Anaya reta a López Obrador a presentarse ante la justicia si también lo hacen sus hermanos
El mandatario responde que ambos casos no son iguales y que seguirá insistiendo en que se conozca el proceso contra el líder opositor
Dos días después de anunciar su salida de México para evadir lo que considera una justicia manipulada, el líder opositor Ricardo Anaya retó al presidente Andrés Manuel López Obrador a presentarse ante un juez si al mismo tiempo lo hacen también sus hermanos, ...
Dos días después de anunciar su salida de México para evadir lo que considera una justicia manipulada, el líder opositor Ricardo Anaya retó al presidente Andrés Manuel López Obrador a presentarse ante un juez si al mismo tiempo lo hacen también sus hermanos, grabados recibiendo fajos de billetes en un turbio episodio sin aclarar. “Vamos a ver que te parece lo siguiente: Yo me presento a declarar, pero que sea el mismo día, a la misma hora, ante el mismo juez que tus dos hermanos, Pío y Martín López Obrador, que nos den el mismo trato y que se valoren nuestras pruebas”, dijo Anaya en un video publicado este miércoles en sus redes sociales. “Las acusaciones contra mí son un invento tuyo en la boca de Lozoya”, criticó. “¿No será que no puedes proceder en contra de tus dos hermanos porque el dinero que están recibiendo en esos videos en realidad era para ti?”, insistió en un breve mensaje de menos de dos minutos.
Acto seguido, López Obrador se desmarcó del líder conservador y dijo que ambos casos no son iguales e insistió en “transparentar” la causa abierta contra Anaya para que se conozca “todo, todo”.
La reaparición este miércoles de Anaya, de 43 años, es la segunda parte de una decisión- el autoexilio- recibida con mofa por los opositores, respaldada tibiamente por su partido y por la derecha e incongruente con la historia reciente citada por él mismo. “Con dolor se fueron de México Juárez, Madero, Melchor Ocampo, los hermanos Flores Magón y José Vasconcelos”, dijo en su último video en el que anunciaba su marcha del país y en el que citó al opositor venezolano Leopoldo López sobre quien dijo “se exilió en España para escapar de Nicolás Maduro”. Anaya, sin embargo, omitió que antes de su llegada a Madrid, Leopoldo López pasó tres años de cárcel y otros dos años más de arresto domiciliario antes de huir del país el año pasado.
Después de una errática reacción tras su derrota electoral en enero de 2021, Anaya anunció que volvía a la vida política con miras a las presidenciales de 2024 comenzando de esta forma una prematura campaña electoral que debía durar tres años. Para ello eligió un formato audiovisual con la difusión compulsiva de videos en los que se grababa recorriendo distintos escenarios en contacto con las clases populares: el metro, comiendo un taco, zonas campesinas, hablando con familias de bajos recursos…
En su arranque, Anaya dijo, incluso, que su partido, Acción Nacional, le había ofrecido un puesto en la Cámara de Diputados, pero que lo había rechazado porque su objetivo principal era recorrer todo el país para escuchar a los mexicanos y “no a estar en una tribuna o una oficina, sino en la calle, en la comunidad y con la gente”, dijo. Solo cuatro meses después anunció que no estará en ninguno de esos lugares porque se va del país al tiempo que comparaba a López Obrador con Porfirio Díaz y Santa Anna. Puestos a evocar la historia, no son pocos los que este martes le han recordado a Anaya la frase del expresidente sudafricano Nelson Mandela cuando en su autobiografía ‘El largo camino hacia la libertad’, escribió: “En mi país, primero vas a la cárcel y luego te conviertes en presidente”.
Dentro de la propia derecha han recibido con recelo una maniobra de Anaya que aunque podría ayudarle a eludir temporalmente la cárcel podría también sepultar definitivamente sus aspiraciones presidenciales no tanto la acción de la justicia sino por una operación política mal jugada. A pesar del tibio respaldo recibido de Vicente Fox y sus archienemigos Felipe Calderón y Margarita Zavala quienes han puesto el acento en la utilización de las instituciones por parte del actual mandatario, otras destacadas voces de la derecha han levantado la ceja ante la maniobra.
Ricardo Zavala escribió en su columna en El Financiero que “todavía no sabemos si la Fiscalía pidió orden de aprehensión contra el panista. Lo que llama la atención es que en este país la cárcel es para quienes hacen política opositora, los abrazos y respetos del presidente son para los miembros del crimen organizado y la libertad es para los corruptos confesos”. Por su parte el excandidato presidencial Diego Fernández de Cevallos rechazo a la decisión de Anaya aunque dijo entender las motivaciones que esconde. “Esa decisión que ha tomado Ricardo de exiliarse la entiendo, pero no la comparto. Yo jamás me exiliaría ni que fuera sentenciado a muerte por estos rufianes, pero entiendo a Ricardo Anaya con solo escuchar lo que acaba de declarar ese tartufo que, para desgracia de todos nosotros, tiene la investidura presidencial”, dijo Fernández de Cevallos.
Ricardo Anaya, quien obtuvo 12 millones de votos frente a los 30 millones de López Obrador, reconoció en su regreso a la vida política que “perder la elección fue un trago amargo” pero también “una oportunidad para madurar y poner a prueba mi carácter”.
Su salida del país, no obstante, ha agitado el debate sobre la persecución a rivales políticos y las dos varas de medir existentes según el grado de inquina presidencial. Frente a un Emilio Lozoya, el exdirector de Pemex que no ha pisado la cárcel gracias a sus confesiones ante la Fiscalía, a Ricardo Anaya se le imputan delitos que suponen 30 años de prisión. Su caso está también sostenido con alfileres y después de haberlo acusado originalmente de haber recibido casi 7 millones de pesos para que votara la reforma energética, al comprobar que no era legislador se modificó la acusación a cohecho y lavado de dinero, lo que arroja dudas sobre la transparencia del caso.
La polémica ha llegado a la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington, donde la coalición opositora Va por México denunció este lunes el “uso faccioso, doloso de las instituciones para perseguir y amedrentar a los opositores”. Apenas este mes, recuerda, los diputados oficialistas Saúl Huerta, acusado de abuso sexual de menores de edad, y Mauricio Toledo, investigado por corrupción, también argumentaron que eran víctimas de persecución para evitar su desafuero en el Congreso.
“Se ha dedicado a perseguir a todos los líderes políticos de la oposición que considera una amenaza para la continuidad de su proyecto”, afirma la denuncia de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), el Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN), donde milita Anaya.
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