿Qué recomendación, idea, consejo, darías a una madre que se encuentre en esa situación de querer dejar la lactancia, pero le esté resultando complicado?
R. Muchas veces es no saber cómo hacerlo o tener mucha información pero no aplicada a tus necesidades específicas. Creo que por esto hacía falta el libro, porque detalla muy bien qué estrategias podemos utilizar según la edad. Por ejemplo, hay cuentos sobre el destete, y son un buen recurso, pero no puedes esperar que un niño de un año después de leer un cuento sobre destete deje la teta. Estos recursos son muy útiles pero a otra edad. Cada etapa tiene su estrategia y creo que lo que nos falta –y es lo que viene a suplir este libro– es esa información precisa, que te acompañe, según la edad de tu bebé. También esa parte de descarga emocional, de sentirte libre para hacerlo cuando quieras. Bastante complicado es muchas veces amamantar como para además no encontrar los recursos ni las personas que te ayuden cuando quieres destetar.
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