El Gobierno mexicano investiga las imágenes de dos cazadores con el cadáver de un bisonte americano
El mamífero, considerado el más grande del continente americano, ha sido reintroducido en las planicies del norte del país un siglo después de su exterminio por la caza indiscriminada
Dos hombres posan sonrientes sobre el cadáver de un bisonte americano. La imagen circula por las redes sociales apenas unos días después de que las autoridades ambientales mexicanas se mostraran orgullosas por la exitosa reintroducción de este animal en las planicies del Estado de Coahuila, al norte del país. Ambos hombres se muestran a la cámara mientras el animal yace inerte, postrado con las patas dobladas. Las fotografías han generad...
Dos hombres posan sonrientes sobre el cadáver de un bisonte americano. La imagen circula por las redes sociales apenas unos días después de que las autoridades ambientales mexicanas se mostraran orgullosas por la exitosa reintroducción de este animal en las planicies del Estado de Coahuila, al norte del país. Ambos hombres se muestran a la cámara mientras el animal yace inerte, postrado con las patas dobladas. Las fotografías han generado numerosas críticas, después de que los mexicanos aplaudieran el esfuerzo que permitió ver pastando nuevamente a estos animales en territorio nacional tras 100 años de su desaparición por la caza indiscriminada.
Las imágenes fueron retomadas de las páginas de Facebook e Instagram del rancho Buena Vista, localizado en Piedras Negras, en la frontera con Estados Unidos. Tanto el sitio en internet como los perfiles en Facebook e Instagram fueron dados de baja este martes, pero en él se podían observar varias fotografías de cazas de bisontes americanos con fechas de captura entre 2011 y 2015, según pudo corroborar EL PAÍS antes de que fueran dadas de baja. El sitio ofrecía entre una y dos excursiones de cacería de especies como venados de cola blanca y bisontes americanos, entre otras especies silvestres protegidas en México y Estados Unidos.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales ha informado de que se encuentra investigando las circunstancias en las que estos bisontes fueron cazados, ya que en sus registros no hay ningún permiso de aprovechamiento cinegético (de caza autorizada) del bisonte americano en el rancho Buena Vista. “No existen informes sobre planes de manejo aprobados y aprovechamientos para la especie otorgados a algún rancho de Coahuila con el nombre de Buena Vista, ni con las características que muestran las fotos exhibidas”, ha explicado la dependencia en un comunicado. Por su parte, las autoridades ambientales de Coahuila indicaron que no está permitida la caza del bisonte americano con fines de atracción cinegética.
El proyecto para reintroducir al bisonte americano en México comenzó en noviembre de 2009, cuando fue liberada una manada de 23 animales provenientes del Parque Nacional Wind Cave —localizado en Dakota del Sur (Estados Unidos)— como parte de una colaboración entre México y Estados Unidos para recuperar la especie, que en 2016 el presidente Barack Obama declaró como el Primer Mamífero Nacional. Una segunda manada fue liberada el año pasado en Coahuila, demostrando el éxito del programa para recuperar la especie. Hasta ahora, no existen indicios de que las fotografías de los cazadores impliquen a los ejemplares que el Gobierno mexicano está cuidando.
El animal, también conocido como búfalo, fue dominante en los amplios campos del norte de México y las planicies de Estados Unidos y Canadá, donde pastaba en enormes manadas. Hace 300 años, según la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) de México, en el territorio norteamericano había entre 30 y 60 millones de bisontes, pero “para 1880, desgraciadamente, la población se redujo a poco más de 1.000 individuos, debido a la destrucción y fragmentación de los pastizales, enfermedades y cacería”. Gracias a un proyecto conjunto que involucró a las autoridades ambientales, universidades, científicos y con el apoyo del Servicio Nacional de Parques de Estados Unidos, los enormes mamíferos volvieron a pastar en territorio de México, pero su supervivencia, nuevamente, se ve amenazada por quienes ven en este enorme mamífero una presa de caza.